David Fussió: la vanguardia que llegó desde Girona

David Fussió (Foto: Barbut Fotógrafo)

El documental “Nou Set Dos” -sobre la escena electrónica de las comarcas de Girona- fue el ganador del “Premio del Público al Mejor Documental Musical” en la pasada edición del Festival In-Edit (Festival Internacional de Cine Documental Musical). Un festival que, este pasado año 2020 y a consecuencia del Coronavirus, se ha celebrado online.

La Sala del Cel (Vanguard Club) de Girona junto con su residente más carismático, David Fussió, son unos de los protagonistas del documental y la razón de ser de este artículo.

Girona: embutidos y techno.

A día de hoy, cuando a uno le mencionan la ciudad de Girona, provincia de Cataluña con una población de 100.000 habitantes, se le viene en mente la siguiente lluvia de ideas: la catedral, el casco antiguo, Juego de Tronos,  el Ter, los embutidos, la “carn d’olla” i el “recuit”. Pero veintisiete años atrás, en 1993 exactamente, la música electrónica, el techno, también formaba parte de esa lluvia de ideas. Por aquel entonces, Girona tenía una segunda catedral y se llamaba La Sala del Cel.

La Sala del Cel (Vanguard Club)

Muchos clubs y discotecas tuvieron su época dorada, ese período de máximo esplendor, de mucha suerte y gran éxito: Chasis, Florida 135, Spook Factory, Café del Mar, Studio 54 (Nueva York) o The Haçienda (Manchester), por citar solo algunos ejemplos. La Sala del Cel no fue una excepción, de 1993 a 1996 brilló con mucha intensidad y luz propia. En esos años, se erigió como la discoteca más vanguardista de España y una de las más vanguardistas de Europa.

DJ Fussió

Hablar de La Sala del Cel es hablar de David Fussió. David Pérez Vilaró, aka David Fussió, nacido el 30 de enero de 1973 en la ciudad de Girona, es un tío de puta madre. Hospitalario, amable, bromista, sencillo y cordial en el trato: un buen conversador. La entrevista tuvo lugar en su casa de Girona ciudad. Fueron más de cuatro horas de charla que dieron para mucho y más. Repasamos su historia personal, su carrera como artista, hicimos parada en la época dorada del local gerundense y, finalmente, un breve repaso al panorama electrónico actual. Una entrevista necesaria, si tenemos en cuenta la poquísima información, casi nula, que tenemos de él.

In-Fussió

¿A qué edad empezaste a pinchar?

A los 14 años (1987) empecé a pinchar en un pub de Girona que era una champañería y también se hacían hamburguesas. Ahí ya empecé a meterme con el tema de la música new wave, descubriendo cosas, y de ahí metiéndome ya más para La Sala del Cel. Todo esto fue un break que para mí me abrió los ojos, el que me dejaran poner un disquito. Luego ya lo hacía los domingos.

¿Tus inicios fueron con la música new wave?

Los primeros contactos con los platos a nivel ¡hostia, me dejan poner un disco en un sitio! me acuerdo porque ahí sí que ibas un poco adaptado a lo que se ponía en el pub. Allí empecé poniendo un “Brothers In Arms” de los Dire Straits, o poniendo un Eric Clapton o The Police, porque era una época que también se estaban pinchando mucho The Police. A partir de ahí empecé a descubrir a The Cure: está claro que fueron los que me introdujeron en la movida new wave.

New wave primero, luego pasas al acid-techno-trance y, por último, te quedas con el techno. ¿Esa sería tu evolución musical en cuanto a estilos?

