Un repaso fotográfico a lo que dio de sí la sonada gira conjunta de estos dos astros electrónicos.
Seis fiestas. Seis ciudades. En nueve días. Podía parecer fácil al principio. No lo fue. Probablemente, quienes estuvieran el pasado 30 de noviembre en la sala NOX de Madrid vieron a dos tipos cargados de energía. Andres Campo, residente de Florida 135 y uno de los artistas que más han crecido en estos últimos años. Eats Everything, productor y DJ británico erigido como una de las grandes figuras del house en las islas del Reino Unido. Juntos, crearon el Ei8ht Reasons Tour, una aventura que ha llevado a estos dos tipos por seis de las mejores discotecas del país.
Tras el sarao de NOX, en Madrid, viajaron a Granada, para poner la histórica Industrial Copera patas arriba. Tras cuatro días de descanso, llegó la maratón. El miércoles 5 de diciembre, aprovechando el puente, 76º aniversario de Florida 135. Allí, se les unió Alan Fitzpatrick. La fiesta sobrepasó las 10 de la mañana. Aquel mismo jueves, sesión All Night Long en B Club, en Barcelona.
El viernes, vuelo a La Coruña para descubrir los encantos de la espectacular Sala Pelícano. Era el cierre de año de las Wake Up! Electronic Parties. Lo remataron el sábado con un vuelo que cruzó la península para dejarles nada más y nada menos que siete horas a los mandos de la Sala Cosmos, en Sevilla. En total, más de 30 horas subidos a un stage ante cuatro CDJs, unas cuantas horas de vuelo y unas pocas de sueño.
No estuvimos presentes en todos los bolos (lógicamente), pero sí pudimos asomar la cabeza en B Club y Wake Up!, las fiestas de Barcelona y La Coruña. Todo parece indicar que ganó el techno por encima del house, aunque un techno no excesivamente revolucionado. El público español que sigue a Andres Campo tiene claro por qué lo sigue. Y, eso, Andres lo sabe. Eats Everything demostró gran capacidad para adaptarse a la circunstancia y nos enseñó una faceta mucho más cañera de a lo que nos tenía acostumbrados cuando, por ejemplo, actuó en el SónarClub hace un par de años.
Sin duda, el gran premio que nos llevamos de este tour es la unión de dos hombres cuyos estilos, a priori, podrían no casar perfectamente. Ya cuando tuvieron que actuar juntos por primera vez descubrieron una química y una compenetración especial entre ellos, algo que ahora han desarrollado y perfeccionado en España y que, muy pronto, exportarán también a algunos de los mejores clubs del Reino Unido, empezando por el Printworks de Londres.