Frida Kahlo en IDEAL Barcelona

Foto: Katherine Scholz

Todos los afines al arte conocemos la obra de Frida Kahlo, pero muy pocos se aproximan a ella desde su perspectiva vital, o la abordan ahondando en su biografía y lo que el destino tenía preparado para la artista mexicana.

En el Centro de Artes Digitales IDEAL de Barcelona encontramos con gusto esta biografía inmersiva que propone un viaje a través de una vida marcada por los problemas de salud y las relaciones sentimentales, sus anhelos y su mirada única del mundo.

A pesar de no contar con ninguna obra de la artista, esta experiencia es una innovadora propuesta para conocer más a Frida Kahlo a través de colecciones de fotografías históricas, películas originales, entornos digitales, instalaciones artísticas, objetos de coleccionista y música de nueva creación, que reproducen los momentos más relevantes de su vida, invitando a los visitantes a descubrir la increíble historia que construyó el mito.

En pleno siglo XXI, el mito de Frida Kahlo está más vigente que nunca. Su vida atrapa, sorprende e inspira a través de una biografía que revela a una mujer capaz de sobreponerse a las adversidades gracias a su perseverancia, fortaleza, rebeldía y talento, con una personalidad irrepetible, avanzada a su tiempo. La experiencia comienza destacando lo que tanto para Frida Kahlo como para los mexicanos es algo indispensable: el altar. La Santa Muerte, el culto a los antepasados, los motivos religiosos y las flores adornan esta primera instancia en la que se le rinde culto, reflejando así la intención de la biografía inmersiva.

Foto: Katherine Scholz

A través de un pasillo vamos aproximándonos a la infancia y adolescencia de Kahlo. Frida (cuyo nombre real era Magdalena Carmen Fridakahlo Calderón) nació el 6 de julio de 1907 en la Ciudad de México, en la casa que fuera propiedad de sus padres desde 1904, y que hoy se conoce como la Casa Azul.

Hija de Wilhelm (Guillermo) Kahlo, de ascendencia alemana, y de la mexicana Matilde Calderón, Frida fue la tercera de cuatro hijas del matrimonio. Los problemas de salud comenzaron a la temprana edad. A los seis años Frida enfermó de poliomielitis, causándole que su pierna derecha quedara más corta, ocasionando este defecto burlas que, en ningún caso la impidieron avanzar en sus estudios. Durante su adolescencia la mexicana tuvo el apoyo de su primer amor, Alejandro. A pesar de que la relación no fue excesivamente duradera, sí se le puede considerar una de las personas más importantes en su vida y su obra.

La siguiente sala de esta muestra inmersiva nos mete de lleno en el trágico accidente que cambió para siempre la vida de la artista. A los 18 años el autobús en el que viajaba fue arrollado por un tranvía. Las consecuencias para ella fueron graves: fractura de varios huesos y lesiones en la espina dorsal.

Debido a la inmovilidad a la que se vio sometida varios meses, Frida comenzó a pintar. Así, se relaciona con varios artistas, entre ellos la fotógrafa Tina Modotti y el entonces ya reconocido artista Diego Rivera, el gran amor de su vida, hombre al que estuvo siempre ligada. A través del arte digital se nos muestra a una Frida postrada en cama anhelando sus deseos más profundos como el de ser madre. Algo que nunca pudo llevar a cabo dado su delicado estado de salud.

Foto: Katherine Scholz

Avanzamos en la experiencia inmersiva hasta llegar a una gran sala donde se proyectan no sólo películas originales de su vida, sino algunas de sus frases más célebres y se hace un recorrido que va desde el casamiento con el famoso muralista, en 1929, hasta su muerte.

La relación con Diego Rivera estuvo marcada por las infidelidades y las reconciliaciones. El matrimonio no sólo vivió en México, sino también en Cuernavaca, Detroit, San Francisco y Nueva York. Esta etapa estadounidense fueron los años en los que Frida se postuló como una fiel defensora del feminismo y el compromiso político.

Frida se afilió al partido comunista y una fiel activista de izquierda. Junto con Rivera, acondicionó la Casa Azul para darle asilo por más de dos años a León Trotsky y a Natalia, su mujer. Incluso, semanas antes de morir y cuando aún se encontraba convaleciente de una neumonía, Frida participó en una marcha de protesta en contra del intervencionismo político de Estados Unidos.

Foto: Katherine Scholz

Frida no pintaba sus sueños, sino su realidad y siempre destacó por su particular forma de vestir, inspirada en las ropas tradicionales de su país, y su tocado, siempre lleno de flores, un halo de luz y positivismo que de algún modo reafirmaban su personalidad a pesar de la fragilidad de su salud.

No queremos desgranar todo el contenido de esta experiencia, pero sí destacar que la última parte es la más sorprendente, ya que se hace cada vez más personal, pues a través de las gafas de realidad virtual los asistentes pueden disfrutar de la iconografía que nos dejó la gran Frida Kahlo. Muy recomendable esta experiencia inmersiva en IDEAL Barcelona.

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