Franc Moody: Chewing The Fat (Night Time Stories Limited)

El sonido de Franc Moody es funk contemporáneo, repleto de inspiración electrónica, toques humanos y ritmos palpitantes.

Ned Franc y Jon Moody, lanza su nuevo álbum, “Chewing The Fat”. Este nuevo disco es una expansión de las reliquias disco con infusión de funk del grupo, manteniendo sus líneas de base y coros furiosamente divertidos, pero con un sonido más áspero.

Chewing The Fat” es una celebración de una nueva era para la banda, que originalmente se energizó con un par de presentaciones en vivo inspiradoras de veteranos de LCD Soundsystem y Massive Attack que demostraron que no se trata de edad o experiencia, sino de actitud. Literalmente masticaron la grasa, eliminando su brillo disco por excelencia y optando por un enfoque más áspero y gutural. Lo han hecho sin renunciar a la estética central del grupo, su capacidad para producir esos estribillos himnos, a la vez que ofrecen coros verdaderamente encantadores al estilo de 10cc y líneas de cuerdas cortesía de esos sintetizadores rusos deliciosamente defectuosos, cortesía del armario de escobas de Damon Albarn. “Chewing The Fat nos pareció un nombre adecuado, ya que nos llevó mucho discurso y ensayo y error encontrar nuestro ritmo con las canciones y el sonido”, comenta Ned.

Ned da más detalles, resumiéndolo maravillosamente. “La vida es realmente como una serie de cambios y puedes aceptarlos y adentrarte en lo desconocido lleno de corazón y valentía y arar nuevos pastos o puedes seguir haciendo lo mismo y vivir una vida más segura, pero tal vez no con el color y la vivacidad que podrías haber tenido si hubieras tomado un camino más audaz”.

Lo que estamos tratando de hacer es hacer música que perdure y suene genial en 10 años”, ofrece Jon. “Y creo que es importante hasta cierto punto ofrecer un lugar de escape para la gente, para que la gente pueda desconectar y dedicarse a otra cosa por un rato y, ya sabes, deshacerse de un poco de equipaje”. En un mundo que parece irse al infierno en una carretilla, hay peores ambiciones que llevar un poco de alegría a la vida de la gente, aunque sea solo por unas horas en un concierto o en una pista de baile.