Esplendor Geométrico abandonan el 2021 cumpliendo 40 años en activo. Cuatro décadas de carrera sobre el escenario que los han posicionado para el mundo como los pioneros del industrial en España. Más de veinte discos en su haber entre los que destaca un doble, “40 años nos iluminan”, que no es un recopilatorio en sí, sino una reinterpretación de algunos temas antiguos, tanto por Arturo Lanz, como por otros artistas como Atom TM o Maurizio Martinucci-Pragma.
Hablar con Arturo Lanz siempre es un placer y más cuando él se muestra tal como es y en Madrid, su tierra natal, a la que ha regresado después de unos años en China. Una persona sencilla, en su estudio, rodeado de miles de libros y de sus ordenadores, los mismos con los que nos lleva a los paisajes sonoros que recrea cuando se sube a un escenario.
Y es que la última vez que pudimos disfrutar de Arturo Lanz y Saverio Evangelista fue en el Ombra Festival, donde mostraron un live muy diferente a los anteriores, más maduro y elaborado, cercano al mantra que busca toda música electrónica que se precie.
¿Cómo ha sido vuestra experiencia en Ombra y cuáles han sido las diferencias con respecto a otros festivales donde habéis tocado recientemente como Morada Sónica?
En el Ombra me lo pasé “de cojones” y la diferencia fue que en Morada Sónica y Alicante había menos gente y todo el público estaba sentado, pero a parte de eso, el set es el mismo. Empezamos con este nuevo repertorio en el mes de octubre en Francia y decidimos cambiar el concepto.
A propósito del giro de concepto Esplendor Geométrico… ¿El cambio de repertorio viene a colación del doble disco “40 años nos iluminan”?
La verdad es que no, simplemente decidí hacer un montón de temas nuevos de unos 3 minutos de duración, contundentes y un poco más extraños de lo que estábamos haciendo hasta ahora.
Sí, son temas más “mantra”…
Sí, más mantra. Son 20 temas de unos 3 minutos y yo tengo que estar más concentrado. Un poco en plan “Ramones”… La verdad es que el sonido es genial y muy muy contundente. La verdad es que me lo paso muy bien con este nuevo set.
La verdad es que no estábamos acostumbrados a verte “a las máquinas”…
Bueno con el iPad siempre he estado jugando, pero me desparramaba un poco. Enseguida me calentaba y era un descontrol. Menos mal que estaba Saverio para controlar ahí un poco todo. No sé si serán los años o que ya no bebo y quiero estar más concentrado en lo que hago.
¿No te ha dicho ningún amigo-fan que echa de menos que la líes en un concierto de Esplendor Geométrico?
A ver, sí, claro que hay amigos que son fans que me dicen que echan de menos que la líe y que desparrame en los directos. Pero eso ya fue. Todo va por etapas. De todos modos cuando nosotros tocamos no estamos pensando en dar espectáculo, así que todo depende del momento, de las ganas que tengas… No me siento en la obligación de “hacer el bronca”. Ha habido momentos en los que me apetecía vitalmente, es como va. Recuerdo un concierto que dimos en La Boite (Madrid) que nada más empezar tiré el iPad y ya descontrol. A veces necesitas ser más punk y te puedes quedar en pelotas en el escenario, y ahora me lo paso bien estando con Saverio al lado. Ahora me apetece más estar pendiente de los sonidos.
Por eso, el pasado no importa (frase que me dijiste en nuestra última entrevista)… ¿Cuál es el futuro de Esplendor Geométrico?
Exactamente. El pasado está para cambiarlo y el futuro por crearlo en el presente. Ahora estamos haciendo “cositas” que se verán en el futuro. Es algo que no puedes dejar de hacer y además yo me conservo fenomenal para los directos, así que dejaré de hacerlos cuando me de algo (risas). Yo creo que hasta los 90 años podré hacer cosas (risas). Corro todos los días 13 km y los fines de semana 21, así que me quedan años por estar encima de un escenario.
Echando la vista atrás 40 años, ¿con qué directo te quedarías?
Con este último de Ombra Festival y sí porque es el último. Me lo pasé fenomenal. Todos los directos han sido buenísimos o casi todos… pero me quedo con el último porque “el pasado no importa” (risas). Los primeros conciertos en los que me di cuenta de que sonábamos fenomenal fueron en los 90, cuando nos fuimos a Tokyo. En los anteriores, los del principio, el sonido era un poco más “dark”, más tendente al “rock” y en esos años la gente hacía cosas rarísimas en el escenario como quemar ataúdes (risas). Otro concierto buenísimo fue el de Chile que nos llevó Uwe Schmidt… fue brutal. En general todo depende mucho de los sitios y de la época.
Cuéntame un poco acerca del doble “40 años nos iluminan”, que no es un recopilatorio sino temas nuevos de Esplendor Geométrico y otros reinterpretados por otros artistas.
Sí, son algunos temas nuevos, otros antiguos de hace 40 años que no se conocían mucho y que he cambiado radicalmente, y otros reinterpretados por otros artistas con lo que colaboramos. Creo que el sonido es muy especial y eso es lo que hemos llevado al directo. Ese sonido un poco chirriante, muy industrial y un poco hipnótico.
Para mi hay una gran diferencia entre este último doble y “Fluida Mekanico”, que fue el disco que marcó nuestra última entrevista.
Creo que “Fluida Mekanico” era más simple y éste nuevo está más elaborado. Tiene otro sonido.
¿Podemos decir que es un punto de inflexión en vuestra carrera?