La evolución es la siguiente.  El new wave era la oscuridad, lo que hoy le llaman el gótico, también se le llamaba after punk, porque era la movida después del punk. ¿Qué pasaba? Que había oscuridad. Después de la oscuridad empezamos a descubrir que había sonidos industriales, que había movida, en este caso era la movida belga, que llevaba la oscuridad que te podía llevar unos The Cure, pero encima con sonido ¡de industria!, un sonido duro y era electrónica. Ya no era solo Kraftwerk que era completamente electrónico. Esta gente estaba mezclando lo gótico, lo bohemio, con electrónica, pero yunques, sonido metálico, ¡pam, pum!,  ruido, hierro… Y ahí empecé con la EBM. El new wave me  llevó a la EBM. De la EBM ya entré un poco con el new beat, porque también venía de Bélgica y era un poco la influencia. Y a  partir de ahí sigo la evolución: entra el acid (el new beat lleva mucho ácido también). Empiezas a hacer como una autopsia de lo que era cada música. Y a partir de ahí voy creando mi personalidad a nivel acústico hasta llegar a la evolución del techno, que es un poco la consagración de toda esa evolución mía.

¿En algún momento de tu carrera has pinchado mákina? Te lo pregunto porque tengo entendido que en La Sala del Cel había sonado este género musical.

Se había pinchado mákina cuando estuvo David Pastillas (también conocido como David “El Nen” y DJ Pastis), pero yo, mákina, lo que se dice mákina…, no lo veía como una mákina, lo veía más como un new beat más rápido, que no la propia mákina. Sí que tenía muy claro que no me inspiraba, no me daba, me faltaba contenido en la mákina. La mákina era muy rítmica y mi cabeza al igual necesitaba ir más pausada para sentirse cómoda con la música. Pero no, no.

“Claro, pinchaba porque era el hijo del dueño” ¿Crees que hay gente que podría opinar esto de ti?

Bueno, es como “las rubias no somos tontas”. El boss, que en este caso era mi padre, o fue muy tonto dejándome que dirigiese yo la nave espacial durante más de 15 años, o supongo que había algo en mí y por eso se mantuvo. Si mi hijo le da a la pelota, y no le da bien, y me tiene que hacer perder el partido, no le dejo jugar o solo un ratito. Yo aproveché ese momento y creo que luego me lo gané a pulso. Que digan estas cosas es normal, envidias hay. Yo no le doy importancia: chismorreo. Pero, en fin, cap problema tu! (ningún problema).

“Future” Velocity

¿Por qué el nombre de “Fussió”?

Antes, pues sí, pinchaba como David Pérez, no es que tuviera tampoco que inventarme ese nombre más popular o que me identificara, pero sí, se empezó como a poner de moda que parecía que tenías que buscarte tu nombre, y al final pues qué digo: ¿tú qué estás haciendo? estás pinchando, ¿a la vida quién te ha traído? una fusión entre un hombre y una mujer. Todo son fusiones, todo son líquidos, todo son frecuencias, todo son mezclas, ¡eres tú la mezcla!, ¿qué es una mezcla?: una fusión. Fusión es lo que hacemos en todo momento. Cuando tú estás ingiriendo un alimento estás fusionando ese alimento contigo. Todo. Cuando te pones un calzado, el tejido del calzado se fusiona contigo. El contacto es fusión. Bueno, pues… un poco por ahí.

¿Con qué estilo musical, en qué etapa, te sentiste más cómodo?

Me sentí muy cómodo y disfruté mucho con el EBM. Primero que era mucho más joven y tenía mucha más trempera (fuerza). Me gustaba la monotonía de los martillos, los yunques, las fábricas, el ruido de transmisiones de radio, todo esto. Ahí experimentaba, buscaba ruiditos y voces, información para completar las sesiones.

¿Crees que se te quedó la etiqueta de DJ trancero? ¿La gente te recuerda más por la etapa trance?

La gente que me ha seguido desde el principio ha visto mi evolución. ¿Qué entendemos como trancero?, porque yo, aún estando metiendo techno, he seguido con las atmósferas, con los pads, con las frecuencias y ondas largas que te llevan y te envuelven, eso lo he hecho igualmente en el techno, si eso se quiere clasificar solo como trancero… Yo pienso que el trance ha sido un estilo que se ha pinchado, ha sido una época y de cada época he intentado llevarme lo mejor. ¿Qué se me quiera etiquetar como trancero?  no lo acepto, para nada. Yo abarco y cojo un poco de todo ¿que quizá toda esta mezcla genera un trance? siempre me ha gustado envolver la música, ahora, trancero como trancero, no.

