Se planta Snoop Dogg en The Howard Stern Show y a la pregunta de si es verdad que tiene una persona en nómina que le lía los porros responde: “Sí, es verdad, lo encuentro muy oportuno. Ese cabrón sabe adelantarse a tus necesidades, ese es su trabajo. En su currículum, en la parte en que explica a qué se dedica, pone: “Liador de porros”. Lío porros a nivel profesional’. Sabe leer el rostro de una persona para adivinar cuándo necesita fumar y, si es el caso, él se encarga de darte un porro“.
No es el primer artista que tiene este tipo de asistentes técnicos en su equipo. Durante los años 60 y 70 del siglo pasado, eminentes estrellas mundiales del rock como Led Zeppelin, The Rolling Stones, The Velvet Underground o Elton John -por poner solo unos ejemplos- llevaban sus propios camellos e incluso picadores: practicantes profesionales o amigos yonkis duchos en la materia: de los que no llevan el brazo como un colador chino y te encuentran la vena a la primera. En otra liga situaríamos ya a figuras históricas que viajan con sus propios médicos y el correspondiente arsenal de necesidades individualizadas (véase un Michael Jackson, un Prince o un Julio Iglesias).
Mundialmente conocido por sus temas y también por ser capaz de fumarse Jamaica en una mañana tonta, Snoop Dogg paga a su asistente para los porros entre 40.000 y 50.000 dólares anuales, desempeñando también funciones secundarias de terapeuta y acompañante en giras y saraos varios.