Estos días era noticia una rave ilegal en Manchester que reunió a unas 6.000 personas y se saldó con tres personas acuchilladas, una violación y una muerte por posible sobredosis. Parece que es la punta del iceberg de un verano que, pronostican los expertos, será bastante movidito en lo que a fiestas de este tipo se refiere.
Todo ello según The Guardian, que ha publicado un reportaje sobre las actividades policiales en el Reino Unido, que pese a las advertencias de seguridad impuestas por la crisis del COVID-19, se han encontrado fiestas en parques, bosques, zonas industriales y pasos subterráneos de autopistas.
Muchas de estas fiestas se organizan secretamente y se publicitan en Snapchat, Instagram y otras redes sociales. La ubicación final no se desvela hasta el último momento a través de Whatsapp. Por lo general, estas raves han sido pacíficas, aunque por supuesto han roto toda normativa de distanciamiento social. El reportaje apunta a una rave en particular que cobraba 30 libras por entrar, y atrajo a una multitud de 2.000 personas. Algunos condujeron más de 100 kilómetros para lelgar a ella.
El promotor de una fiesta en un bosque de Nottingham que presumía de ser la primera rave con distanciamiento social aseguró que esto era el inicio de un verano de la rave. “¿Conoces el verano del 89? Creo que esto es una nueva revolución a una escala similar. Todos los clubs están cerrados, todo el mundo está encerrado en casa. En cuanto se enteran de algo, en Snapchat, Instagram stories o lo que sea, quieren saber dónde se celebra”.