Dos años. Ni más, ni menos. La ciudad de Barcelona tuvo que esperar dos años para entregarse en cuerpo y alma a Baiuca. Él es Alejandro Guillán, productor pontevedrés que, con su LP “Embruxo” (2021), ya avisó de sus intenciones: quería embrujar a toda España. Y lo ha conseguido.
Las idas y venidas de las restricciones por la pandemia en Cataluña aguaron la fiesta en más de una ocasión. Baiuca y su equipo querían al público de pie, bailando. Nada de conciertos sentados y con distancia. Así lo decidieron y así lo hicieron. Hubo que esperar hasta marzo (habría sido un buen regalo de Reyes bailar a Baiuca el 7 de enero), pero valió la pena ser paciente.
La Sala BARTS, nuevo y definitivo emplazamiento, retiró las butacas, abrió las barras y, por hora y media, se transformó prácticamente en un club. La euforia colectiva fue mayúscula desde que sonó “Meigallo” (tema que abrió el concierto y tema que abre el álbum editado por Raso Estudio) hasta que la fiesta se clausuró con “Veleno”, ese gran hit que homenajea la lengua asturiana que ha robado corazones por todo el país.
La performance electrónica marca el ritmo, pero la flauta travesera se convierte en la mejor amiga de Baiuca durante el bolo. Las pandereteiras llevan la voz cantante, el charrasco multiplica el sonido típico de la pandereta y Queralt Lahoz aparece por sorpresa para revolucionar la pista. El concierto es un disfrute sonoro, pero también visual, tanto por lo que sucede sobre el escenario como en la pantalla, donde imágenes de la tradición gallega se entremezclan con otras del público en directo.
Baiuca abraza a cualquier amante de la electrónica de baile, especialmente de los ritmos lentos, y le introduce en una herencia cultural y musical única en el mundo. Un folklore que hipnotiza a cualquiera que callejee por tierras galegas, pero que desconcierta -en el buen sentido- aún más al entrecruzarse con beats electrónicos. Propuestas como la suya actualizan tradiciones y las mantienen en boca de todos y a la orden del día. Por eso, propuestas como la suya son tan capitales para cuidar nuestra historia y nuestra herencia.
Baiuca es, sin duda, de lo mejor que le ha pasado a la música española en los últimos tiempos.