Parece ser que la época de los colorines y el ir de corto ya ha llegado, adoro este momento en el que te puedes encontrar por la calle a gente con bufanda mezclada con gente con tirantes, la gente normal está de enhorabuena, la primavera es buenista y les encanta a todas… yo la odio profundamente, en primer lugar por el puto polen que me colapsa la vida, en segundo lugar porque tengo que ir a casa de mi madre a sacar del trastero toda la parafernalia del buen tiempo y aún peor llevar la gigantesca colección de abrigos, botas y material invernal que acumulo en el mínimo apartamento que habito. Es muy posible que en el trayecto muera ahogada por las partículas, pero me niego en profundidad a ponerme una mascarilla en lo que me queda de vida útil antes del desastre nuclear que se avecina.
Dicha la ristra de absurdos, siempre es bien estrenar el primer trabajo de un sello prometedor y este es el caso del disco que me ocupa en este momento, que estrena el catálogo de Snaretrade Records.
El título del primer corte ya me ha ganado sin escucharlo: Fake Carbonara, así que me pongo manos a la obra, descubro mi flamante aguja ortofon que reemplaza a la que se cargó mi sobrina este finde jugando a Grandmaster Flash pero sin disco en el plato.
Camiel Hermans, también conocido como Camiflage, es un productor y DJ belga, miembro del colectivo p-l-a-n-e-t DJ en Bruselas y ahora propietario de su nuevo sello Snaretrade.
Su sonido desdibuja las líneas entre House, Techno, Downtempo y Leftfield, lo que da como resultado algo completamente único en sí mismo, como DJ, es conocido por tomar un camino similar con sus sets que atraviesan géneros para un viaje dinámico a través del amplio espectro de la música electrónica.
Liderando el EP está el juguetón “Fake Carbonara“, que presenta una receta guiada de una pasta carbonara por un spoken word en una versión fake del clásico italiano sobre ritmos de hip hop teñidos de sabor noventero, cuerdas invertidas, sintetizadores old school y subs pesados.
“Further Instructions” cambia el enfoque hacia arpegios burbujeantes, ritmos saltones y aleatorios y sintes resonantes entrelazados intrincadamente, pitidos ácidos y voces disparatadas.
“Beekkant“, que lleva el nombre de una estación de metro de Molenbeek, completa el EP jugando con los breaks de manera magistral.
Divertidísimo trabajo libre de ataduras estilísticas, gamberro, bailable y
sorprendente. Seguiré de cerca a estos colgados, para ver si les dura la inspiración.
