Cuando la humanidad acabe sonará balago Entrevistamos al grupo de ambient y estrenamos el primer adelanto de su nuevo LP Entrevistamos al grupo de ambient y estrenamos el primer adelanto de su nuevo LP

Entrevistamos al grupo de ambient y estrenamos “Entornar-me’n”, el primer adelanto de su nuevo LP, “El Demà”

En la música de balago siempre hay algo inquietante. En sus capas de sonido ambiental, sus texturas y sus melodías siempre parece haber algo oscuro escondido. Referencias de cine futurista y títulos de autores pesimistas llenan la casa de David Crespo, líder del grupo, donde se ha compuesto toda su discografía. Parece inevitable que esa herencia intelectual se cuele en los sonidos de su música.

En Entornar-me‘n, algo así como “volver”, canción que hoy estrenamos, una atmósfera abre la pieza acompañada por el crujido tenue de alguna grabación de campo. Si algún sonido debe de tener esa luz apocalíptica de eclipse solar que vemos en las películas no debe de alejarse mucho de esto. Intercalando a las atmósferas composiciones de coros celestiales, vientos y algún pequeño apunte de percusión, la canción nos sumerge en un trance casi espiritual y casi fatalista que se va diluyendo en la segunda mitad de la canción hasta desaparecer.

Se trata del primer adelanto de su próximo álbum, El Demà, probablemente uno de los discos en los que el grupo del Vallès ha experimentado más y ha jugado con más elementos sonoros. Llega a las tiendas el 25 de mayo vía Foehn. Un día después lo presentarán en Artte Barcelona.

Hoy hablamos con David Crespo sobre el inminente disco y su proceso de creación.

Y 5 años después, “El Demà”. ¿Que ha pasado con balago durante este tiempo?

El grupo sigue su propia evolución, que obviamente va ligada a las vivencias de quien lo construye siendo grupo y personas un todo. En cada disco aportas nuevas ideas, nuevos conocimientos, etc.

Si te refieres a los años que pasan entre cada disco, desde que sacamos nuestro primer disco siempre han pasado de 3 a 5 años entre ellos. Para mí, que soy el que compone, no es normal sacar un disco al año o por lo menos no lo es por mi forma de componer, ordenar y pensar en como va a ser un disco. No tengo esa capacidad ni tampoco me apetece cuando se trata de algo tan personal y a lo que dedicas mucho tiempo. Se me ha acentuado cierta sensación de gastar mucha energía, ser demasiado obsesivo y darle muchas vueltas, me afecta a mi carácter y a mi personalidad, es una montaña rusa emocional que no debe ser demasiado sana. De hecho, creo que cada vez tardo más tiempo entre disco y disco porqué todo el tiempo que invierto en construirlo ha pasado a ser un proceso que ya no es del todo agradable.

Dicho esto, la razón por la cual sigo haciendo discos es por la necesidad que tiene el ser humano para expresar inquietudes, ideas y pensamientos que en nuestro caso se traduce en forma de canciones. Creo que cuando pasa esto da lo mismo si la creación de una obra artística es más o menos agradable pues se impone una necesidad biológica que fuera de toda lógica te puede llevar a una felicidad naíf o a la autodestrucción. Luego existen otras razones relacionadas con el ego y es que todo proceso creativo venga de donde venga destruye una cuantas neuronas, pero la satisfacción personal cuando acabas dicha obra es lo suficientemente proporcional como para hacerlo tantas veces como uno sea capaz.

Digamos que me satisface mucho acabarlo pero no hacerlo.

 

La primera vez que os entrevisté, con motivo de “Darder”, me decíais que siempre habéis sido góticos, aunque no vistáis de negro. A juzgar por el nuevo disco parece que en eso no habéis cambiado.

Me atrae la música que me genera melancolía, venga de donde venga y sea cual sea el estilo musical. De todas formas tampoco sería exactamente así porque existen los contextos. Nosotros escuchamos de todo, como debería hacer todo el mundo.

Cuando era adolescente tuve una época en la que escuchaba este tipo de música denominada gótica pero que realmente engloba muchos estilos que se mezclan entre ellos y iba a sitios con poca luz, es verdad. Todos hemos tenido épocas de cierta esquizofrenia musical en las que nos ha gustado algo y luego lo hemos detestado para luego volverlo a recuperar. Se pasa por muchas etapas musicales y además me parece perfecto porqué resulta fatal el hecho de estancarse o cerrarse al conocimiento. Lo mejor de todo esto es que con la experiencia acabas escuchando las cosas de otra manera, sin tanta testosterona y acaba siendo todo más constructivo y maduro, sin prejuicios.

Vestir de negro o de rojo o adoptar cierta estética en función de lo que escuchas lo encuentro adolescente, superficial y sectario en términos de estética asociada a un género musical. Soy consciente de que para muchos es muy importante, para nosotros no. Cuando trabajas y te encierras en una casa un año y medio no es que vistas de una forma u otra, directamente no te quitas el pijama y mi pijama no es negro.


¿Puede ser que el último disco sea todavía más oscuro que los anteriores?

Definitivamente, sí. Lo es más que el resto porque he escogido una paleta de instrumentos y samplers que suenan más opacos que en anteriores discos, la producción también es menos luminosa buscando expresamente un sonido especifico en base a algunos referentes, sobre todo de los 90. De hecho, en base al discurso que hay detrás del disco que es básicamente misántropo, me parece que aún ha quedado bastante luminoso. 

El artwork siempre ha sido muy importante en vuestra obra. Esta vez es una fotografía en blanco y negro. ¿Por qué elegisteis esta foto?

