De origen argentino, el por lo demás productor madrileño Damian Schwartz es ya un habitual, incluso diríamos un clásico de la escena española. Uno de los creadores de la plataforma Net28, mitad de Música Charlista junto al incuestionable Alex Under, este DJ debutó en solitario en 2005 en el sello de su amigo, Cmyk Musik. Aquel primer EP llamado “Azul Frio”, cerca del sonido de “Amarillo Mantequilla”, mostraba un interés claro por la influencia del jazz (más explícita que en sus postreros trabajos), por un diseño sonoro peculiar gracias al minimal y por la música de baile sin prejuicios; un techno que poco a poco iría virando, si es que eso es relevante, hacia el house. Su uso de samples sorprendentes, desde timbres curiosos hasta la llamada de teléfono, terminaban de otorgarle ese aire peculiar, entre elegante y ensoñador a su sonido; que nunca dejaba de impresionarnos.
Desde entonces, su sonido comenzó por así decirlo, a levantarse desde ese jazz que estudió siendo joven, pero ocultando las propias texturas del mismo. De este modo, nos llegaron ingeniosos trabajos como “Arena en los Zapatos” en el ya también mítico sello Apnea, o “Cyan” (primera referencia de su Múpa), un momento en el que, aunque al propio Schwartz le diese igual, ya empezaba a destilarse el salto hacia otros estilos de baile. Fue apenas dos años después, en 2008, cuando el productor afincado en Madrid lanzó su primer 12” con el sello alemán Oslo. Este EP, “El Malo”, de dos temas y prácticamente 20 minutos, fue una muestra de su definitiva transformación en DJ: cargado para la pista de baile, sugestivo, hedonista… Su sentido del ritmo estaba concebido con mucha más concreción y el resultado era del todo extraordinario.
Es este seguramente el momento más prolífico de la carrera de Damian Schwartz. En ese mismo año lanza su disco debut, el elegante “Party Lovers”, -uno de los highlights del repertorio de Net28- y empieza a ofrecer unas variaciones extraordinarias entre su formación musical y su pasión por la pista de baile. Es en 2010, cuando pudimos escuchar “Pedro”, un trabajo con una centralidad interesante de instrumentos como el bajo o unos teclados limpios; que pueden incluso recordarnos al mejor Axel Boman y que terminaron de otorgarle a su autor una reputación extraordinaria tanto en el circuito nacional como en el internacional.
A partir de 2012, entonces, Schwartz ralentiza su prolífica y casi sofocante velocidad de lanzamientos. Su intromisión en el ámbito discográfico fue constante y exitosa pero desde este momento, cabe destacar enormemente su idilio con Pulp, el subsello de la plataforma madrileña Saft. En este sello lanza un complejo y sugerente EP en 2018, “Existence Itself”, mucho más desinhibido y menos minimal que sus predecesores. El salto, que ya es notorio con sonidos de naturaleza y unos teclados casi pop, llama a las puertas de otros estilos, que también podremos encontrar en su nuevo trabajo con Pulp: “La Sal de Tu Especie”. Tan reciente como es (2022), este LP señala un cambio de paradigma en la carrera del DJ; que esperamos nos llevará por parajes de lo más exóticos y atractivos.
Como selector, en cambio, Damian Schwartz ha realizado siempre una mímesis con el momento personal en el que se ha encontrado, pero siempre con un objetivo: realizar sesiones muy entretenidas y bailables. Si algo destaca de sus mixes es un frenesí permanente, sin importar el estilo o el espacio; algo que está presente desde sus orígenes como productor y de lo que se enamoró ya cuando empezó ir a sesiones siendo un adolescente. Creemos que un gran ejemplo de ello es esta sesión para el archivo de 2007 en el Ovestclub de Italia. Su estilo, que entonces rondaba efectivamente el techno y el minimal, es inapelable, una constante variación basada en timbres sutiles y matizados, que no dejan espacio a la relajación.
Lo que parece más importante para Schwartz como DJ parece sin duda el saber estar. No importa que tenga que trabajar en una sesión en un club de minimal italiano o para un podcast de electrónica más oscura e intensa como el de Seek Sick Sound, que el argentino-madrileño termina por sacar mixes igualmente originales y profundamente complejos en cualquier estilo que incluya esa visión holística de la música de baile. Otra muestra de ello es, como veníamos introduciendo, este mix como Epiphany, en el que podemos captar desde influencias del hip hop hasta cautivadores sintetizadores de acid.
Es ese decoro y esa capacidad de adaptación con el propio ritmo y el espacio sonoro como protagonistas, lo que caracteriza las sesiones de Damián Schwartz. Este ethos, a diferencia de su sonido, no ha cambiado a lo largo de su recorrido como DJ y él lo demuestra a cada ocasión. Como colofón, queríamos destacar su sesión, algo más reciente (2018) para The Bass Valley. Nada que objetar, sus selecciones, entre un sonido clásico y noventero de la pista de baile y un gusto por las reinterpretaciones de productores nuevos, puede hacerte sentir de un modo más o menos eufórico, pero te aleja automáticamente de cualquier sensación de tedio.
Este viernes 25 de marzo, Damian Schwartz estará en el Club Cadavra (Madrid) como parte de la programación de Sigh Club: en The Hole, estarán Mari.te y Cesc mientras que el productor afincado en Madrid se hará cargo del espacio Loungue. Tienes toda la info y entradas aquí.