El pasado fin de semana ha estado dominado por Kanye West. Mientras Ye se abría paso en el mundo, se generaba una avalancha de comentarios, memes e incluso una aplicación para customizar su portada (la misma que, según Kim Kardashian, realizó de camino a la fiesta de presentación).
Pero quizás lo mejor haya sido esa listening party que montó en el rancho de Wyoming en el cual ha estado encerrado haciendo este disco y los de Nas, Pusha T, Teyana Taylor y el grupo que ha creado junto a Kid Cudi, Kids See Ghost. Una mezcla de realeza rap, celebrities, influencers de lo urban y cowboys locales escuchando un disco junto a una hoguera. Algo tan absurdo y caprichoso como algunas de las letras de su nuevo disco, con la línea “None of us’d be here without cum” a la cabeza.
Pero el verdadero triunfo de Kanye durante el fin de semana no ha sido confesar que se le ha diagnosticado un “trastorno mental” (así, en genérico), ni lograr rehacer todo el disco en apenas unas semanas, después de pasar por la cadena TMZ. Tampoco en un disco que se va directo a los últimos puestos del top 10 de su carrera. El momento hay que encontrarlo cuando, en medio de una entrevista, un colaborador de Kanye interrumpe para darle una noticia: han vendido medio millón de dólares en merchandising en apenas media hora.
La cara de Kanye habla por sí sola. Coincidiendo con el lanzamiento del disco, había puesto a la venta en su web una colección de camisetas y sudaderas en las que se lee la palabra Wyoming y aparecen las montañas de la Cordilera Teton que también aparece en la portada de su disco. Las mismas piezas se podían comprar en la propia listening party. Se demuestra una vez más que, le ames o le odies, West sabe sacar provecho de la atención que el mundo le ofrece.