Entrevista: Marco Cariola

Charlamos con el responsable de la plataforma más satírica y divertida de la escena electrónica.

Hola Marco (si es tu verdadero nombre), muchas gracias por esta entrevista. “Cariola” significa “carretilla” en español, ¿elegiste ese nombre por algún motivo especial, o simplemente es un homenaje al gran Carola?

Hola 🙂 Gracias por la entrevista. El nombre me vino de manera bastante espontánea, sin duda hay algo de inspiración en el verdadero Carola, pero no es un homenaje directo. Quería algo fácil de recordar, que sonara bien y que llevara ese toque irónico que me representa.

No sé si era tu objetivo, pero te has convertido en toda una celebridad dentro de la escena electrónica. ¿Cómo llevas la fama?

Ser “famoso” en redes sociales es un poco como ser rico en el Monopoly, jaja. Bromas aparte, todo esto ha sido completamente inesperado: hace un año la página tenía unos 3.000 seguidores.

Sigo llevando mi vida como siempre, fuera de Instagram tengo un trabajo normal y mis propias pasiones. Lo que realmente me dejó alucinado fue encontrarme de repente hablando cada día con artistas y auténticas leyendas de la música electrónica. Al principio tardaba horas en contestar porque no me lo creía. Ahora casi se ha vuelto “normal”, aunque sigo flipando cada vez.

Eres un soplo de aire fresco en una industria que a veces se toma demasiado en serio a sí misma. ¿Crees que el humor y la parodia son medicinas necesarias para los tiempos que vivimos?

Totalmente. Hoy en día la ironía es una forma de supervivencia. En el mundo de la electrónica estamos tan acostumbrados a ver egos gigantes, poses y mucha apariencia que un poco de ligereza se convierte casi en un antídoto.

Yo no me burlo de la música, a la que respeto profundamente, sino del circo que a menudo la rodea. Reír nos ayuda a poner las cosas en perspectiva, a respirar. Y nos recuerda que, al final, todos somos humanos… incluso cuando nos creemos headliners de por vida.

¿Cómo y cuándo nació la idea de crear a Marco Cariola?

La idea nació durante el Covid. En aquellos meses de aislamiento total, la página tenía otro nombre y solo existía en Facebook. Todo era muy simple: por aburrimiento y diversión cogía clips de sets y les hacía remixes absurdos en Ableton. Los hacía más graciosos, más exagerados… pero increíblemente realistas, tanto que mucha gente no sabía si era broma o un set real.

Las reacciones me hicieron darme cuenta del potencial. No había crítica ni sátira dirigida: era puro entretenimiento, un experimento creativo nacido en un momento duro para todos.

Con el tiempo, aquello evolucionó: cambió de nombre, de tono, de público, de plataforma… hasta convertirse en lo que conocéis hoy como Marco Cariola. Un proyecto que empezó casi por accidente, pero creció porque captaba el espíritu de toda una escena.

¿Hubo un momento concreto o un post en el que te diste cuenta de que tu cuenta de Instagram se estaba volviendo viral? ¿O el crecimiento ha sido progresivo?

El crecimiento ha sido progresivo, y sigue siéndolo, pero con números bastante impactantes: una media de 12.000 seguidores al mes, reales. No hubo una “explosión” única, pero sí momentos clave que aceleraron todo.

El primer punto de inflexión fue cuando los propios artistas se tomaron mis bromas con humor, hablaban conmigo y compartían mis posts en sus stories. Ahí el algoritmo hizo el resto: cuando un DJ grande te comparte, es como encender un megáfono.

Otro momento importante fue la serie sobre los seguidores falsos. Generó debate, curiosidad, caos… y mucho crecimiento. Varios medios de la industria hablaron de ello y se convirtió en un pequeño “caso de estudio”.
Claro que todo tiene su lado negativo: junto a los seguidores, también me gané algunos enemigos. Cuando dices ciertas verdades o muestras ciertos números, no todos lo llevan bien. Pero forma parte del juego.