“Infinite Climax” Mo-Tune

Si no me falla la memoria, las dos primeras sesiones de techno que escuché fueron el X-Mix-2 (1994) de Laurent Garnier y una sesión tuya de La Sala del Cel grabada en casete, también de ese mismo año. A parte de la música, lo que más me llamó la atención fue un “efecto” curioso que repetías varias veces a lo largo del set. Cambios de canal, cortes momentáneos y muy rápidos, entre un ritmo y un teclado o una melodía. (Escuchar session mix que se adjunta de Fin de Año 1994)

Cuando estás excitado necesitas expulsar esa excitación, y a mí lo que me pasaba es que, cuando estaba pinchando tenía tantas ganas de enseñar todo lo que tenía para dar, que sí que hacía esto, ponías por ejemplo un tema y automáticamente tenías esa base o melodía o teclado de esa otra canción que ya sabías que la meterías ahí, te dabas prisa a enseñarlo porque tú tenías un clímax interior, y a veces se generaban estos cortes. El que pillaba el éxtasis que tú ofrecías pues lo entendía, y era el que se te quedaba mirando y decía “¡qué cabrón!”. Pero también me considero un DJ de mezcla larga. Eso no quiere decir que en la mezcla larga, de tener dos temas pinchando, no jugara con esto, porque podía estar jugando o haciendo los cambios de un disco a otro, pero alargándolo quizá cinco minutos, y eso hacía que se generara una atmósfera diferente.

Has sido disc-jockey residente de La Sala del Cel de 1991 a 2006, año este último que coincidió con el cierre definitivo del local.Fuiste un claro ejemplo del DJ residente por excelencia. Durante este período de tiempo ¿en alguna ocasión saliste de tu feudo para ir a hacer bolos a otros clubes?

Bolos he hecho, lo que siempre he sido DJ residente porque realmente para mí estar en La Sala, aparte de que es mi casa, si lo tuviéramos que comparar hoy en día sería como La Masia (F.C. Barcelona). Allí te sentías que tenías todo el respaldo a nivel de evolución musical, no te cortaban, no había un “¡hostia, esto no que parece muy marciano!”, todo lo contrario, si era marciano ya nos atraía. Y es por eso que, un poco, el tema de salir fuera. Sí, he salido. He estado en festivales de Barcelona (Sónar), de Madrid (Art Futura y Festimad), en Francia y en varios clubs pinchando -Scorpia (Igualada), Metro (Alicante),etc-, no como residente, sino ir a hacer los bolos, pero bueno, donde realmente te quedas siempre a gusto pues es un poco en tu base, y mi base era La Sala del Cel. Es por eso que, un poco, el quedarme ahí es lo que también me atraía en ese momento, porque no había nada que me sugiriera o que me diera algo especial, que era la atmósfera que daba La Sala. Porque era La Sala, el edificio en sí, la atmósfera que se creaba, y encima la música, y encima una ciudad oscura, gris, clásica, ¡hostia, era… buah!, era… bueno, como los punkis en su día en Londres, que era algo especial, pues esto es lo que nos estaba pasando a nosotros ahí. (Cyberpunks)

¿Así es como defines Girona: oscura, gris y clásica?

Sí, la verdad. Oscura y gris por la piedra que tiene, por los monumentos, por la oscuridad que tiene por la noche, con el río, con la humedad… y también gris por lo clásica, a nivel familiar es, en general, de patrón muy marcado y estipulado según lo que marca la sociedad, y es una ciudad clásica.

Háblanos de tu experiencia en Sónar 96 y posteriormente en ArtFutura, también de ese mismo año.

