For Those I Love: El luto de la clase obrera

Para empezar a entender el debut homónimo de For Those I Love, es necesario hacer un ejercicio de abstracción. Imagina dos amigos del mismo barrio, de esos que se vuelven inseparables desde que se conocen al empezar la secundaria con 12 ó 13 años: se ven todos los días por la tarde en el banco del parque que queda a medio camino de sus casas, prueban juntos los porros por primera vez, escuchan la misma música, les gustan las mismas chicas y tienen el mismo poco dinero. Esos dos amigos, que podrían vivir en cualquier barrio de cualquier ciudad de Europa, en realidad viven en Coolock, un suburbio al norte de Dublín, que sin mirar Google imágenes adivinas lo gris, anodino y deprimente que puede llegar a ser. Lo que quizás no sepas sin ayuda es que la mayor parte de la acción de esa maravilla de película que fue “The Commitments” (Alan Parker, 1991) sucedió en Coolock. Los dos colegas se podrían llamar de cualquier manera, pero en realidad se llaman Dave y Paul, y en un momento dado se inventan Burn Out, un grupo con aspecto de banda de punk al que prefieren catalogar de colectivo y cuya misión autoimpuesta es la de “explorar la identidad de la clase trabajadora” utilizando todos los medios a su alcance. Tampoco es que se dejen los cuernos en el intento: solo editan dos canciones en formato digital con sus respectivos vídeos en 2016, “Dear James” y “Joyrider”, pero son suficientes para mostrar la vida de unos veinteañeros en Coolock, un acertadísimo colmillo arty y un despliegue sin igual de nula esperanza. El acento impenetrable y la jerga dublinesa de estos dos temas solo hacen que generar adicción.

Pero entonces sucede algo: Paul Curran se suicida en 2018. Y algo dentro de Dave Balfe se muere con él. Dos años después, el producto del sufrimiento por la muerte de su mejor amigo toman el nombre de For Those I Love. El proyecto es la expresión artística de las cinco fases del duelo a las que Dave se enfrentó tras perder a Paul. Todo está ahí, en nueve canciones y poco más de tres cuartos de hora, y al escucharlo parece que esas fases estuvieran ordenadas a la inversa, donde “Leave Me Not Love” sería la negación, “Birthday/ The Pain” la ira, “The Shape Of You” la negociación, “To Have You” la depresión y por fin “I Have A Love” la aceptación. Una reconciliación a duras penas con la vida en la que Balfe evita la frivolidad y la banalidad con un acierto inaudito para un recién llegado. Y un aviso: es imposible entender la profundidad de este trabajo sin atender a los vídeos que Dave ha producido para la mitad de los temas. Y la cosa empieza fortísima.

Escuchando “I Have A Love“, queda claro que Dave no ha venido a especular: “A year or so ago, I played this song for you on the car stereo in the night’s breeze. / This bit kicked in with its synths and its keys / and you smiled as you sat next to me”. En las imágenes, ningún doble sentido: esto va de rendir homenaje a Paul y nuestro único papel es el de testigos de excepción.

La música de For Those I Love es urbana, electrónica, fría, introvertida, pegadiza y emocionante, como The Streets cambiando el éxtasis por la heroína. No en vano, la sombra de Mike Skinner sobrevuela For Those I Love y Balfe no se esfuerza en ocultarlo. “Getting out seems no stage / and tomorrow’s aren’t today / and I’ve felt this way since Turn the Page,” se escucha en “Top Scheme” en referencia directa a la canción de “Original Pirate Material”.

A veces parece increíble lo mucho que transpira el clima de Dublín en cada compás de este debut. Suena a Ableton Live, pero huele a piso pequeño, a tarde de lluvia, a noche en el pub, a cajas de pizza apiladas, a cenicero rebosante y a cama sin hacer.

Pero que nadie se equivoque: For Those I Love no es una anécdota underground en este aciago año de transición marcado por la pandemia. Muy al contrario, es una noticia a celebrar, sobre todo en estos tiempos, y ya hay señales que indican que el homenaje en forma de banda de Dave Balfe tiene recorrido: hace unos meses protagonizó una aparición escandalosamente buena en el mítico programa de Jools Holland.

Leed los comentarios del vídeo para salir de dudas. Fue su primera actuación en directo. Da vértigo pensar el nivel que alcanzará con unos cuantos meses de carretera.