En el lapso que Animal Collective llevan haciendo música ha dado tiempo a que una generación nazca, crezca, se desarrolle e incluso se gradúe en la universidad. Del mismo modo, los principales miembros del grupo han formado familias, alcanzado cierta madurez vital… Y experimentado de muchas maneras. Después del éxito de “Merriweather Post Pavilion”, un álbum que resulta a día de hoy pináculo del pop psicodélico de los 2000, el grupo norteamericano comenzó un arduo pero fructuoso camino de mutación que se ha consumado en “Time Skiffs”, su undécimo álbum. El nuevo trabajo de Panda Bear, Avey Tare & Co recoge como frutos maduros algunas de las delirantes ideas de la década pasada y las pasa por el hermoso filtro DIY de la anterior; obteniendo como resultado una suerte de homenaje de Animal Collective a sí mismo y a su obra; vital y artística.
Como el collage de su portada “Time Skiffs” es un disco que combina recursos de varios momentos álgidos de la discografía de Animal Collective. Líquidas ensoñaciones de “Feels”, las percusiones acústicas y naturalistas de “Sung Tongs”, el delirio psicodéligo de “Strawberry Jam”, la agresividad arbitraria de “Centipede Hz”… En este álbum podemos encontrar ese momento tan característico del recorrido de un grupo longevo, en el que ni siquiera tienen que dar un salto extravagante hacia un nuevo sonido, sino simplemente combinar originalmente sus referencias. Y en el caso de la banda estadounidense es sencillo, porque su catálogo está repleto de grandes discos como los que hemos mencionado más arriba. Pero no por ello este disco deja de depararnos sorpresas. El atractivo bajo de “Prester John”, una de las canciones más sugerentes de la era reciente de Animal Collective, o la gozosa y fresca percusión de “Walker”, sorprenderán a propios y extraños del grupo de Maryland.
También la extensa (que no excesiva) duración de los cortes, 47 minutos para nueve canciones; ayuda a que nos introduzcamos más densa y profundamente en el mundo infantil-maquínico-psicodélico en el que destacó inicialmente la banda. El cierre, “Royal & Desire”, queda entonces como el momento oceánico tras el viaje. Una de las referencias más hermosas y relajadas de la discografía completa de Animal Collective, esta canción termina reuniendo en torno así los contrastes que el grupo ha generado en los últimos años: si en algún momento pudimos entrar en conflicto con su sonido, que como un potente psicodélico nos llevaba a extremos complicados, “Time Skiffs” apacigua al oyente de Animal Collective. Resulta un compendio revelador de las cualidades y virtudes de un sonido que la banda lleva algo más de dos décadas desarrollando y que hace tiempo que pertenece al canon de la música alternativa por méritos propios.