Christian Hornbostel presenta su quinto álbum de estudio Annus Alchemicus. Una colección de 12 temas de techno excelso de producción de alta gama.
La experiencia es un grado y los años al volante sin duda cuentan a la hora de desarrollar trabajos en formato álbum como éste disco de Christian Hornbostel que tengo en mis manos. En él se puede comprobar que el techno va mucho más allá de los instintos más primarios y que puede contener alma y melodía sin apartar el riesgo del discuros, y además sonar con el nivel de las producciones del mainstream para redondear una experiencia de escucha completa.
Con una carrera desarrollada en la escena techno underground durante más de tres décadas, Christian Hornbostel ha reunido a una gran cantidad de seguidores con sus producciónes rebosantes de calidad y estilos variados. En los noventa fue uno de los estandartes del trance más melódico y sin duda esta influencia a sido vital a la hora de fusionarse con el techno más profundo y crear su sonido particular, que se refleja al detalle en este soberbio álbum.
Según explica el propio artista en la hoja que acompaña al disco:
“El número doce tiene un fuerte significado simbólico, no sólo según las tradiciones mitológicas y el conocimiento esotérico. Las horas del reloj se dividen en doce horas, hay 12 signos zodiacales arquetípicos, un año se divide en doce meses. También en el nuevo álbum conceptual de Christian Hornbostel, llamado ‚Annus Alchemicus‘ (del latín ‚Alchemical Year‘), el número doce juega un papel principal. Doce pistas, sin nombre y numeradas simplemente con números romanos, representan idealmente los meses de un viaje de un año a través de la transformación y la experimentación. Esta vez, de hecho, además de su típico estilo techno, Hornbostel ofrece material progresivo impresionante con BPM extremadamente diferentes, donde la instrumentación y las técnicas de composición podrían incluso asociarse con el jazz o la música de fusión. Un proyecto ambicioso y vanguardista, muestra de valentía y desparpajo en esta época caracterizada por la incertidumbre.“
En lo musical, la oferta es amplia y bien trabajada, comenzando con ritmos rotos y barroquismo melódico, continuando con minimalismo e hipnosis, para pasar a contundencia y repetición con toque orgánicos, ejercicios casi tribales, breaks reposados y todo lo que tiene que tener un álbum para no aburrir.
A destacar la calidad de sonido que destila este trabajo, que suena muy por encima de lo que solemos escuchar en el techno de hoy, natural, espacioso y como solo puede elaborar un experto en la materia.