Referente al Sónar, agradezco a todo el equipo de Ricard Robles el hecho de que estuviera ahí, pero pienso no sé hasta qué punto se vieron obligados a llevarme, porque estábamos con el tema de Girona, la música y la vanguardia de ahí, pero yo iba muy ilusionado y luego me sentí como un poco “bueno, ya está, ya hemos cumplido, lo hemos dejado ahí”, porque tampoco creo que se me pusiera en el sitio que merecía estar en ese momento.

Pinchaste en la carpa del Poble Espanyol de Montjuïc ¿cierto?

Así es, pero estaba en la zona de “Guantánamo”. De hecho, me pusieron más en la zona chill out que no en la pista. Por eso te digo, ¡hostia, yo iba con toda la ilusión!, y creo que me hubiera ayudado mucho, incluso a nivel profesional, el hecho de estar en una zona con más fuerza, más de cartel. Esa es la espinita que se me ha quedado con el Sónar, que agradezco que me hubieran llevado, ¡ojo!, sí, que no digo que no, pero en cambio me pasó todo lo contrario en el ArtFutura. No es que no me sintiera del todo a gusto, pero es que iba con una idea y luego me encontré otra, y ya eso me descolocó. Es como si pasas del once titular a ser suplente y te lo dicen el mismo día, aunque sí que me informaron. Ahí encontré que me faltó el apoyo real de Sónar, de llevarme ahí y creerme que me llevaban: “tú, que llevamos a un tío que está haciendo cosas diferentes y tal”.

La revista que publicó Sónar ese año para la ocasión etiquetaba tu estilo como mellow trance.

Bueno, eso son ellos. Es como con las mujeres, que te pueden encontrar guapo o feo y, depende de cómo les gustas más o no, pueden hacer locuras contigo o apartarte y ser el patito feo.

“Futura (Ex Machina)” Cosmic Inc.

ArtFutura 96

Tengo una muy buena sensación de ArtFutura.

ArtFutura en Madrid dijo: “señor, queremos que venga y le queremos en el cartel principal”. Fui el disc-jockey que cerró ArtFutura ese año. Lo recuerdo como uno de los sitios que más me ha llenado, porque el público de Madrid se lo estaba pasando hiperbien, hubo muy buena comunicación, la verdad es que si nos llegan a dar tres horas más reventamos Madrid, nos vamos todos por ahí, a Plaza Colón y la liamos, porque se creó una atmósfera muy buena, muy positiva. Se cerró el festival, fue la última actuación y la gente vino y te lo agradeció. La gente muy positiva. Me llevé un muy buen recuerdo de ArtFutura.

Pinché bastante de los sellos R&S y NovaMute. Era un punto en el que estaba disfrutando mucho con los temas de Robert Leiner. El momento en el que Ken Ishii también estaba planchando con R&S. Recuerdo que pinché el “Higher State Of Consciousness” de Josh Wink. Cerré con el tema “TheMask (Swept Q)” de Aftrax, del sello NovaMute, y dije ¡wow!, has marcado un poco el terreno (risas).

Disfruté mucho de la sesión y creo que la gente que estuvo allí también la disfrutó. No es que yo les fuera a enseñar cosas, no, porque yo he aprendido mucho de los demás, pero allí tenías una seguridad de decir ¡hostia! has ido, has hecho lo que has querido, has ido a unas olimpiadas, porque era irte a Madrid, y puedes decir que has hecho un buen resultado,  no sé si me llevé la medalla de oro (risas).

David Fussió (Foto: Barbut Fotógrafo)

Recuerdo tu intervención en el mítico programa de Radio Nacional de España “Zona 3” de Sonia Briz. ¿Cómo establecisteis contacto?

