Con este álbum, la serie ‘A Sonic Expedition’ de Glåsbird llega a su fin. Comienza en el Polo Norte, en las aguas heladas del Océano Ártico y termina en el Polo Sur, en el continente menos poblado del mundo; la grandeza desolada cubierta de hielo que es la Antártida.
Se sospechaba que esta tierra existía mucho antes de ser descubierta y muchos habían muerto en su búsqueda para encontrarla. Algunos incluso pueden haber muerto como consecuencia de haberlo descubierto accidentalmente, a través de viajes desviados que chocaron contra los glaciares.
Los ecos del álbum debut de 2019 ambientado en Groenlandia se pueden sentir en algunos lugares, cuando el violín y el violonchelo chocan. Sin embargo, estos 8 temas reúnen el aprendizaje técnico y compositivo a lo largo de la serie, mientras Glåsbird espera con ansias los desafíos del futuro.
La fotografía de este álbum es de la oceanógrafa Neha Ramsarup, quien viajó en el barco polar sudafricano SA Agulhas II, desplegando instrumentos y recolectando muestras de agua de mar a lo largo del viaje desde Ciudad del Cabo (Sudáfrica) hasta la Expedición Antártica Nacional de Sudáfrica (SANAE IV). A estos viajes se unen una variedad de científicos marinos, cuyos grandes intereses residen en las propiedades del océano, como el hielo marino y el clima, así como en los mamíferos, aves, ballenas y pingüinos que consideran hogar a estas regiones polares.
Esta serie de 8 álbumes ha sido un mundo de descubrimientos para este compositor anónimo, ya que su trabajo graba en sonido las horas de inspiración extraídas de mapas antiguos, documentales, exploraciones de Google Earth e innumerables artículos. A lo largo del camino, un tema familiar atraviesa el trabajo, ya que en cada paso los estudios de Glåsbird condujeron a los acontecimientos del cambio climático. Los efectos devastadores son reales: el derretimiento de los glaciares, el aumento del nivel del mar, la desintegración de los casquetes polares, los incendios forestales, la guerra y el calentamiento de los mares se abren paso involuntariamente en los conceptos de esta serie.
Como una clara yuxtaposición a esto, también se descubre la pura belleza de nuestro mundo, con el trabajo de artistas visuales que ayudan a darle vida a través de las portadas de los álbumes y las imágenes de los empaques. La música también tiene una sensación de enormidad y conmovedora, ya que las melancólicas notas clásicas se extienden a través de un escalofrío inquietante, o las cintas blanqueadas por el sol exploran islas escondidas y climas tropicales. La belleza natural de nuestro mundo se puede sentir a lo largo de esta colección junto con una sensación de desesperación ante su aparente desaparición. Los seres humanos están haciendo todo lo que pueden para generar un impulso de conciencia en nuestro viejo y cansado planeta, a través de la educación y la urgencia. Se espera que a través de esta serie se pueda contribuir a este movimiento de alguna manera, aunque sea en pequeña medida, para generar un sentido de cuidado por nuestro planeta.