Muchos DJs famosos adoran tu perfil e interactúan contigo. ¿Esto te llena de orgullo o disfrutas más cuando te enteras de que alguno se ha enfadado?

Que alguien se enfade no me gusta nada. De hecho, siempre me decepciona.
Sé perfectamente dónde me meto cuando publico ciertas cosas, pero también sé que si alguien se enfada… significa que di en el clavo, que toqué algo real. Me entristece, pero entiendo que va con el papel.

Lo que realmente me hace feliz es hablar con artistas que admiro desde antes de que existiera la página. A veces hablo con personas que antes consideraba inalcanzables, y sí, me emociono. Que leyendas de la música electrónica me hablen como si fuera uno de ellos… es surrealista.

¿Has recibido amenazas por alguno de tus posts?

Sí, me ha pasado. No muchas veces, pero las suficientes como para entender que entra dentro del juego cuando tocas temas “sensibles”. Lo único que realmente me preocupa es que Instagram pueda cerrar la página. Sería un problema real: detrás hay muchísimo trabajo, una comunidad, un proyecto que crece cada día.

Lo que más me molesta es que algunos hayan intentado atacarme a mí como persona, no al personaje. Yo nunca hablo de la vida privada de los DJs. No me interesa. Hablo de música, contenido, dinámicas de industria. Nunca de lo personal. Y seamos honestos: en Italia no vas a la cárcel ni por matar a alguien… imagina por hacer bromas sobre DJs.

Tus secciones de Instagram son geniales. Mi favorita es Cringe Vibes. ¿Tardas mucho en encontrar ese maravilloso material?

La mayoría del material no lo busco yo. Me lo envían los seguidores. Es una comunidad real y activa que cada día me manda clips, stories, capturas y momentos absurdos de todo el mundo. Y como casi nunca lo digo públicamente, aprovecho para agradecerles de verdad. Sin ellos sería casi imposible mantener esa sección viva. Ellos alimentan el proyecto. Es un trabajo de equipo, aunque muchos solo vean mi nombre.

Hablemos un poco de ti, ¿cuándo te infectaste del virus de la música electrónica y qué artistas fueron clave?

Lo tengo desde niño. Por las tardes, haciendo los deberes, escuchaba Deejay Time con Albertino en Radio Deejay: esa fue la primera chispa. En los 2000 llegaron mis primeras noches en clubes: la Riviera Romagnola, Cocoricò, Echoes… ahí entiendes que la electrónica no solo se escucha, se siente. Luego llegó Ibiza, hace diez años. Viví allí unos años y todo explotó. El primer nombre que me marcó fue Luciano. Me hizo enamorarme de este mundo.

También escucho muchos estilos y compro vinilos. Otro por el que viajaría kilómetros es D’Julz, un maestro para mí. Y luego está Liberato: electrónica con letra en napolitano, único. Y toda la escena más minimal: [a:rpia:r], Ricardo Villalobos… escucharlos es casi un ritual. Esto no empezó ayer. Es un camino largo que continúa.

¿Cómo era la escena electrónica en tu ciudad natal cuando eras más joven? ¿Recuerdas la primera fiesta electrónica a la que fuiste?

En mi ciudad no había clubes, y creo que aún no los hay. Pero a 20 minutos estaba Cocoricò, para un chaval fan de la electrónica era otro mundo. Mi primera vez fue allí. Creo que pinchaba Cirillo. Me acuerdo perfectamente: fue mágico. Todo me superaba, pero me fascinaba. La gente era mayor, la atmósfera intensa. Y claro, sin teléfonos, todos estaban realmente “viajando”. Esa noche lo cambió todo.

No quiero ser indiscreto, pero… ¿eres DJ o te gusta ponerte detrás de la mesa de mezclas?

Tengo un estudio en casa con platos, CDJs y todo lo necesario. Me encanta estar ahí, puedo pasar horas. Si preguntas si lo hago profesionalmente… no, no soy DJ.

Se nota que tienes una relación especial con Ibiza. ¿Qué es lo que más te gusta o te gustaba?

