Un informe de la temporada ibicenca a cargo de Jonathan Gutiérrez.
La temporada ibicenca finalizó hace un par de semanas, una temporada que se ha estirado casi seis meses y que ha vuelto a demostrar que el mito de Ibiza sigue más fuerte que nunca y que no existe otro lugar en el mundo que logre las cifras y la repercusión que esta pequeña isla en medio del mediterráneo consigue. Como ya estamos acostumbrados a su éxito y su nombre está implantado en nuestro subconsciente desde hace décadas, no nos damos cuenta de la anomalía de la que hablamos, del gran milagro que supone que este trozo de tierra rodeado de agua concentre en un corto periodo de tiempo a lo más granado de la escena electrónica. Tras la pandemia las expectativas eran muy altas, los pronósticos indicaban que los clubbers ansiosos tras dos años de restricciones desembarcarían en masa y llenarían los clubs ibicencos como nunca en su historia. Aunque este verano no ha alcanzado las predicciones más optimistas, no podemos negar que en cuanto a cifras de asistencia y de calidad musical, este 2022 ha sido uno de los años más redondos que hayamos vivido.
En este artículo no quiero profundizar en los problemas que cada vez son más evidentes, como las dificultades de los trabajadores, los precios excesivos en alojamiento y servicios, y en la preocupante tendencia al elitismo económico que se está apoderando de la isla. En este artículo simplemente quiero hacer un resumen de la oferta musical de los clubs y de sus fiestas más relevantes.
Amnesia
Si un club fue golpeado por la pandemia ese fue Amnesia, ya que no tuvo detrás el respaldo económico de ningún grupo hotelero ni de ningún fondo de inversión. Por eso esta temporada ha sido crucial para su supervivencia y debía acertar en su programación semanal sí o sí. En líneas generales lo ha conseguido, con fiestas que han cumplido su cometido como Amnesia Presents con Sonny Fodera & Gorgon City, y con el Hiroquest de Steve Aoki. Dos propuestas que han logrado buenos resultados y que seguramente repetirán la próxima temporada.
Una apuesta segura que no ha defraudado y que ha logrado grandes resultados en taquilla ha sido elrow. Un concepto que sigue lleno de frescura y diversión, con una producción barroca y excesiva que le ha llevado a ser una de las fiestas más demandadas en todo el mundo. Este verano ha sido el de la consolidación de Pyramid, un proyecto de la casa y que ha callado la boca a todos aquellos que aseguran que en Ibiza ya no se programa buena música. Bicep, Marcel Dettmann, DJ Stingray 313, Ben Klock, Adam Beyer, Fjakk, Four Tet, kINK, Amelie Lens, Praslesh, [a:rpia:r], y un largo etcétera de artistas que se mueven entre las diferentes ramas del techno y del house han pasado por la cabina de Pyramid. Pero el gran triunfador de la temporada ha sido Paradise de Jamie Jones. Esta fiesta ha sido el gran pelotazo llenando las dos salas de Amnesia cada miércoles, y ha dado la razón a los que pensaban que dejar el DC10 era la mejor opción para que este concepto evolucionara y se posicionara entre las mejores propuestas de la isla.
Amnesia Ibiza puso la guinda a la temporada con una fiesta maratoniana en la que destacó como no podía ser de otra forma la presencia de The Chemical Brothers. Este dúo de leyenda nos regaló un set épico y nos dejó con la sensación que Amnesia tiene cuerda para rato.
Pacha
El club de las cerezas después de las diversas reformas, cambios en la propiedad y movimientos en su programación, nos ha ofrecido este año una sensación de estabilidad. Fiestas como Flower Power, Saga de Bedouin, El Baile de Storytellers o The Masquerade de Claptone han funcionado sin problemas atrayendo a un público específico hambriento por este tipo de propuestas basadas en la nostalgia hippie o en los diferentes sonidos house.
Pero los que han tirado del carro una vez más han sido los clásicos, dos DJs que arrastran masas y por los que parece que no pasa el tiempo. Marco Carola movió su fiesta Music On a los viernes y acertó. Acompañado por referentes del techno y por sangre nueva, parece que su fiesta haya recobrado esa energía y esa atmósfera del pasado. Solomun +1 continúa en la misma línea de éxito, el proyecto de Solomun no engaña a nadie, te da exactamente lo que te ofrece, y esa sinceridad y sencillez son las claves de la legión de seguidores que le han acompañado durante este verano.
Algunos analistas aseguran que Pacha se ha vuelto más mainstream, pero la pregunta es ¿alguna vez no lo ha sido?
Ushuaïa / Hï Ibiza
Cuando Ushuaïa arrancó en Ibiza cometió un error que rápidamente subsanó. Debido a los gustos de su director musical, programó eventos y artistas con un cierto deje underground, lo cual no funcionó debido al contexto en el que se producían dichos eventos. Cuando comenzaron a realizar eventos más adecuados al tipo de público que visitaban el beach club, sus datos y sus cifras se dispararon. Y no han dejado de acertar desde entonces, ya que Ushuaïa Ibiza es un concepto para albergar a artistas como los que han ofrecido este año, artistas como Martin Garrix, David Guetta, Kygo, Armin Van Buuren, Hardwell o Calvin Harris. Nombres comerciales capaces de congregar a las masas y que desarrollan un estilo musical que hace las delicias de los amantes del Top 100 de DJ Mag.
