DJ Alfredo: Paraíso. The True Spirit Of Ibiza (Rebirth)

Excelente disco póstumo de DJ Alfredo, icono de una Ibiza que ya no volverá.

Hubo una época en la que Ibiza era más que un simple destino turístico o una meca iniciática; encarnaba una idea, un soplo de libertad que se extendía por la noche, una promesa de evasión traducida en música, colores, vibraciones y pulsaciones, difuminando las fronteras entre amaneceres y atardeceres, y viceversa. Antes de convertirse en la maraña de clubes que conocemos hoy, la isla fue el corazón en perpetua fibrilación de un movimiento indefinible. En las décadas de 1950 y 1960, Ibiza ya se había convertido en un refugio para artistas, bohemios, hippies y forasteros que huían de regímenes represivos o se distanciaban de la sociedad convencional. Era un lugar de experimentación y libertad artística, donde la música se convirtió en la banda sonora de una nueva forma de vida, una que reescribió las coordenadas de una efervescencia nocturna única y vital.

Fue en este terreno fértil donde se produjo un cambio cultural significativo cuando Alfredo Fiorito, argentino nacido en 1953, se mudó a Ibiza en 1976 con su novia, escapando de la represión política que azotaba su tierra natal. Periodista musical y promotor de conciertos, Alfredo quedó cautivado al instante: «La primera impresión que tuve de la isla fue de total libertad. No había industria, todos eran pintores, escritores, diseñadores. Me gustó tanto el lugar que decidí quedarme y empecé a vender velas y ropa para ganarme la vida…». Amnesia, donde pronto empezaría a tocar, se convirtió en el punto de encuentro perfecto. «Era una casa de campo convertida en club, un lugar de encuentro para músicos y gurús indios», recordaría Alfredo más tarde. Allí no importaba el origen ni la clase social. La discoteca abría a las 3 de la madrugada y abría hasta el mediodía. La gente venía cuando otras discotecas cerraban. No había reglas y era más barato; la gente hacía el amor, bebía, bailaba y se tomaba litros de éxtasis. Mezclando géneros y atmósferas con una fluidez natural y orgánica, sus sesiones desafiaban cualquier clasificación, moviéndose con fluidez del reggae al flamenco, del rock alternativo al jazz-funk y al soul, del synth-pop al emergente sonido house de Chicago. Alfredo creó una onda rítmica magnética e impredecible, impregnada de ecos excéntricos y esotéricos. Su eclecticismo audaz cautivó a toda una generación, incluyendo a figuras como Paul Oakenfold, Danny Rampling, Johnny Walker y Nicky Holloway. Tras experimentar esa energía transformadora en Amnesia, llevaron su esencia de vuelta a Inglaterra, acuñando el término “Balearic Beat” para describir el sonido que Alfredo había impulsado.

Pero el Balearic nunca fue solo un estilo musical, sino una actitud. No se trataba de BPM, sino del alma. Como enfatiza Leo Mas, otro guardián mitológico de aquella época irrepetible: «Reducir el Balearic a un mero ‘género musical’ sería limitante, por no decir engañoso. Se describe mejor como un estado mental, una predisposición del cuerpo, la mente y el espíritu, nacida de la fusión espontánea de diversas influencias y la capacidad de experimentar el presente en un estado imaginativo y fluido, a menudo amplificado por diversas experiencias psicodélicas». La principal de ellas fue el éxtasis, que explotó como una bomba empática, alineando intenciones y energía, disolviendo las barreras entre el ritmo y el movimiento, entre la realidad y el sueño.

Ibiza se convirtió en un paisaje de ensueño digno de portada. Y a medida que la escena evolucionó, algunos nombres se mantuvieron fieles al latido original de la isla: César De Melero, DJ Pippi, Joan Ribas, Jon Sa Trinxa… pioneros y guardianes de un sonido que continuó fusionando las primeras formas del House con los lisérgicos rasguños del Acid, dando vida a un nuevo capítulo en la cultura club. Luego llegó la magia del chill-out, la dimensión suspendida de los atardeceres con la banda sonora de José Padilla en el Café del Mar. Un momento en el que la música dejó de ser solo ritmo para convertirse en fuente de aliento, contemplación e inmersión total. En estrecho contacto simbiótico con la naturaleza. Olas de calidez, sensaciones trascendentales de unidad, repentinas e imparables ráfagas de amor, la sensación de que el Paraíso estaba al alcance de la mano.

Entonces, lenta pero inexorablemente, llegó el punto de inflexión de la nueva década. Y en el frenesí desbordante de 1992, la introducción de una ley que obligaba a las discotecas a tener techo alteró radicalmente su atmósfera, marcando el inicio de la metamorfosis de Ibiza. Ibiza comenzó a desprenderse de su antigua piel, y con ella, de sus queridos hijos. Las discotecas se convirtieron en imperios, las pistas de baile en marcas y la libertad en un lujo. El dinero se convirtió en el símbolo de estatus por excelencia, y un desarrollo desproporcionado se apoderó de la isla de forma irreversible. Uno a uno, muchos de los protagonistas de la época abandonaron la isla, incapaces de reconocerse en su nueva cara.

¿Cómo mantenerlo vivo? Esta pregunta resonó en Daniele “Shield” Contrini, fundador y propietario de Rebirth, quien contactó a Alfredo en 2022 con la idea de compilar “Paraíso”, un álbum dedicado al “Verdadero Espíritu de Ibiza”, una colección de temas emblemáticos de su visión musical, capturando su auténtica esencia y manteniéndola viva hoy. Un proyecto musical que nunca pretendió dar respuestas, sino que mantuvo la orgullosa intención de compartir y celebrar el legado de lo que una vez fue, proyectándolo hacia nuevos horizontes. Desde el principio, la idea fue recibida con gran entusiasmo; sin embargo, rápidamente surgieron dificultades para obtener los derechos de licencia. El fallecimiento de Alfredo el 24 de diciembre de 2024 dejó un vacío irreparable. Su pérdida hizo aún más urgente la finalización del proyecto, y se convirtió en una misión apoyada por las invaluables contribuciones de muchos artistas que compartieron su trayectoria musical.