No creo que sea más o menos importante para nosotros que para el resto, creo que todos los artistas cuidan esa parte porque también forma parte del concepto global de la obra.

Hablé con Roger (11Invisibles) que es quien nos hace todo el artwork y le expliqué lo que quería, al cabo de unas semanas me vino con esta foto y me encantó por lo que representa, es una metáfora, una sugerencia sobre cómo podría terminar todo. Parece ser que habrá que huir hacia la nada y probablemente hará frío. Me parece una foto potente y poética aunque luego represente algo inquietante. También nos apetecía que la foto ocupara toda la portada quedando solo una imagen sin créditos que sí aparecen en la parte trasera y en el interior.  


Todos vuestros discos giran en torno a ideas y referencias concretas. ¿Qué poso conceptual esconde “El Demà”?

En este grupo las canciones se componen sin pensar en nada más que en su forma, moldeada en base a las influencias y referentes musicales del grupo. Luego cada disco contiene un concepto que intenta casar con el contenido, pero que a su vez propone la libertad a otras formas de interpretarlo, debido a la propia idiosincrasia del grupo, como si fueran bandas sonoras de películas que no existen. El concepto corresponde en cada disco a etapas personales. Los títulos de las canciones son sugerencias o mensajes sobre el concepto, y en este disco, todos ellos hacen referencia a cuestiones profundas sobre la humanidad. La portada consta de una foto que parece ubicarse en los años 50 pero no significa que mire hacia atrás, la foto responde a una metáfora sobre algo que aun no ha pasado, por lo tanto se ubica en el futuro. “El Demà” apunta a un futuro distópico a corto-medio plazo, basado en el razonamiento y el objetivismo. La humanidad ha fracasado. Lo que explicamos ya lo han escrito pensadores como Schopenhauer, escritores como Orwell o se ha hecho con películas como “El planeta de los simios” o “Doce monos”, por poner algún ejemplo. En estas dos películas se juega con la paradoja, la estupidez humana y el animalismo como vehículo para ridiculizar al ser humano, además de plantear muchas otras cuestiones. Hay quien piensa que vamos a trascender pero la realidad, la naturaleza es mucho más importante que la inteligencia humana, que además es limitada.

Las canciones contienen algunos elementos que conectan con la religión, porqué representa el miedo y el delirio en contraposición a la razón. Hay cierto cinismo e ironía en torno a todo esto. Como ya he dicho, la forma es muy importante en este proyecto y todos estos elementos de carácter religioso han sido seleccionados e integrados porque eran bonitos en su forma. Todas la referencias que parten del concepto se plasman en el disco en base a la forma. Y así con todos los referentes que me han interesado y que dan forma a cada canción, da lo mismo, hay un concepto, sí, pero al final manda la forma.

Es el disco en el que habéis jugado con más estilos y elementos sonoros. Parece que el abanico se haya abierto más. ¿Qué influencias detectáis en este disco que no tengan los anteriores?

Creo que la ruptura real se produce en nuestro cuarto álbum, “Extractes d’un diari”. De hecho ahí es donde dejamos de lado las guitarras que habían sido el hilo conductor en los primeros discos y parte fundamental del grupo. De todas formas tu pregunta creo que responde al concepto del que te hablaba ya que el hecho de introducir ciertos elementos marca la sonoridad del disco.

También es verdad que aunque tengo influencias fijas para con este proyecto desde su inicio, en este álbum he recuperado discos que hace años que no escuchaba y que me han llevado a introducir instrumentos nuevos y nuevas formas de utilizarlos. Hay elementos que se repiten en todos los proyectos que he hecho, pero que en este sobresalen algo más. Me refiero a que he incidido en las creaciones collage, la melodía, la sobre información o la libre construcción de las partes de cada canción. He querido introducir instrumentos como por ejemplo todo el abanico de instrumentos brass, clarinete, flautas varias y sonidos clásicos de los sintetizadores analógicos de los 80 o 90. También siguen las influencias implícitas en el proyecto como son las bandas sonoras o la música clásica.

 

¿Cómo ha sido el proceso de creación de este disco?

De psiquiátrico. Lo he pasado mal, he dormido poco y he tenido la sensación de volverme loco. Ha sido un año y medio donde me he vuelto demasiado obsesivo, perfeccionista y desordenado en torno a la composición. Nada romántico, nada fácil y poco sano. Desde hace unos cuantos discos compongo y grabo a la vez, simultáneamente, sin un orden ni partituras, dejándome llevar por lo que acontece y sin saber muy bien nada, pero con la sensación de saberlo todo y tenerlo todo muy claro, es difícil de explicar. Luego cuando montamos el directo hay que volver a aprender las canciones, comprenderlas y escoger que tocamos cada uno y como lo montamos en los samplers.


No hay un orden establecido pero sí una metodología.

Presentasteis Darder a lo largo de una gira en iglesias. ¿Dónde imagináis interpretar El Demà? ¿En qué espacios y geografía pensabais cuando compusisteis el disco?

Imaginamos interpretarlo en espacios idóneos para que los que estemos ahí, podamos disfrutar de la propuesta.

Lo de las iglesias sucedió y fue increíble, pero este disco no es distinto en este sentido. Volveríamos a hacer una gira por iglesias y monasterios porque independientemente de lo que representa la institución, si nos centramos en el espacio, el respeto y el silencio, ahí en ese contexto, se producían sensaciones muy bonitas pero también muy inquietantes. Cuando compongo un disco no pienso ni en geografías ni en espacios. De hecho me cuesta pensar con claridad.

Al final tocaremos a partes iguales donde nos quieran y donde nos apetezca intentando buscar este equilibrio.