No siempre se reciben discos en nuestra redacción con la entidad y personalidad que tiene el nuevo disco del británico Inigo Kennedy. El techno es un terreno no muy confortable para el formato álbum, seguramente por su conexión estereotípica directa con la pista de baile. Nos podemos encontrar álbumes de techno que son colecciones de bombos y
bronca uno tras otro, álbumes de techno que intercalan pistas de ambient entre temas pisteros para dar un poco de variedad y álbumes que dicen algo y aportan más que adrenalina al discurso.
Este es el caso de “Eyes closed in the sun“, una colección de 10 temas de electrónica atemporal, repletos de melodía y rítmicas complejas. Agradable al oído pero sin dejar de lado el riesgo y la experimentación, alejado de lo obvio, detallista y preciso.
Hace ya cinco años publicamos por aquí una entrevista en profundidad con Inigo, como acercamiento a sus inquietudes sigue teniendo total validez, así que en lugar de hablar del artista vamos a analizar directamente el disco que ya puedes escuchar y adquirir en el Bandcamp de su resucitado sello Asymmetric Records:
“Rays for days” es el primero de los cortes, que comienza con un beat roto a tempos relajados acompañado de texturas y melodías hiper reverberadas, que pronto se acompañan de una línea ácida que aporta el granito clásico a esta mínima oda melancólica.
“Glitter” respira algo más de experimentación rítmica, dosificando más la entrada de los elementos percusivos mientras las melodías y texturas flotan sobre los ritmos rotos. De nuevo espacio amplitud y armonía.
“Narthex” comienza con patrones rítmicos super trabajados y texturizados, una vez más acompañados de melodías ensoñadoras que mutan y evolucionan de diferente manera durante el intrincado arreglo.
“Drop Form” recorre los primeros segundos con la melodía en solitario, en una progresión de notas muy naif y sencilla que a los pocos compases da paso a la base percusiva, una vez más cocinada al detalle y con una programación fuera de lo común. Combinación perfecta de inocencia y rabia contenida.
“Penge” se mueve hacia territorios cercanos al drum and bass en lo rítmico y como hilo conductor las melodías aparecen sobre la base, esta vez acompañadas de sonidos sintéticos más monocordes y cortantes, combinando abstracción y repetición con un mini mantra melódico en el fondo. El trabajo con los ritmos realizado en este corte se debería estudiar en todas las escuelas de música electrónica del mundo como ejemplo de hasta donde se puede llegar con la programación de percusiones.
“Altitude” ahonda en la carga melódica que arrastra todo este álbum y se reitera en el uso de grooves exquisitamente programados.
“Disintegrate” es una pieza más de este puzzle armónico y pulsante compartiendo parámetros con todas sus antecesoras.
“Memory Trail” es breakbeat espacial y futurista, como un himno robótico cargado de emoción y beats.
El tema que da título al álbum, “Eyes closed in the sun“, quizá sea el más ensoñador de todo el trabajo, con una receta sónica muy similar al resto del disco, quizá el ejercicio más cósmico.
“Scintilla” cierra este magnífico contenedor de arte dejando de lado los drums por primera vez, en clave flotadora y arpegiada, perfecta despedida de un trabajo emocional que te llega al fondo del alma.
Personalmente, uno de los mejores discos de música electrónica
que he escuchado en los últimos años. Tremendísimo.