En marzo os hablamos del debate sobre la ketamina entre los profesionales de la psiquiatría de EE.UU, (muchos avalaron la aprobación, por parte de la FDA -Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos- a propósito de un nuevo aerosol nasal de efecto rápido para combatir la depresión. Después de muchos meses esperando la resolución final, esta llegó el 5 de marzo: la esketamina será comercializada con el nombre comercial de Spravato. Este es el primer medicamento de prescripción facultativa para la depresión derivado de la ketamina, un anestésico ampliamente usado en elefantes y caballos y en menor medida en humanos.
Ahora, Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos, ha mostrado un inesperado entusiasmo por el nuevo aerosol nasal antidepresivo de acción rápida derivado de la ketamina, y lo ha puesto en “vía rápida” en el Departamento de Asuntos de Veteranos de Guerra para que estos sean tratados “lo antes posible”. El Spravato proporciona “un botón de reinicio molecular rápido para cerebros afectados por el estrés o la depresión”. Inicialmente desarrollado como un medicamento intravenoso, Johnson & Johnson ha desarrollado un pulverizador nasal llamada que tiene el mismo efecto. La estimación es que Spravato podría hacer aumentar más 600 millones de dólares para la compañía en la cuenta de resultados de 2022.
El estudio inicial del pulverizador se hizo en 68 personas con alto riesgo de suicidio: a gran parte de estas personas los tratamientos con antidepresivos no les funcionaban. No se utilizaron placebos en pacientes activamente suicidas. De los que recibieron tratamiento con Spravato, el 40% ya no corrían el riesgo de suicidarse en 24 horas. Durante estos ensayos clínicos realizados en 2017, la relación entre los veteranos de guerra y la farmacéutica se estrechó, ya que unieron fuerzas para lanzar una nueva campaña de prevención del suicidio, la Asociación de Veteranos de Guerra declaró que “emprendería nuevos procesos de ensayos clínicos con la esperanza de brindar acceso a los tratamientos más recientes e innovadores para ayudar a los veteranos que los necesitasen”.
Se calculan unas 20 muertes por suicidio todos los días entre los veteranos de guerra de Estados Unidos. El detonante para que Trump pusiese esto en marcha más rápidamente fue el suicidio de tres veteranos, el pasado abril, en las instalaciones médicas del Departamento de Asuntos de Veteranos, disparándose en la cabeza el mismo día y en el mismo sitio. Ello llevo a Trump a “anunciar” urgentemente la creación de un grupo de trabajo para abordar este problema.
A medida que Trump y la asociación de veteranos de guerra comienzan a acelerar los trámites para que el medicamento llegue a manos de los veteranos necesitados, comienzan, también a surgir algunos descubrimientos alarmantes sobre la esketamina. Si bien muchos funcionarios de la FDA y psiquiatras promocionan los beneficios de Spravato, algunas investigaciones han obtenido alarmantes resultados: el medicamento no funciona en personas mayores de 65 años, un grupo de edad que conforma el 52% de la población de pacientes de la asociación de veteranos de guerra. La otra preocupación es el coste: casi 7000 dólares durante los primeros meses de tratamiento y casi 900 dólares por dosis para un solo paciente. A pesar de esto, Trump se ha ofrecido a negociar en nombre de los veteranos de guerra para la comprar del medicamento a un coste inferior. “Creo que serán muy generosos con usted”, dijo Trump al secretario de asuntos de veteranos Robert Wilkie, durante una reunión celebrada la semana pasada en la Casa Blanca sobre el abuso de derivados de opio -otro de los gravísimos problemas que afectan a la población en EE.UU-.
Muchos psiquiatras también se han hecho eco de los peligros de este tratamiento: severa somnolencia, aumento de la presión arterial y la disociación son tan graves que los pacientes deben permanecer en estancias psiquiátricas durante más de dos horas y no pueden conducir durante las 24 horas posteriores a su inhalación. Con la introducción de este medicamento a un ritmo tan rápido, muchas oficinas de veteranos de guerra ni tienen los equipos adecuados y tampoco están capacitados para tratar los problemas derivados de su toma: alucinaciones, problemas cardíacos y respiratorios.
El personal médico los veteranos de guerra ha dicho que la presión de los altos mandos (que parecía estar directamente relacionada con el interés de Trump) los ha hecho sentir incómodos y por eso el medicamento aún no se ha administrado a ningún paciente. El departamento que determina qué medicamentos se prescriben a los veteranos de guerra votará este miércoles sobre la utilización del Spravato.
El director del grupo de vigilancia de la salud pública, Michael Carome, envió una carta de 14 páginas a la FDA diciendo que la intervención presidencial con respecto a los mecanismos que tienen los veteranos de guerra para evaluar al Spravato y elegir los pacientes adecuados es “simplemente absurda”.