Calor Cinema: 10 películas para sentir el verano en la piel

“Suntan”

El carácter inmersivo de la experiencia cinematográfica tiene ese poder de traslación que nos puede llevar a lugares remotos tanto en el tiempo como en el espacio.

Las recreaciones históricas nos pueden llevar a revivir el pasado como sucede en el cine de época, así como la imaginación de los guionistas nos puede anticipar el futuro gracias al poder de la ciencia ficción. Todo es posible en la pantalla, y así, el cine fantástico, nos puede abrir las puertas a mundos imaginarios e imposibles e incluso incomprensibles universos paralelos.

Pero el cine posee también la virtud de la captación estacional. Determinadas películas, con mayor o menor acierto, pueden generar en el espectador la evocación de una determinada época del año. Lograr esa atmósfera adecuada es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los directores de cine y no es tarea fácil conseguirlo.

“Holiday”

La descripción del entorno, la ambientación y el uso adecuado de la fotografía, del sonido o una eficaz dirección artística son elementos fundamentales que conjugados en sintonía nos pueden llevar, por ejemplo, sentir un verano.

En ese afán de capturar esa sensación, nos encontraremos con películas que sudan y otras que incluso queman. Planos que nos dejarán cegados por su belleza o por su maestría al impregnar el celuloide con el momento adecuado. Secuencias que con su magnetismo activarán rincones remotos de la memoria y nos harán recordar aquellas vacaciones en la costa, aquellos días de camping o aquellos primeros amores del periodo estival.

Rebuscamos en nuestra filmoteca esas películas que recuperan con tino el olor a mar, el sonido de las chicharras tronando en la tarde o la belleza de los cuerpos tostados al sol y nos regalan sensaciones propias del verano sin tener que apartar la mirada de la proyección.

“El desconocido del lago” (Alain Guiraudie, 2013)

“El desconocido del lago”

Son escasas las películas que capturan de manera tan irreprochable la bochornosa sensación del calor veraniego. Una de las pocas obras maestras que nos ha dejado el cine en los últimos años es este impresionante estudio sobre los límites del deseo que transcurre durante un tórrido verano en los márgenes de una laguna donde los hombres acuden a practicar cruising y se ha cometido un asesinato. Una película incomoda y muy explicita dirigida con maestría por Alain Guiraudie y que es tan oscura y retorcida en su fondo como soleada y sencilla en su forma.

“Suntan” (Argyris Papadimitropoulos, 2016)

“Suntan”

De unos años a esta parte la Nueva Ola del cine griego se ha convertido en una de las cinematografías más interesantes de Europa. En “Sutan” el director Argyris Papadimiropuolos, nos lleva hasta la costa para realizar un estudio sobre la naturaleza humana retratando a un auténtico cretino. La película es un análisis crítico sobre la masculinidad y la acertada manera con la que el director capta esas vacaciones de un grupo de jóvenes, sus días en la playa y esas noches de diversión en una isla griega resultan cruciales para tratar adentrarnos en la mente de este retorcido personaje principal.

“El Gran Azul” (Luc Besson, 1988)

Tan excesiva en su metraje como virtuosamente bella, “El Gran Azul” puso los cimientos al cine posterior de los 90 construyendo una luminosa y postmoderna epopeya. Todo ello gracias a la puesta en escena de un por entonces visionario Luc Besson, la acertadísima fotografía de Carlo Varini y por supuesto, la banda sonora de un Enric Serra en estado de gracia.

Nunca una competición de apnea había resultado tan estimulante: el enfrentamiento deportivo y personal que se alarga durante décadas de los personajes interpretados por Jean Reno y el joven y guapísimo Jean Marc Barr junto a su historia de amor con Rosanna Arquette convierten a “El Gran Azul” en una película de aventuras para todos los públicos irresistible y de la que es imposible escapar. Sus imágenes aéreas tomadas a ras del mar son de las que se quedan grabadas en la retina para siempre.

“Holiday” (Isabella Eklöf, 2018)

“Holiday”

La directora danesa Isabella Eklof nos invita a las lujosas y al mismo tiempo tediosas vacaciones en la costa de Turquía junto a la familia de un narcotraficante. Una película impactante no apta para todos los estómagos que genera un polémico debate sobre la violencia machista. Un puñetazo de incorrección política en toda la cara rodado con una  factura impecable. 

“More” (Barbet Shroeder, 1969)

“More”

El debut de Barbet Schroeder en la dirección en 1969 contó con la espléndida fotografía del gran Néstor Almendros y la música de Pink Floyd para hacer un retrato generacional de los primeros hippies que se asentaron en Ibiza. Película pionera en tratar el tema de la droga y el fracaso de Mayo del 68: es un documento esencial para entender el movimiento contracultural de finales de los 60. Schroeder volvería a la isla en 2015 para rodar uno de sus últimos trabajos, “Amnesia”.

“Dos en la carretera” (Stanley Donen, 1967)

“Dos en la carretera”

A ritmo de Mancini recorremos la Riviera Francesa de la mano de Audrey Hepburn y Albert Finney. Una obra de arte indiscutible de Stanley Donen que utiliza el verano y la carretera para analizar las etapas del amor de un matrimonio en decadencia. El color y la belleza de cada plano junto con un montaje demoledor convierten este film en un clásico obligatorio cuya huella estilística aún perdura. Una película preciosa.

“El nadador” (Frank Perry, 1968)

“El nadador”

Basada en un relato corto de John Cheever asistimos al alegórico peregrinaje de Burt Lancaster a través de las piscinas de una urbanización de clase alta donde su personaje se va encontrando con su pasado. Es una incisiva y poética crítica a la insignificante existencia y modos de vida burgueses de la clase alta norteamericana. Una luminosa película rodada en 1968: fue un fracaso en su estreno pero los años la han transformado en una absoluta pieza de culto.

“Midsommar” (Ari Aster, 2019)

“Midsommar”

Tomando como referencia principal “El Hombre de Mimbre” (Robin Hardy, 1973), el niño bonito del cine de terror contemporáneo, Ari Aster, da un salto sustancial respecto a su primera peli, “Hereditary”, y nos deleita con un oscuro cuento tenebroso rodado bajo el sol de medianoche. Haciendo un uso sobresaliente de la atmósfera construye una pieza de terror rural y ritos paganos en una remota aldea sueca donde nunca se pone el sol.

“Cegados por el sol” (Luca Guadagnino, 2015)

“Cegados por el sol”

Luca Guadagnino retoma libremente “La piscine” de Jacques Deray y pone a tomar el sol a cuatro únicos personajes en la isla de Pantellería, entre Italia y Túnez. Acertada instantánea de la frivolidad con reminiscencias del cine de Hitchcock en las soleadas y lujosas vacaciones de una estrella del rock interpretada por Tilda Swinton y la visita inesperada de su ex marido, un arrollador Ralph Fiennes.

¿Quién puede matar a un niño? (Chicho Ibáñez Serrador, 1976)

Aunque la película está ambientada en una isla ficticia, en realidad se rodó en Ciruelos, un pueblo de Toledo a más de 250 km del mar. El maestro Chicho Ibáñez Serrador se marcó un hito en el cine de terror nacional con esta desasosegante película en la que una pareja británica de vacaciones en el Mediterráneo se ven las caras con un grupo de niños violentos. Malrrollismo bajo un sol de justicia en un clásico de nuestra cinematografía que cuenta además con el aliciente de sacar el máximo partido a una de las últimas partituras compuestas por Waldo de los Ríos.