Sí, yo lo veo así. Hemos tenido muchos momentos en los que ha habido un leve cambio en el sonido de Esplendor Geométrico y ha vuelto a sonar actual. En particular ahora creo que nuestro sonido es muy actual. Cuando escucho los temas no los considero míos, no los reconozco como míos. Esa es la impresión que tengo yo con este nuevo disco, que suena moderno, no me suena a los 80 como por ejemplo Cabaret Voltaire.
Para mi es un sonido mucho más elaborado, más contundente y que me empuja más a bailar, tendente al techno.
Así es. La etiqueta “industrial” es un poco absurda. Nosotros no nos hemos considerado nunca banda “industrial”, de hecho los únicos que creo que hacían industrial son Throbbing Gristle. Quizás al principio, como era nuestra principal influencia… pero después del segundo LP creo que optamos por algo más bailable. De hecho me gusta mucho más la escena techno, como cuando tocamos en Berlín, -en Berghain-, en Rusia, en Suecia…
Y a la hora de componer ¿también ha habido un cambio o seguís con la misma dinámica?
No, seguimos con el mismo método. Yo creo los ritmos y luego Saverio lo mejora todo.
¿Y con respecto a la carencia de ideología en Esplendor Geométrico? Porque recuerdo que la última vez que hablamos me dijiste que Esplendor Geométrico era muy físico y que carecía de ideología.
Eso es igual también. Sólo hemos variado a nivel de sonido. Esplendor Geométrico no tiene nada de intelectual, es puro sonido. Cada uno tenemos nuestra forma de pensar, pero no la llevamos a escena.
¿Cuándo volveremos a veros sobre un escenario?
La siguiente fecha la tenemos en Madrid, en Pinto, en abril… pero esperamos tener más fechas antes (si se empieza a abrir todo).
¿Cómo has vivido en Shangai el tema del confinamiento y demás?
Bueno nosotros en Shangai nos confinamos un poco libremente. Fueron 3 meses un poco duros, desde enero, pero para marzo o abril ya estaba la normalidad total. Muy diferente de aquí. Todas las discotecas abiertas y ninguna restricción, salvo en el metro que tienes que llevar mascarilla. Nada que ver con Europa.
Si tuvieras que explicar a alguien que no conoce vuestra música qué es Esplendor Geométrico, ¿cómo lo harías?
Para el disco diría que es música electrónica, sorprendente y de varias escuchas. En cambio, para el directo diría que es música que va a disfrutar. Esa es quizás la diferencia entre un disco y un directo. En el disco tienes que estar más atento, pero el directo al ser más físico, te metes más en la vibración. Para mi lo mejor es el directo. Mis discos no los oigo… los hago y ya está.
¿Qué te parece que en los últimos tiempos esta vertiente de la electrónica haya proliferado con sellos como “Industrias Mekanicas”, cuyo primer lanzamiento eran temas en homenaje a Esplendor Geométrico?. ¿No te da la sensación de que se está poniendo en boga este tipo de sonido en toda Europa?
La verdad que nos gusta y sí que hay un alza en este sentido de nuestro sonido. De hecho, he hecho versiones más enfocados al techno, a la pista, y han salido unos temazos…
¿Dónde te gustaría llevar a Esplendor Geométrico? ¿Qué país te queda por tocar?
Por ejemplo Australia, me encantaría tocar. En todos los sitios hay gente para todo… tú le dices a un japonés que en España en los años 80 iba a surgir un grupo como Esplendor Geométrico, y lo flipa. Así que sí, Australia.
En este sentido, ¿cómo ves el acceso ilimitado y universal que ahora tenemos con respecto a poder hacer música?
A mi me encanta. Antes teníamos que comprarnos sintes que te costaban una pasta. Ahora es mucho más democrático ese acceso a la música.
¿Qué música escucha Arturo Lanza en la intimidad?
Pues la verdad es que no tengo mucho tiempo para escuchar música porque entre el trabajo, el chaval y lo que leo… Cuando puedo escucho lo de siempre, lo clásico…algún disco de Talking Heads, los primeros Cabaret Voltaire, que me llevan a la época en la que estaba en Aviador Dro… y lo que hago yo, cuando lo hago.
Te veo rodeado de libros… ¿Qué lee Arturo Lanz?
Leo novela negra, muchos ensayos… leo bastante. También me gusta mucho ver documentales.
Deduzco entonces que la vida día a día de Arturo Lanz es totalmente opuesta al salvajismo que muestras en el escenario.
No, no: nada que ver… Me levanto muy pronto, a las 5 AM, me acuesto a las 10 PM… hago mis meditaciones diarias… es complementaria, que no opuesta. El ser humano tiene todo dentro. Algunas cosas las reprimes y otras las exprimes. Todos tenemos nuestra parte “negra” y nuestra parte luminosa y hay que gestionarlo complementándolo.
Arturo Lanz medita… ¿cómo empezaste con esto?
Llevo casi 10 años meditando. Di el paso porque yo fumaba como 4 paquetes de cigarrillos al día y tenía que acabar con eso. Me leí un libro para dejar de fumar cuya técnica está muy basada en la meditación. Se basaba en visualizar al tabaco como si fuera un monstruo que está dentro de ti y que te pide comida, algo que no eres tú. Acabé el libro y no volví a fumar. Y empecé a ver que todo estaba basado en la meditación, que no es nada, es simplemente pararte, estar en silencio contigo mismo, y ya está. Es un hábito en mi vida, cómo gestionar los pensamientos a tu parte física… y si logras gestionar tu parte física es mucho más fácil no alimentar emociones como el miedo… . Vives más el presente y manejas mejor todo. Para la música también lo aplico, quiero decir, cuando tú eres uno con lo que haces, tu frontera corporal se diluye con lo que estás haciendo. Y si eres consciente de eso, disfrutas mucho más. Con el ruido puedes meditar. En los conciertos de EG, si estás metido, estás meditando.