“Hay múltiples tonos de vida mental, o, en otras palabras, nuestra vida psíquica puede ser vivida a diferentes alturas, ahora más cerca de la acción, ahora más alejada de ella, de acuerdo con el grado de nuestra atención a la vida.”
Con esta cita del filósofo francés Henri Bergson, Francis Harris nos introducía su último LP, “Thresholds”, lanzado este 25 de febrero en su sello, Scissor and Thread. El álbum en cuestión, es el primero que Harris lanza en prácticamente cuatro años y el más abstracto de su recorrido. Quitando sus múltiples y originales lanzamientos como Adultnapper, el norteamericano dejó su sello en la escena del Deep House con su trabajo de 2014, “Minutes of Sleep”, que recibió una aclamación importante. Pero si hemos empezando utilizando una frasecita pedante, no ha sido por querer equipararnos con el ethos filosófico que siempre ha promovido Harris, sino porque a lo tonto, nos dice algo importante sobre este ambient en concreto y sobre la música ambient en general.
Muchas veces, la música ambient se denosta como música de fondo, o como una superficialidad de notas repetidas y de ocurrencias abstractas e incoherentes que se suceden sin ton ni son. La verdad es que la música de “Thresholds”, representa bastante bien ese cliché. Es rizomática, en ocasiones parece emerger sin necesidad, y se construye a través de paisajes sonoros muy difíciles de comprender. Pero ahí es donde entra en juego la frase y por qué no, la filosofía de Bergson: la cuestión central de nuestra experiencia sensible es la atención. Nos ha pasado mil veces que algo nos ha parecido impresionante y a un colega que estaba distraído le ha pasado desapercibido. Y también hemos sido la persona distraída ante un estímulo que ha fascinado a alguien.
Pues ahí es donde se mueve “Thresholds”. Entre todo aquello que acontece simultáneamente siendo irreductible y los pequeños y dulces detalles de una vida cotidiana; de unas notas armónicas y amables. El disco de Harris no es universal como se pretende, pero su sonido “psicoacústico” tiene algo universalmente cosmopolita, que describe con dulzura la confusión típica de la ciudad. Estás envuelto en el tráfago de gente, estás confundido y abrumado por los estímulos de la calle y de pronto un reflejo ante un cristal, un rayo, un gesto, captan tu atención y te sacan de ese estado. “Thresholds”, es pues, una acumulación de detalles, que, en función de nuestro momento anímico, se encadenan y enlazan de maneras distintas, formando constelaciones incongruentes en su totalidad, pero no si uno pone su atención en ellas… Y esa sensibilidad de Francis Harris, ese reconocimiento de las sincronías, es seguramente lo que le da la capacidad de hacer trabajos de ambient tan sofisticados y repletos de matices.