Nosotros seguíamos el programa porque, la verdad, era interesante y rompedor. Sonia le daba un plus, un algo especial. Si tú ibas a buscar el “¿dónde están los raros cómo yo o los que hacen algo diferente?”, pues bueno, Sonia nos gustó porque también estaba haciendo algo diferente a lo que se llevaba haciendo toda la vida. Y nada, contactó conmigo, me dijo que me llamaría un día a mitad de programa para hacerme una entrevista en directo. Y sí, tal lo dijo, tal lo cumplió: me llamó varias veces. La verdad, Sonia conmigo se portó muy bien. Le podías hablar de música, ella también tenía una base y mucha cultura. Me sentí muy cómodo con ella. Le agradezco mucho el granito que aportó a toda esta movida. Me enteré que falleció hace unos años: que en paz descanse.

“Access” DJ Misjah & DJ Tim

Revívenos el gran discurso que hiciste en el programa haciendo apología en defensa del dresscode.

Dije más o menos lo siguiente. La gente, dentro de nuestra rutina diaria, te comunican que se casa tu primo, ese día tienes que ir de boda, y ya todo el mundo “¿qué me pondré?”, porque es ese día especial y la gente saca sus mejores galas. Y yo pensaba ¡joder! estás entre semana trabajando, llega el fin de semana y la gente va a disfrutar, va a celebrar o bien que se ha terminado la semana o bien que se reencuentra con la gente o bien que va a escuchar música. ¿Por qué no dan ese punto de glamour? ¿Por qué no le dan valor al dar un atributo a algo que les va a dar placer? en este caso es la música. Es como venerar a un dios. Sí que le estás dando tu cabeza, tus oídos, estás ofreciéndote a nivel cerebral, pero ¡coño! por fuera no vayas tirao, vestido de cualquier manera. Dándole la importancia que le das a la música y al formarte musicalmente, pues da también esa etiqueta de elegancia, de glamour. La gente tendría que ir al club con frac. Te arreglas para ir a una boda, y luego te vas a la discoteca y ¡joder! llevas un agujero en los zapatos que en la puerta no te van a dejar entrar: ¿por qué eso? me parece una incoherencia total. Es como si un equipo de fútbol saliera al campo a jugar con la camiseta rota  ¡Joder, que eres el Barça, o que eres el Madrid! ¿A que no pasa por la cabeza?

La imagen es importante. En tu club, que es tu casa en ese momento, tú marcas las pautas y dices lo que quieres hacer. Si no hay ley, si no hay un patrón, eso no puede ser nunca una línea a seguir. Hablamos de un proyecto, y ese proyecto va enfocado a un sitio. Tú tienes que decirle a la gente que, el que te siga y quiera entrar en tu proyecto, tiene que llevar un poco la línea.

Estética cyber: vestido para bailar.

Por eso luego, alguna de las movidas, como fue el cyber, llevaba ya el look para honorar ese sonido. Mira las tribus urbanas: el punk llevaba su imagen, el rock la suya ¿y la electrónica?. Hasta que no salió el cyber no había una identificación de quien escuchaba electrónica. Los cyber estaban dispuestos a peinarse la cresta, como también en su día hicieron los punkis. Buscaban la cosa más chillona y más fluorescente para que les reflejara esa luz en la camiseta y “¡buah, quedaros qué camiseta que llevo! hace daño en los ojos pero soy el foco de atracción”. La movida cyber decía: “bien, hay música, pero la imagen también es importante”.

En primer lugar eres DJ, la producción viene después, es algo complementario ¿Lo digo bien?

Así es. Cuando estás pinchando la música de los demás, lógicamente te empapas. Te creas tu propio perfil, tu propia fusión, a base de coger esto o esto otro. Es como la educación. Eres pequeño, haces unas cosas, vas madurando, vas cogiendo otros hábitos, otros conocimientos, se amplía tu cultura… Y es esto. Llega un momento que ya tienes conocimientos para atreverte con la producción.

Entre tus producciones sobresale una especialmente, “Mateu Funk”, del año 1997 ¿Lo consideras el mejor tema que has compuesto?

