Benge crea la banda sonora de una aventura imaginaria con su arsenal sintético.
Se ha dicho a menudo que algunos libros no pueden convertirse en películas. También se ha dicho que hablar de música es como bailar sobre arquitectura. Pero ¿qué pasaría si la mezcla de esfuerzos artísticos se produjera en algún universo alternativo lejano? ¿Quizás el resultado fuera la banda sonora de un libro inexistente y la danza arquitectónica espacial que la acompaña? He intentado responder a estas preguntas aquí.
Así explica Benge el porqué de esta fantástica obra audiovisual, que se compone de música, un vídeo con imágenes generativas y un brillante fanzine en pdf a todo color.
Aquí puedes disfrutar de la combinación de audio e imágenes computerizadas:
Y en este enlace te puedes hacer con la música por separado y el excelente fanzine: