El festival de techno más importante de Italia clausura su XI edición con récord de 115.000 asistentes y anuncia las fechas de la próxima edición.
Jeff Mills, Maceo Plex, Honey Dijon y The Blessed Madonna sobresalieron en un cartel con más de 100 artistas como The Blaze DJ, Carl Cox, Four Tet, Nina Kraviz o The Martinez Brothers.
El FuturFestival, patrocinado por la histórica marca de ropa deportiva italiana, ofrece además una programación paralela de arte contemporáneo.
El Kappa FuturFestival de Turín, una de las grandes referencias de festivales de techno en Europa, acaba de clausurar su undécima edición batiendo su propio récord de asistencia: 115.000 asistentes se dejaron caer durante alguno de los tres días de festival, con sold out el sábado, bailando al ritmo de 125 artistas en un recinto con 5 monumentales escenarios que desplegaron 36 horas de música durante 3 días. Eso además de los 12 afterpartes posteriores (que en realidad son clubes con programación a partir de las 12 de la noche) y de las exposiciones e instalaciones artísticas que hacen del Kappa un festival único. Esas son las impresionantes cifras de este festival que ha confirmado su próxima edición los días 4, 5 y 6 de julio de 2025.
Pero antes de pensar en el futuro, vamos atrás para contaros cómo ha sido esta última edición en la que todo parece tener la capacidad de asombrarnos. Llegar al recinto Parco Dora implica sumergirse en una atmósfera postapocalíptica: un parque que conserva enormes vestigios de su pasado industrial, el típico decorado de una rave que en este caso resultaba tan multitudinaria como legal. La mayoría de los asistentes eran italianos, claro, aunque los había provenientes de 157 nacionalidades diferentes (lo mejor de cada casa, sin duda), y una marcada tendencia en la sección masculina basada en bailar sin camiseta con tatuajes en los que cabe el Renacimiento entero. El Kappa FuturFestival este año no dejó las temperaturas asfixiantes de años anteriores, y sí repitió una refrescante lluvia que no impidió el baile y que retiró todavía más la ropa de los cuerpos, ya maleados, en el último día. Falta un dato: las toneladas de kilos de peso que perdieron esos miles de asistentes durante los tres días de danza y castañuelas.
Viernes: Jeff Mills sigue siendo Dios
Empezamos el viernes por la tarde, cuando aterrizamos sobre un público que ya estaba encendido. Nos recibió el dúo The Martínez Brothers con una sesión de baile sin experimentos, energética y comercial, meciéndonos en las cuatro manos de estos hermanos del Bronx en su vibrante mezcla de techno y house con ramalazos latinos y soul. Algo más innovadores, pero con las mismas intenciones de hacer a la gente feliz, el B2B entre Four Tet y Floating Points, dos británicos en una comunión que sin embargo no pareció convencer a todo el mundo, con saltos bien diferenciados entre lo que pinchaba uno y otro. Sam Shepard, el hacedor de Floating Points, suele pisar por territorios rupturistas y desconcertantes hasta el punto de que el público no termina de estar seguro de si lo hace queriendo o porque se hace un lío: cuando se ponía él a los mandos, la música se escuchaba como si lleváramos tapones en los oídos. Tampoco es cuestión de señalar ganadores y perdedores: el que crea que un B2B es una competición, es que no se ha enterado de nada.
Nos esperaba lo mejor de la noche. Asistimos a la lección de techno que sirve en cada una de las sesiones el dios del techno, Jeff Mills, en uno de los escenarios más discretos del recinto y un sonido aceptable, acaso bajo de potencia, para que la leyenda de Detroit, una divinidad, lanzara una propuesta artística impresionante y que parece no tener fin. Siempre único, Mills extrae sonidos de temas reconocibles como ‘The Bells’, pero nos los sirve fragmentados al antojo de un genio y con el aderezo de una caja de ritmos Roland. El resultado es un auténtico viaje que visita el minimalismo y el underground y que, una vez que te agarra, ya no te suelta jamás.
Sábado: Honey Dijon y Maceo Plex dan la sorpresa
Tras un exhaustivo proceso de recuperación, y después de sortear la tentación de no quemar las naves en la primera noche, acudimos puntuales a nuestra cita con la banda Whomadewho, que anda explotando en festivales de música electrónica un formato híbrido basado en pinchar con voces y una guitarra que, a la postre, sería el único instrumento analógico que veríamos durante todo el Kappa. Los daneses señalan directamente a la pista de baile, con un éxito descomunal; expertos en el noble arte de los remixes, nadie mejor que ellos para remezclarse a sí mismos. A continuación, el B2B entre Bonobo y DJ Tennis dieron el ejemplo de un entendimiento perfecto en la cabina, soltando unos graves que hacían que vibrara el alma y un subidón cada cuatro minutos, no les resultó difícil meterse al público en el bolsillo. Les seguía otra maestra: Honey fucking Dijon demostró los motivos de que en unos pocos años haya visto su fama catapultada en todo el mundo, pasando de ser una humilde DJ del underground a convertirse en una figura capital del house, que no escatima en recursos para recordarnos las raíces negras y queer de la escena del baile, marcando su influencia de música de clubes como Berghaim y aportando colora un festival que este año se ha sacudido la etiqueta de rabiosamente heterosexual y este año ha sido reclamo de reinas como la propia Dijon.
