El hombre detrás de Nando Dixkontrol

“¡Hombre, Luisito!, ¿cómo estás?”, me saludaba Nando la primera vez que nos vimos. Y este ha sido su saludo desde entonces, invariablemente, cada vez que nos vemos. Si entras en la vida de Fernando Gallego, puedes estar seguro de recibir cariño en cantidades industriales, desde el primer instante. Pero si te cruzas con Nando Dixkontrol, prepárate para entrar, en momento u otro,  en una espiral de emociones fuertes. Para vivir situaciones imprevisibles y loquísimas, para coger velocidad punta. Porque Dixkontrol va a toda pastilla. Esta es una de las primeras y más claras verdades con las que uno se topa cuando trata con el personaje. La velocidad. En su cabeza bulle un permanente y desbocado torrente de ideas que va soltando con una prodigiosa dicción, por momentos imposible de seguir. Los BPMs de su discurso van sincronizados con los de los vinilos que viene pinchando desde 1983, cuando tomó la decisión de dedicarse a esto de mezclar discos.

Tuve ocasión de entrevistarlo para mi libro ¡Bacalao! Historia Oral de la Música de Baile en Valencia. 1980 – 1995 (Contra, 2016), donde Nando participó con el relato de su experiencia valenciana y el impacto que tendría en su carrera como DJ, una de las más sonadas de la historia del clubbing nacional. Una hora de entrevista con él equivale a tres o cuatro horas de cualquier otro humano. Su capacidad para emitir una cantidad insana de palabras por minuto es sobrehumana. Así que no me quiero imaginar la película con el metraje de un documental como Ciudadano FG: Baila o Muere que se presenta hoy, por fin, en el In-Edit. Un pantagruélico proyecto que se ha prolongado durante casi una década entera y que en su última fase se retrasó,  según parece,  debido a las dificultades  para conseguir los derechos de las canciones incluidas.

La espera ha merecido mucho la pena, y no sólo por la banda sonora, sino porque, a la sazón, recoge imágenes de la última década de la vida de Dixkontrol, en un documental que relata toda una vida de descontrol.  La película se construye en torno a un juego de entrevistas con Fernando Gallego, el hombre, y con Nando Dixkontrol, el personaje, dando un repaso a la trayectoria vital y profesional de ambos. Un viaje lleno de excesos, un desparrame continuo y un talento fuera de lo común.  Ya en su presentación e introducción,  el primero habla del segundo como  “un hijo de puta totalmente capaz de evadirse de su realidad. (…) El desparpajo con el que este tipo miente, con el que este tío falsea la realidad, con el que este tío modifica el orden de los acontecimientos, no sólo consigue que la gente crea y se convenza de todo lo que dice, sino que consigue proyectar en ellos aquella famosa secuencia de Reservoir Dogs donde [se dice que]  la única mentira posible es la mentira que tú te crees.”  Los speeches de Nando Dixkontrol son legendarios, ya en la época de Psicódromo, el after que puso patas arriba Barcelona del 89 al 92, paraba la música para dirigirse a su público. Como en aquella fiesta de San Juan, cuando aprovechó para saludar a su amigo Juanito “el de Calella”, advirtiendo a los presentes:  “no os lo comáis todo de golpe, que luego tendréis que salir a por más […] ¡A quemarlo todo, hijos de puta”. O los que soltaba como presentador de Ponte las Pilas, un programa de TV sobre la escena maquinera del momento, de la que fue su absoluto gurú.

Sé de lo que hablo. Cuando presenté ¡Bacalao! en Barcelona invité a Nando al acto para hablar y, como era de esperar, prácticamente sólo habló él. Cerró el acto con un discurso de agradecimiento dirigido a mí, por haber dignificado este momento de nuestra historia musical y el trabajo de los DJ en este país. A parte de emocionarme hasta el tuétano, dio en el puto clavo, porque mi intención siempre fue, desde un buen principio,  buscar la perspectiva de esa historia vista desde la cabina de los DJ.

Una primera parte del documental repasa esos primeros años de absoluta locura y descontrol, con Dixkontrol viviendo en la buhardilla del Psicódromo y sus interminables fiestas. Su posterior paso por el Ocho y la explosión de la escena máquina en paralelo.  El retrato de una Barcelona,  la de los ochenta, que ya no volverá. Aquella previa a las Olimpiadas de 1992, con la Barceloneta poblada por sus primeros chiringuitos  y Bernardo [Cortés Maldonado] “El Poeta de la Barceloneta”,  dándolo todo con su guitarra española en las largas sobremesas post-paella. Que finaliza con la remodelación global de la ciudad para dejarla bien “guapa” para los guiris. Iniciando un modelo que finalmente ha terminado fagocitando la vida cultural de la ciudad, su diversión y su transgresión. Con las Olimpiadas a la vista, el honorable alcalde de Barcelona por aquwl entonces, Pasqual Maragall, decide ventilarse todos los afters de la ciudad, con el cierre de Psicódromo. Se acabó la fiesta.

Y una segunda estremecedora y demoledora segunda parte, aborda el descenso a los infiernos del personaje, al que nadie llama para pinchar durante un prolongado y agonizante período. Junto al deterioro emocional de la persona, con su final retirada como DJ profesional, el pasado 2013, a la edad de 49 años. La pregunta es, ¿se ha llegado a retirar en algún momento realmente Nando Dixkontrol?