El pasado viernes asistimos a una nueva noche Crow Techno Club en Lab Madrid, donde los indomables jinetes Headless Horseman y VSK tiñeron de oscuridad la sala y subieron los BPMs a velocidad galopante. Aquí la crónica.
Los viernes tienen ya un sinónimo en cuanto a fiesta madrileña se refiere: CROW TECHNO CLUB; y es que el renombre de esta sesión afincada en la sala LAB en Chamartín es incuestionable. No contentos con el éxito absoluto de Slam de la semana anterior, vuelven a la carga con la artillería pesada: Headless Horseman en formato LIVE, VSK, y la apuesta segura al techno local, el B2B de Werc y Root Noise.
La pista se presentaba abarrotada a pesar de la temprana hora a la que irrumpimos en la sala, nadie quería perderse ni un segundo de la noche, y fue el B2B quien nos dio la bienvenida. Werc y Root Noise, extremeños afincados en Madrid creadores del colectivo MUTTED, nos brindaron un warm up idóneo para caldear el ambiente, en el que pudimos escuchar temas como Tasser de Blawan, Ohrwurm de StumHelth o Detached del inimitable James Ruskin.
Daban las dos y media de la mañana, y el jinete se abrió paso entre las tinieblas. La imponente Midas Venice 160 sustituía a la Xone, y, escondido tras su larga peluca, Headless Horseman soltó el primer grave, dejándonos a todos completamente absortos. El sonido penetrante unido a un bombo desgarrador y a una atmósfera tétrica, desató la euforia de un público que, sediento de oscuridad, sintió una completa conexión con el caballero encubierto. La luz de la sala bajó progresivamente a medida que el live avanzaba, y el efecto enajenador invadió a gran parte de los asistentes, viéndose por primera vez ojos cerrados que sucumbieron al férreo sonido estridente de Headless. Los visuales fueron otro de los ingredientes principales de la sesión, elementos oscuros que quedaron eclipsados por el planeo de un gran cuervo, que parecía sobrevolar la sala. Nadie quedó indiferente ante semejante espectáculo, pues decenas de manos señalaban atónitas el vuelo del ave.
VSK fue el encargado de dar cierre a la noche, y contó con nada más y nada menos que tres horas para demostrar su valía. La apertura acertada y precisa del italiano encandiló a aquellos rezagados que seguían abstraídos por el live anterior, despertándolos al ritmo de tracks de corte industrial, como Snake Eyes, de Ansome, techno puramente dicho como Self Excavation de Agony Forces, o temas de su propia cosecha como Under Processing.
La contundencia y profundidad hacia la que orientó la sesión, reflejó su actitud dinámica y activa hacia un público enardecido que no dudó en saltar y gritar cuando el tema lo merecía. La pista echaba literalmente humo; el negro de lásers y visuales fue sustituido por el rojo, y la tenebrosidad, por la sangre. Murderous de Nitzer Ebb fue el tema final, el broche de oro para los fieles seguidores del EBM que nos dejamos la voz para despedirle.
Las 6:15 de la mañana en el reloj, los mismos bpms en nuestro corazón que en la mesa, y muchas ganas de volver otro viernes más a una de las sesiones más dementes de la capital. Y no solo porque los line ups sean de infarto, sino porque como sigan así, ¡de tanto baile al final nos va a dar una embolia!