Los italianos Tale of Us pisaban sobre seguro. Todavía se recordaba las dos actuaciones que ofrecieron en la edición del Kappa del año pasado, y la máquina de hacer pasta en la que se ha convertido la inagotable gira Afterlife, ya convertido en un festival portátil para multitudes. El dúo, instalado desde hace años en Berlín, repitió en éxito y en la fórmula enérgica y autorreferencial que vienen desarrollando, haciendo suyos temas inconfundibles como ‘Last Night’, de Diddy, o el ‘Shotdown’ de Massano. En el escenario Futur Stage parecía no caber más gente y, al término, muchos de ellos acudieron al Voyager (acaso el que mejor programa acogió de todo el festival) para disfrutar de Maceo Plex en estado de gracia. «This is the place to be», me dijo un colega periodista y, efectivamente, el norteamericano de raíces cubanas ofreció una propuesta emotiva y luminosa de un tech-house melódico que nos hizo acabar el sábado por todo lo alto.
Domingo: The Blessed Madonna se merienda a Carl Cox
La anunciada lluvia hizo acto de presencia en forma de largo chaparrón en mitad de la última jornada, y la llegada de la noche hizo que pudiéramos patinar sobre barro en algunos escenarios, además de las típicas situaciones que la tormenta genera en un festival, que da la impresión de que el mundo se va a terminar justamente ahí. Afortunadamente, el escenario principal estaba cubierto y sólo se veía gente y más gente, con el espíritu mancillado por este tercer día, proclive a resurrecciones de todo tipo. La sesión de Vintage Culture quedó deslucida porque el público estaba a otra cosa, y tampoco él le puso mucho empeño, que digamos. Nada que ver con The Blaze en formato DJ, sin duda una de las sesiones más esperadas del día. Con solo dos álbumes de estudio y unos videoclips asombrosos, los franceses se han hecho un nombre en la escena internacional gracias a temas dance pegajosos y emotivos con una nítida esencia festivalera. En Turín, dedicaron buena parte de su set a pincharse a sí mismos -nada que objetar – y unas pocas concesiones a temas ajenos de, por ejemplo, Orbital o Bicep. Acostumbrados a sorprendernos con unos asombrosos videoclips, la puesta en escena fue un espectáculo total.
Carl Cox pinchaba en dos ocasiones, algo habitual en este festival: ya que están aquí, aprovechan el viaje y hacen algún B2B. En el caso del pionero del techno, actuó primero con la brasileña Anna y posteriormente en solitario, atrayendo a una gran cantidad de público ansioso por disfrutar de una de sus sesiones: técnicamente impecables y con muchísimo bombo, que está muy bien, nadie duda a estas alturas que Cox es una figura referencial y uno de los DJs más influyentes y premiados de la historia de la música electrónica. El caso es que lleva haciendo más o menos lo mismo desde 2008, así que a la mitad nos fuimos a buscar un poco de luz con The Blessed Madonna que fue la encargada de clausurar el escenario principal con una sesión vibrante de house, una sesión sucia y sexy, divertidísima, como suele ser habitual con sólo una objeción: el corte de rollo que supone acabar con un mix regulero de ‘Mr. Sandman’ de The Chordettes está ya un poco trillado, y de ningún modo nos íbamos a dormir a las doce de la noche. Recaímos en uno de los afters, en este caso en el Centralino -uno de los clubes fundamentales en la capital piamontesa- que se fue llenando hasta que no cupo más gente para terminar el festival con una sesión hipnótica de Carl Craig que, ahora sí, sirvió de despedida hasta el año que viene.
La XII edición de Kappa FuturFestival se celebrará del 4 al 6 de julio de 2025 y las primeras entradas tipo ‘early bird’ ya están agotadas, pero puedes apuntarte en la lista en la web oficial. El futuro nos espera.
Art&Techno: una experiencia de alto nivel
El Kappa FuturFestival mantiene la costumbre europea de terminar a las 12 de la noche y así, los que ya no se van de after, pueden disfrutar de la ciudad en horario matinal y de las actividades artísticas que promueve el propio festival, muy concienciado con la escena artística italiana, con exposiciones de producción propia como ‘Infinito, Italia atemporal’, de Jacopo Di Cera, instalaciones artísticas como ‘Dance First, Think Later’ de Marinella Senatore o el trabajo fotográfico de Oliviero Toscani registrando la fauna festivalera.
Además de las entradas VIP, el festival da un paso más allá con una modalidad de entrada llamada Art&Techno y que incluye traslados, alojamiento en un hotel de cinco estrellas, visitas guiadas a diferentes colecciones de arte contemporáneo y estudios de artistas, comida de verdad en el recinto y todos los lujos que se pueda uno imaginar en un festival de techno multitudinario.