No sé si el mejor, pero sí uno de los que más trabajo me dieron,  no a la hora de producirlo, sino trabajo en intentar hacer algo que perdurara en el tiempo. Lo fácil hubiera sido ir a buscar la pista, lo comercial. Algo que no quería era hacer un tema para quemarlo al cabo de cuatro días. “Mateu Funk” tiene un tempo que te permite escucharlo a cualquier hora, no es un tema machacón. Se grabó en Valencia. Sería un error no mencionar a Óscar Araujo, la persona que me ayudó con la producción. Óscar es uno de los mejores compositores del país en cuanto a bandas sonoras para películas y videojuegos se refiere.

Lo compuse en homenaje a Mateu de Fax 3 (grupo gerundense de música electrónica de principios de los 90. Se puede encontrar más información en YouTube y Discogs). “En Mate” fue un compañero, un amigo, de producción musical. Desprendía mucha alegría, daba chispa a la noche, era especial. Yo lo apreciaba mucho. Su pérdida (falleció en 1996) me dolió, lo pasé muy mal. Quise hacerle un pequeño tributo, dejar algo palpable. Espero que, si lo ha escuchado de una manera u otra, le guste. Esto es lo que pretendía.

“Balance” Acid Scout

Has compartido cabina con casi todos los grandes ¿Con quién disfrutaste más?

Con quien he disfrutado y me lo he pasado muy bien ha sido con Xavi Robot, mi compañero de residencia. Era muy fino pinchando. A veces hacíamos un B2B (back to back). Éramos un equipo, porque si yo apretaba él disminuía o viceversa. Hacíamos un team, un yin-yang, muy bueno dentro de la cabina. Nosotros no nos preparábamos las sesiones.

También me lo pasé muy bien, las veces que coincidimos, con J. Rob. Y así, en plan más cañero, más fiesta, con Sven Väth. Es el káiser y, si se encuentra a gusto con la gente que está, es mucho káiser (risas). Es un showman y un muy buen empresario.

¿Cuál fue el DJ set y live-act que más te impresionó en La Sala?

Quien me gustó mucho cómo llevó y cómo envolvió a la gente fue Laurent Garnier. Empezó con un poco de drum & bass, algo de jungle, otro poco de tech y acabó pegando regalazos del tipo “Crispy Bacon”. Hizo una fusión de estilos. Ese día educó a la gente que teníamos allí. Vino a dar una clase magistral.

En cuanto al live, en la época del EBM, me gustó mucho Oomph -un latigazo industrial- y And One, ambos cañeros y con mucha energía. Ya en el 2000, Anthony Rother y Alexander Kowalski, uno por el concepto más electro, el otro por el techno atmosférico que genera.

¿Con quién te habría gustado compartir un trocito de tu “pecera”?

Me hubiera gustado pinchar o hacer un plato a plato con Laurent Garnier. En cuanto a live-act se refiere, con Paul Kalkbrenner y Alexander Kowalski.

“Fusion” Sven Väth

La anécdota con Papá Sven.

Recuerdo que fue la primera vez que Sven Väth vino a La Sala del Cel, sería el año 1997 o 98. Lo íbamos a contratar y tuvimos que pasar por un filtro, un promotor que tenía la exclusividad para España. Nos envió el rider de lo que necesitaba Sven: un modelo especial de Mercedes -un cochazo-, un tipo de hotel en concreto, en la habitación toallas especiales y fruta, unos menús a base de pescado, etc. Las exigencias que pedía él como artista. Alquilé el coche que me pidió y cuál fue mi sorpresa cuando fui a buscarlo al aeropuerto. Le digo “mira, el coche”, él sorprendido “¡joder, qué cochazo!” y yo “¡coño, el que has pedido!” , “si yo no lo he pedido” me responde. Me pidió que le enseñara el rider. Me dice “de hecho, no he pedido nada de lo que pone aquí, creo que te han tomado el pelo”. Solo le faltó decir que si lo iba a buscar con un Renault 5 él venía igual. Sven, si algo tiene es que es persona, y supongo que también ha tenido unos inicios. Un coche que le lleve, que no le deje tirado, pero que le lleve. Una persona encantadora, increíble, desprende muy buen rollo.