Amaba la Ibiza de hace años. La de conducir un Golf cabrio destrozado. El mar, las puestas de sol, no dormir durante días, las fiestas en la playa, amanecer y desayunar para ir a Amnesia al closing, Space, el viejo Ushuaïa, la terraza del DC10 a las 4 de la tarde con el sol entrando.

¿Crees que la pérdida de autenticidad de Ibiza es pasajera o irreversible?

No lo sé. Ojalá sea pasajera… pero cuando hay tanto dinero, es difícil cambiar el rumbo. Ahora es una competición para ver quién gasta más. Los DJs son como futbolistas, con contratos millonarios. Es la ley del más rico. UNVRS y Hï pueden contratar a cualquiera…pero jamás representarán la verdadera Ibiza.

¿Cuál es tu club favorito en Ibiza? ¿Y tus fiestas favoritas de la historia?

DC10 y Amnesia. Mis fiestas favoritas: Circoloco, Paradise en DC10 los miércoles, Cocoon en Amnesia, Fuse en Sankeys, y Vagabundos de Luciano en Pacha, iba cada domingo. Pero hablo de hace más de 10, casi 15 años. Otra era totalmente.

Existe controversia entre puristas y jóvenes que buscan propuestas más accesibles. ¿La electrónica debe ser seria y académica, o hay espacio para todo?

Creo que hay espacio para todo. La electrónica es demasiado grande para meterla en una sola caja. Hay quien quiere oscuridad y viaje mental, y quien prefiere algo más ligero. Todo está bien. Lo único que me molesta es la falta de honestidad: cuando todo es humo y marketing. Si hay verdad y pasión, puede convivir la rave más oscura con la fiesta más pop. Lo importante es que la música no pierda el alma.

En España la electrónica crece muchísimo gracias al Hard Techno. ¿Qué opinas de este estilo?

Sinceramente, no me gusta. Nunca me ha gustado y me cuesta entenderlo. Nunca iría a una fiesta de Hard Techno: no es mi mundo. A veces parece una copia distorsionada de los 90, sin su magia. Pero si a mucha gente le gusta, mejor que exista. La electrónica es grande y cabe todo.

Como medio español, recomiéndanos un DJ español que te guste… y no puede ser Mëstiza… jaja.

¿Mëstiza quién??! El primero que me viene es Cuartero. También Sara de Araújo y Alexander Som. Y me encantaba José de Divina hace años.

¿Hacia dónde crees que va la electrónica? ¿Qué podemos esperar del futuro?

Si miras mi página, ves lo peor, el abismo.Pero la realidad es que hay muchísima electrónica de calidad; solo hay que buscar. En Europa hay escenas increíbles y gente que sigue luchando con pasión real. El futuro no es solo caos: también hay mucha belleza.

Si un chaval de 14 años quisiera empezar en la electrónica, ¿qué discos o temas le recomendarías?

Lo básico, sin complicarse:

Daft Punk – Homework

Prodigy – The Fat of the Land

Laurent Garnier – Unreasonable Behaviour

Y temas que son un “manual” de historia electrónica:

The Age of Love – The Age of Love

Energy 52 – Café del Mar

Underworld – Born Slippy**

¿Qué adoras y qué te frustra de la música electrónica?

Adoro que nunca se acaba: siempre hay algo nuevo, un universo infinito. Me frustra todo lo que la rodea: el postureo, las modas desechables, los personajes que importan más que la música. A veces parece que todo importa excepto el sonido.

¿Crees que la electrónica está infravalorada? ¿O ya no?

Creo que hoy no lo está. Antes sí, cuando era más nicho. Ahora algunos artistas son auténticas estrellas. A veces incluso al contrario: se ha vuelto tan mainstream que puedes oír Keinemusik en cualquier radio FM. La escena ha crecido y se ha expandido.

Para Marco Cariola la música electrónica es…

Para mí, la electrónica es pasión. Es una vía de escape y, a veces, una forma de salvación. Cuando me pongo los cascos, es de los pocos momentos en los que no pienso en nada: la mente se me limpia y todo desaparece. Quizá por eso la defiendo tanto.