El sello valenciano lleva un ritmo de ediciones que necesitaría un digital entero en tiempo real para ir dando cuenta de ellas. De entre los últimos trabajos de la etiqueta que han llegado a nuestra redacción, aunque habitualmente no soy la que escribo del techno más frío, me ha tocado hacerme cargo de este muy sorprendente trabajo de Dead Memories.
Se trata de un álbum compuesto de diez piezas en las que transita mayormente por paisajes electro, con detalles atmosféricos y flotadores como prólogo y epílogo, además de un pequeño detalle 4×4 a mitad de la playlist.
Destaca la emotividad que transmite este artista en sus composiciones que aunque llevan un altísimo componente mecánico y repetitivo también aportan mucha armonía, melodía y espiritualidad. El disco se digiere fácilmente en una sola toma y como suelo hacer con estos trabajos de larga duración, lo degusto en mi carrera diaria, que esta vez me ha transportado a planetas desconocidos con una fuerza de gravedad distinta.
Música electrónica del futuro con un gancho potente en la tradición y en el pasado. Gracias al cielo, libre de distorsiones gratuitas y previsibilidades. Altamente recomendado.