¿Por qué dejaste de pinchar?

La noche quema. Yo llevaba unos 20 años en la noche. Entré en un bucle, en un loop, en una monotonía. Ya no sentía esa chispa al pinchar. Y eso me llevó a pensar: ¿Si ya no lo siento igual, qué me voy a pasar hasta los 50 o 60 años, por qué, por un trabajo rutinario? Es eso lo que me apartó. No sé si cometí un error o no. En esta vida, todo lo que acaba siendo monótono, malo.

¿Crees que te pudo quemar el hecho de haber estado tantos años en el mismo club?

Sí, pero bueno, fue la decisión que yo tomé. Creo que no fue un error seguir tantos años en el mismo club, pero luego tendría que haber cambiado el chip yéndome a otro sitio. Creí que en La Sala lo había dado todo. Me hubiera gustado ir a pinchar a algún sitio como residente, aunque fuera un año, a Berlín por ejemplo. Dar el paso para irme a otro club y llevarme toda mi experiencia, mi álbum personal.

Ahora, de vez en cuando, “tengo el mono” y necesito volverme a liar. Me apetece producir. No ir a buscar un track en especial, sino sentarme y dejarme llevar, experimentar, buscar sonidos, por el puro placer de descubrir. Si sale algo interesante no descarto que pudiera plancharlo. Ahora bien, no tengo ninguna prisa. Decidí ser padre y tengo unas hijas que cuidar y a las que me debo.

DJ residente y DJ itinerante

El DJ residente juega con la ventaja que tiene las herramientas, como el mecánico. Tiene esa llave Allen que es con la que trabaja. Tiene ese sonido que ya conoce, ese equipo, esa mesa… Y luego le ayuda mucho el público que tiene, al que ya ha “educado” de una manera y viene por lo que se le está ofreciendo.

Cuando vas a hacer bolos fuera no conoces al público y partes desde cero. El factor campo es importante, todo ayuda. Ahora, también como profesional, tú tienes que hacer que el factor campo te apoye y vaya contigo.

Tiene tanto mérito el DJ itinerante que cada fin de semana pincha en un club diferente, como el residente que cada día tiene que luchar para que la gente no se le aburra. Son dos cosas diferentes, pero las dos tienen su mérito.

Playlist: David Fussió’s all time favourites

¿Qué música escuchas en casa?

En casa escucho un poco de todo, la verdad. Tengo una lista que me he hecho con Spotify. En plan electrónica: Juan Atkins, Carl Craig, Kenny Larkin, DaveAngel, Paul Kalkbrenner, etc. Pero igual que me gusta un Kool & The Gang de disco me puede gustar un Paco De Lucía con su guitarra o me puede gustar cualquier otra cosa, como unos Ramones, unos Sex Pistols o lo que sea. Me encanta el indie, The Temper Trap o Foals, por ejemplo. Puedo escuchar un “Yellow Submarine” de los Beatles como un Johnny Cash o cualquier música negra. Me gusta todo, hablando claro. La música no tiene fronteras.

¿Practicas algún deporte?

Senderismo y mountain bike.

Un libro.

“Loops. Una Historia De La Música Electrónica” (2002). Un libro para empaparte bien y tener un poco de criterio a nivel de todo lo que ha sido la cultura musical. La música electrónica desde sus inicios, los Kraftwerk, la influencia del dub, etc. Todo esto. Como una Wikipedia plasmada en papel. Recoge anécdotas muy interesantes. Vale la pena tenerlo.

Una película.

“Trainspotting” (1996) y “Atómica” (2017), ambas por su banda sonora. Pero una que me impactó mucho, “American History X” (1998).

Una ciudad.

Para vivir, Girona. Para visitar, me gustaría ir a Tokio (Japón) por el tema de la tecnología, pero también te diría que algún pueblo de Escocia me lleva loco.

Playlist: La Sala del Cel (Trance Golden Era 1993-1996)