El martes estrenamos en nuestro Soundcloud el track que da nombre al primer LP de Tempesta Music desde que estrenaran su sello hace ahora un lustro: “Euphoria”. Como celebración de los cinco años de recorrido -y ya varios proyectos juntos- la idea parece perfecta. El primer LP de Check One, que también produce como Baelish o Jamaikids, es un buen resumen de su recorrido: un importante gusto por la variedad, pero un carácter muy sobrio y metódico; sin estridencias y con mucho estilo.
El LP abre cerca del bass, con una “Free” que apunta al estilo con el que Carlos Guinart (Check One) empezó a producir para Tempesta. En ella, los sintes sobre una base más calmada, giran haciendo peripecias e incorporándose unos sobre otros, con un efecto rotatorio y una cadencia muy marcada; similar a la de una noria como la que ocupa la portada. En el segundo corte, “Euphoria” ya empieza a coger velocidad. Con un ritmo ya housero, y un sample vocal pegado al bajo rítmico, Guinart recurre a un aire más noventero y sofisticado. Sólo una vez se ha incorporado todo el beat entran esos vamps tan tradicionales y elegantes; que dan un panorama general de lo que es “Euphoria” como disco. Mucha sobriedad y precisión; pero aquí hemos venido a bailar.
Todo “Euphoria” es un recorrido hacia esa desinhibición justa y una multiplicidad de elementos para conseguirla. Para “Descendent” continuamos ese descendimiento hacia la cueva (no queremos mencionar ninguna sala) en la que se encuentra la pista de baile. Es esta una de las canciones más techno que Check One ha firmado hasta la fecha, con unos timbres agudos a modo de sonar y una base rítmica grave y suntuosa; casi sensual. Eso sí, la canción no culmina hasta la entrada de ese drone, que arrastra el ritmo consigo tras un pequeño fade. Pero es en “Enter” donde se empieza a sentir la euforia que el debut de Check One trata de transmitir. Dentro del tema podemos encontrar un sample vocal más cercano al reggae, que primeramente nos desorienta; pero que se ve respaldado por unos breakbeats cercanos al Drum and Bass. Y esta es seguramente la mayor cualidad de “Euphoria”, la capacidad de combinar estilos aparentemente algo distantes en la pista de baile; e incluso de hacerlo dentro de las mismas canciones.
De hecho, la otra cualidad del LP es el sentido del groove que tiene Check One. Desde que arrancamos a mayor velocidad en el segundo corte y hasta la llegada del último apenas hay tiempo de tomar aire. “Housify” es, de ese modo, uno de los momentos culminantes del largo. Muy limpio y estoico, presenta un house que, cercenado por su sobriedad se aproxima al minimal. Y es en ese house con chispas techno donde Guinart parece moverse con mayor comodidad, ofreciendo un éxtasis sin demasiada emotividad, pero de un entusiasmo contagioso. También puede sentirse ese entusiasmo en “Beat’em Up”, donde incluso podemos percibir, con unos vamps tan próximos, cierto deje trance y new beat. Por si le faltaba algo al conjunto, Check One incorpora un sample vocal más sucio y enredado y culmina el tema con un sintetizador ominoso y reverberado. Un ejercicio de capacidad combinatoria de lo más interesante.
Ya con “Goom” comienza el principio del fin en todo lo alto. Es la otra canción que más se aproxima al techno en el disco, con un sonido más oscuro, marcial y sesudo. Su introducción de elementos, progresiva y cadenciosa, nos da la sensación de estar en el momento álgido de la sesión y así es. Después de ello, queda la emotiva, reflexiva y electro “Optimus”. Con una conjunción de recursos más cercana a la casa bleep-warp (un sinte onírico, una base nervio-tranquila, un fondo con mucha reverb, casi armónico), la más tranquila de las canciones culmina el intenso álbum con una cita de un predicador, Phil Snider, a favor de los derechos LGBTI. Esa es su sorpresa final: la conciencia de que la pista de baile es también un espacio reivindicativo; en el que sentir la euforia y sentirse seguro; en el que liberarse y reivindicar un espacio propio.