Crow echa el cierre por vacaciones de la mano del enigmático SNTS

Última cita de la temporada en LAB Madrid con una noche de alto octanaje techno servida por el maestro enmascarado. Te lo contamos en nuestra crónica.

 

Nuestra llegada este viernes fue diferente a la de eventos pasados, el subir las escaleras que llegan a la inmensa verja que antecede la entrada se sentía distinta, pues sería la última vez en casi dos meses que apareceríamos por allí después de haberla sentido como nuestra segunda casa esta temporada, y es que Crow colgaba el cartel de “cerrado por vacaciones” tras una magnífica temporada acompañada de los nombres más relevantes de la escena de techno actual, para poder volver así con las pilas cargadas. Una noche de sentimientos encontrados, vista atrás en el tiempo y visualización de la tremenda evolución experimentada por Crow; sacar su parte técnica, pero también la humana.

Crow nació hace dos años con la temible carga de aparecer en una escena plagada de competencia; una sesión nueva, desconocida, inexperta, rival directa de las “grandes de Madrid”: sesiones asentadas, exitosas y muy competentes; tirarse a la piscina vacía nivel dios y el claro ejemplo de salvarse. Y es que queramos admitirlo o no, la música electrónica en nuestro país presenta un futuro muy halagüeño; público joven y adulto armonizado, más y más sesiones cada temporada y una rivalidad sana consecuencia de un panorama tolerante y muy respetuoso. 

La consolidación de la marca vio sometida a modificaciones drásticas desde su nacimiento, razón directa del cambio musical de la sociedad madrileña, desde el drum and bass, dubsteb, minimal pasando por el odioso EDM para acabar en lo que es actualmente: TECHNO, y no tech house, ni Deep; techno duro de corte industrial, el techno de graves punzantes. Y aunque nos es difícil saber a ciencia cierta si sus bookers contribuyeron o se adaptaron a lo que venía, viendo la programación desde sus comienzos pensar que Crow ha formado parte del auge del underground en nuestro país, es un hecho; los 30 años del rey indiscutible del techno ibérico Oscar Mulero, el jinete encubierto Headless Horseman, Shifted, Dasha Rush, I Hate Models, Ben Klock, el showcase de MORD, O Phase, Vril, Remco Beekwilder….. una auténtica oda al techno que ha alcanzado hasta cierto punto de ritualismo, fidelizando tanto al público joven inexperto que jamás sabría de esos nombres de no ser por Crow, como a aquellos puritanos que tenían que trasladarse a otras capitales europeas para disfrutar del techno que tanto ansiaban por estas tierras.

En esta última ocasión fue SNTS el nombre que acaparó los carteles, el misterioso enmascarado fue el encargado de poner el broche final a la temporada, y acompañado de Rommek y Unkle Fon dejaron el auditorio sediento de más, ansioso por la siguiente temporada.

Llegamos más bien justos al warm up del que es ya un gran conocido en las cabinas de Crow y Unkle Fon ya tenía la pista bien caliente. Sus transiciones provocadoras llenas de matices fueron perfectas para arrancar los motores de la noche; potencia y abstracción pura donde distinguimos temas de compañeros de cabina como Lacrima de Gabriel D’or & Bordoy y Shater de Jesús Riaño & Shed.

A las 2 de la mañana se produjo el cambio de turno, y Rommek comenzó a dirigir los mandos de la sala. Cargado de simbolismos, comenzó la sesión muy diferente a como la terminó, con un techno de vanguardia muy alejado de lo que los fieles cuervos necesitaban, pues la presentación de su proyecto personal Torn Relics, no fue del todo aceptado por el público. Pero de los errores se aprende y tan solo 30 minutos fueron necesarios para que el británico empezase a elevar el dancefloor con la maestría que le caracteriza, y muy macarra pero inquebrantable se acabó coronando como el vencedor indiscutible de la noche.

Sobre las 4am focos y visuales desaparecieron, la oscuridad de la sala se incrementó y tan solo unas tenues luces daban la bienvenida al Lord. Snts aparecía entre las tinieblas y ataviado con su típica indumentaria soltaba el primer grave, estridente, sombrío, macabro…

Acompañado de su ordenador, una xone 96 y su inseparable TR-8 comenzó sus dos horas de hybrid, ensañamiento puro. El auditorio quedó sumido a su paso en una atmosfera fantasmagórica, y la resonancia metálica unido a la oscuridad de la sala nos atrapó a todos los allí presentes haciendo de Crow algo ultratumba. Sin embargo, el discurso del enmascarado no llegó a convencerme. Sucesión de tracks mecánicos y rigidez a grandes velocidades sin terminar de expresar nada con ellos, y es cierto que en ocasiones llegué a evocar alguna sesión del sobrevalorado Dax J, mucha tralla pero poca esencia.

No obstante, hay que destacar que toda crónica es vista desde el punto de vista personal y que la entrega del público ante el enigmático dj durante todo el set fue algo visible en todo momento. Puede gustarte más o menos, pero lo que está claro es que contratar un artista de la talla de SNTS suele ser un acierto seguro.

¡Hasta la próxima cuerv@s! ¡Nos vemos a la vuelta!