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La Sala Apolo de Barcelona cerró sus puertas el 13 de marzo del 2020 debido a la crisis sanitaria de la COVID-19 y todavía, a día de hoy, no ha vuelto a abrir al público. Uno de los sectores que más ha sufrido los efectos de la pandemia ha sido el de la música en directo. Pequeños y grandes, pero sobre todo los pequeños: artistas, promotores, salas, agencias, han sido sacudidos por un tsunami difícil de esquivar y que ha arrasado con gran parte de la cultura musical de base en la ciudad. Pero todo apunta a que se está llegando al final de una dura etapa: la administración comienza a relajar las restricciones, lo que permitirá una vuelta paulatina del sector a la actividad.
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En este sentido, poco a poco y a cuentagotas, Apolo también comenzará a engrasar la maquinaria y a subir el volumen. De momento es un paso importante para conseguir, en un futuro, la anhelada normalidad. El próximo 28 de mayo Apolo sube de nuevo la persiana.