
Melodías melancólicas boscosas combinadas con techno futurista en el impecable álbum de Dominik Fröhlich.
Cuando alguien tiene formación musical y oído educado se nota al primer segundo de la escucha, Dominik Fröhlich es uno de estos casos en los que la musicalidad no hace sino añadir mucho más peso cualitativo a un género de por sí abstracto como se supone que es el techno.
El de Nüremberg se explaya a fondo durante los nueve cortes que componen este álbum que comienza directo al grano con Promises, entregando profundidad y presión a partes iguales. El tema que da nombre al disco nos sumerge en las profundidades de un bosque oscuro en el que aparecen sombras extrañas con formas mitológicas, intenso y profundo como su predecesor.
Wolfsstunde es más mecánico e hipnótico, con las secuencias asimétricas como protagonistas en los primeros compases que se van acompañando de bleeps y micro drones conforme avanza el metraje.
Master of Pain se va un poco más hacia el espacio exterior y el sci fi más académico dando paso a Weisse Lile, himno de baile futurista, de lo mejor del disco.
Avanzamos en el tracklist con Loyalty, Obsesiva y barroca en los componentes, tras ella, Shades and Shadows, potente y distópica, con un gran trabajo en los bleeps. Zion se mueve hacia terrenos abisales a tempos lentos y Lies se despide en modo ausente de ritmo y melodías preciosas y evocadoras. Completísimo trabajo el de este caballero que pongo de inmediato en mi lista de talentos a seguir.