Emma Kirby, afincada en Londres, es una artista que empezó trabajando como cantautora hasta que decidió apropiarse de los medios de producción. Desde entonces y con tres EPs a sus espaldas, Elkka (este es su nombre artístico) se ha ido granjeando una reputación creciente a partir del comienzo de la pandemia, con pequeños lanzamientos muy amigos de la pista de baile; pero con un contenido social y político y una sensibilidad que parecían enriquecer su propuesta. Personalmente no entendí demasiado el revuelo detrás de “Euphoric Melodies” (Technicolour, mayo de 2021). Un buen disco de house, con toques y espaciados en ocasiones aparentemente minimalistas, pero con no demasiadas ideas propias.
La propuesta de Elkka se parece bastante, aunque pueda chocar ligeramente, a la de “The Three amigos”, esto es: Four Tet, Caribou y –algo menos- Floating Points. Un house sensitivo, suave, con muchas sutilezas, samples de instrumentos de cuerda… Pero en su nuevo EP, “Harmonic Frequencies” (Technicolour) Emma Kirby sí que parece tomar algo más de voz propia. Curiosamente lo hace de una manera algo disparatada: evidenciando sus influencias. Canciones como “Music to heal to” o “Voices” suenan como si estuvieran mezcladas por un extásico Daphni o un nostálgico-acústico Kieran Hebden… Y de ese modo se hacen precisamente hueco en un espacio ya dado; el del house elegante, con alguna ínfula pop y bastante sensitivo.
Al final las propuestas de estos productores lo que tienen es un elemento común: suelen acercar con bastante frecuencia el ethos de la pista de baile a sonidos más pop y accesibles; amigables con la música independiente e incluso con la música folklórica o el soul (no olvidemos que Four Tet colaboró con Madlib en un disco a comienzos de este año). Y ahí es donde este “Harmonic Frecuencies” se mueve: creando puentes entre un estilo poco o nada belicoso y el pop más sintético y limpio. Como anécdota para demostrar este enriquecimiento, podemos recordar la última canción del otro EP que Elkka ha sacado este año: “Morning Fuzz” es un tema que prácticamente hace las mismas notas que “Passionfruit” de Drake. ¿Tiene su ingenio? Seguro, pero desde luego el desenvolvimiento de Emma Kirby en su último EP resulta mucho más alentador que aquel, por atmosférico o reivindicativo que quisiese ser.
