Bomba de electro con toques ácidos en la línea en la que el productor británico nos tiene habituados; de enorme calidad.
Dentro del prolífico recorrido que James Clarke ha realizado en los últimos cinco años, su íntima relación y trato con el sello Analogical Force es una de los centros en torno a los cuales su producción pivota. Sorprendentemente, el británico llevaba dos años sin lanzar un trabajo en el AF, incidente al que se ha puesto solución este fin de semana. “Surface”, lo nuevo de James Shinra (apenas un mes después de un irregular “Mainline”), es una bomba de electro con toques ácidos en la línea a la que el productor británico nos tiene habituados; de enorme calidad.
Cuatro tracks componen un trabajo sencillo y a la yugular: un A1 y B1 de tonos más agresivos y nerviosos y un A2 y B2 en una línea más reflexiva y paradójicamente más experimental. ¿Por qué paradójicamente? Podría esperarse que por ser más veloces y neuróticos, tanto “Miluv” como “Ekko” contuvieran los momentos más arriesgados del EP, pero la realidad es que estos se encuentran en las -tremendas- variaciones emotivas y ominosas de los sintetizadores de “Circular” y “Surface”. De un electro más contemplativo, relajado y sereno, estas pistas ostentan eso: la parte puramente nostálgica del electro; su ámbito de exploración emocional.
Sin duda entonces, podríamos destacar, dentro de un EP que brilla completo, la cara B. “Ekko”, con sus breaks secos y sus líneas de sintetizadores alarmistas, es un tema preparado para la pista, pero acompañado de densas y sugerentes capas propias del universo braindance de Clarke. La homónima es, hasta el momento, una de las canciones que más nos ha impresionado del breve -pero intenso- recorrido de James Shinra. Con un break más relajado y una melodía ambiental, se mueve un recorrido sereno, repleto de emotividad, hasta que a los dos minutos se introduce a modo de estribillo una melodía abrumadora y grave. Si algo demuestra en este EP de nuevo Shinra es su capacidad para sonar ácido, tenso y demás; sin llegar a resultar corrosivo; aprehendiendo de la mano el pasado más remoto del electro.