Tengo ya en mis manos el nuevo álbum de este productor británico que sucede a su LP debut, “Vistār” de 2019.
“Patanjali” está inspirado en la memoria del difunto abuelo de Amotik y recibió su nombre de su ashram de yoga. Aunque él no se identifica como particularmente espiritual, cree que la influencia de su abuelo repercute inconscientemente en la suya.
Si bien su música podría considerarse techno sencillo, al mismo tiempo tiene una calidad intensamente hipnótica y meditativa que habla sutilmente de estas influencias profundamente arraigadas en su educación.
El álbum presenta 10 pistas ricas en elementos ambientales, breakbeat y paisajes sonoros texturizados, manteniendo los cimientos firmemente arraigados en el techno. Amotik evita las tendencias del mes y se mantiene fiel a su propio sonido.
“Escribí este álbum cuando estábamos en el momento más duro del encierro de Berlín. Pude tomarme un descanso del mundo que me rodeaba y canalizar mi energía para escribir después de un largo descanso en el estudio“, dice Amotik.
El resultado musical es un fiel reflejo de ese cambio en el punto de vista, con los clubes cerrados y sin actividad en el sector, el hecho de facturar temas de techno de baile era en ese momento como intentar vender perejil en una frutería. Como decía un buen amigo, “la cantidad de temas que se han hecho en esos días que no van a sonar nunca en un club”.
Esta libertad a la hora de atacar la creatividad ha resultado ser muy beneficiosa para la obra de Amotik, enseñándonos más colores de su paleta sonora que le ponen en una posición avanzada como productor y demuestran que no sólo tiene un discurso monolítico y simplista.
Se agradecen enormemente esos breaks, esas estructuras trabajadas y esa mayor profundidad del diseño sonoro. Un álbum que entretiene y sorprende y se puede digerir en una sola toma sin problemas de acidez posterior.