Hï Ibiza ha seguido moviéndose entre dos aguas, mezclando los sonidos más comerciales con propuestas más alternativas. Una macedonia extraña en la que han formado parte Fisher, The Martinez Brothers, David Guetta, Armin van Bureen, Paco Osuna, Tale of Us o Black Coffee. Pese a la falta de un único criterio en su programación, el club ha funcionado perfectamente, porque se trata de un espacio moderno y diseñado para atraer a un tipo de cliente que busca en el entorno el complemento ideal a la música electrónica.
DC10
Hace ya muchos años que el DC10 dejó de ser un club maravillosamente anárquico en el que no había reglas y la espontaneidad campaba a sus anchas. Como todos los clubs y negocios de Ibiza en los que el éxito les propulsó a otro nivel y les hizo convertirse en empresas bien organizadas, el DC ha seguido el mismo camino y se ha convertido en una máquina de facturar dinero. Al menos su filosofía musical sigue empañada por los sonidos más underground y sus fiestas no se han entregado a los estilos más comerciales. Aún así el reclamo de los grandes nombres se ha inoculado en sus line ups, desplazando a los artistas menos conocidos a un segundo plano.
En este 2022 Circoloco ha seguido apostando por su concepto de kilométricos carteles repletos de DJs de incuestionable calidad. Una fiesta que sigue contando con el apoyo de los clubbers de pura cepa y de aquellos que no se han dejado atrapar por los fuegos de artificio y las toneladas de confeti. Una fiesta que ha aterrizado en el DC10 este verano y que ha traído consigo a un buen número de incondicionales ha sido Solid Grooves de Michael Bibi. Un concepto fresco a cargo de un nombre que está empezando a destacar y que promete consolidarse en los próximos años.
Dos grandes estrellas también han realizado eventos en el club de las Salinas con distinto resultado. Carl Cox es más que una apuesta segura y cada una de sus fiestas son garantía de llenazo. Es el DJ más querido de la isla, el más admirado y el más rentable. Da igual el artista con el que le contraprogrames, Coxy siempre saldrá victorioso. Amelie Lens puso toda la carne en el asador con su fiesta Exhale, cinco fechas en el que presentaría el concepto que tantos buenos resultados le ha proporcionado por toda Europa. Pero aunque Amelie tiene alma 100% underground, la percepción del gran público es diferente. Para los puristas no tiene el perfil que veneran y para los menos integristas un contexto como el del DC10 no es el más atractivo. Estoy seguro que en otro club de Ibiza, los resultados hubieran sido más espectaculares.
El futuro del DC10 está garantizado, es un club que sirve de contrapunto a la oferta y a la atmósfera del resto de clubs, es la alternativa, el refugio para aquellos que buscan una experiencia más cercana a la cultura clubbing clásica, alejada de publicidad masiva y las estrategias de marketing. Aunque para ser sinceros, marketing…, lo que es marketing…, en el DC10 “haberlo haylo”.
Dos piezas de la historia de Ibiza desaparecen
No todo han sido buenas noticias en la escena clubbing ibicenca. Dos espacios históricos se despiden para siempre, Privilege y Bora-Bora han dicho adiós por diferentes motivos. La muerte de Privilege era una muerte anunciada, un club que llevaba años en descomposición con una dirección desnortada, con una programación absurda y con un modelo de negocio totalmente desfasado. Este verano ni siquiera llegó a abrirse, tras la sentencia judicial que otorgaba el control de la empresa a la familia Matutes el anterior dueño arrojó la toalla. Un club histórico, clave en la historia de Ibiza desde su anterior nombre KU y que ha pasado a manos de los dueños de Ushuaïa y Hï. En los mentideros de Ibiza se sabe que las obras de remodelación están a punto de comenzar y que transformarán el club en un espacio para grandes eventos bajo el nombre de Space Ibiza…, pero eso es otra historia.
El Bora-Bora cerró sus puertas como tal a finales de la temporada. La transformación de Playa d’en Bossa y su modernización para convertir la zona en un reclamo para los turistas de alto standing ha sido el principal motivo de este cierre. Con la desaparición del Bora-Bora se pone punto final a una época que aunque para muchos era sórdida, siempre reflejó la diversidad que le dio esa impronta tan especial a la isla. Y esa diversidad era lo que hacía atractiva la oferta de Ibiza, la posibilidad de que independientemente de tu condición social o económica, siempre tendrías un espacio para experimentar la magia de la isla, su fiesta y sus excesos.
La música electrónica está más viva que nunca en Ibiza. Aquellos agoreros que pronosticaron que la música urbana y el regaeton terminarían desplazando a los sonidos clubbing, se equivocaron de cabo a rabo. Aunque las estrellas latinas hayan encontrado acomodo en los clubs, solo han conseguido robar uno de los días de la semana a la electrónica, que sigue acaparando la oferta de las discotecas. Y no solo de las grandes, los pequeños clubs, beach clubs y espacios musicales se nutren del concepto clubbing como su mayor reclamo. Ibiza tiene un encanto especial y una mística que ha vencido a una pandemia y que resiste con fuerza pese al esfuerzo de entidades locales que quieren castrar su influencia. Su reputación es global, miles de jóvenes en todo el mundo sueñan con visitar Ibiza y sus clubs, y mientras esto siga así no habrá quién pueda cambiar este estatus quo.