Siempre es un gusto dar cuenta de los trabajos de personajes tan importantes como Jeff Mills, quién además lleva una temporada frenética de ediciones de larga duración, casi todas ellas colaboraciones con músicos de diferente índole.
Hace ya un par de meses que el propio MIlls nos facilitó el que ya es su más
reciente trabajo y hemos tenido tiempo de degustarlo con tranquilidad de cara a esta revisión que hemos tenido en el almacén hasta el momento de la edición para las masas.
Como todos los discos del de Detroit, existe un concepto sólido detrás que se
explica en detalle en las notas que acompañan al disco y que reproducimos a continuación: “La era moderna ha traído consigo dilemas sociales sin precedentes. El mundo se ha encogido gracias a Internet. Tener una gran cantidad de información al alcance de la mano también ha inundado nuestras mentes con cantidades gigantescas de datos que el cerebro a veces encuentra difíciles de procesar. Vivimos dentro de la constante inundación mediática en un círculo vicioso diseñado para presentar al ser humano promedio una afluencia diaria de desesperación. Agravado por el fácil acceso a las drogas ilícitas, el alcohol, el tabaco, el sexo y una miríada de otras tentaciones, la condición humana se encuentra en una etapa de constante estimulación. Este turbulento espíritu de la época ha dado paso a la ansiedad, la depresión y la confusión. Tenemos una mente que está perpetuamente zumbando sin parar, excepto en el sueño, si tienes la suerte de tener alguno“.
El último proyecto de Jeff Mills lo ve profundizar en la mente con una serie de pistas que no sólo envuelven al oyente sino que alteran su enfoque, sentimiento y percepción. “Mind Power Mind Control” es un álbum conceptual que configura nueve pistas en un viaje para que el escuchante entre en el laberinto de su propia mente y se enfrente a lo que se encuentra delante de ellos.
Según el propio Jeff Mills: “El enfoque de este proyecto y presentación examina el arte de la persuasión mental y cómo la mente puede controlar y volverse vulnerable a formas subordinadas. Permite que los medios miren de manera creativa y más profunda a un tema que se aplica a cada persona y en cada etapa de la vida porque la forma en que percibimos o sentimos algo es parte de nuestro patrón evolutivo de supervivencia. Debido a que
no existe una compatibilidad mental exacta entre ninguno de nosotros, la
especulación y los conceptos erróneos no son ejemplares, por lo que un énfasis en la presentación de hechos, ideas y métodos y lo que sabíamos como verdadero mediante el ejemplo son los puntos principales que impulsan el propósito general de este proyecto discográfico. Principalmente artístico pero también científico, el álbum explorará varias técnicas utilizadas para controlar las mentes, la fisicalidad de las personas y los objetos inanimados. El objetivo de este proyecto es examinar, revelar y demostrar cómo los humanos han creado técnicas metafísicas y alucinantes para controlar a las personas, sus mentes, sociedades y nuestra visión de la realidad y de la vida“.
El disco se compone de 9 ejercicios de música cósmica y abstracta en su versión digital y siete en formato vinilo.
Comienza la aventura sonora con la breve introducción “Crossing the threshold“, a base de bleeps resonantes y drones de otra galaxia. A continuación, “Scarlet“, con ese órgano gótico en los primeros compases que nos sitúa en una escenografía retro de película distópica en blanco y negro, pronto las percusiones acompañan a las armonías en un pulso continuo pero reposado que induce al trance, a medio metraje la rítmica y las frecuencias graves van tomando protagonismo con el acompañamiento melódico bajando de intensidad. Hipnosis y mentalismo.
“Hatsumi” es el tercero de los cortes, que se cimenta en una base de percusiones orgánicas de nuevo acompañadas de cuerdas y trabajo sintético, además de pequeños retazos vocales en japonés al estilo de los sonidos del primer Blade Runner en sus primeros fotogramas. A lo largo de diez extensos minutos el mantra sónico se inserta en nuestro cerebro sin sobresaltos.
“Vibrant Sanguine” aporta una receta similar con parafernalia eléctrica y asimétrica asentada sobre un groove arrastrado y orgánico que parece estar tocado a mano.
“Transmutation” transmite sensación de flotación e ingravidez esta vez con un acercamiento totalmente arrítmico.
“Vermillion” sería el primer corte destinado al baile, con los elementos percusivos sonando desde el comienzo, en un crescendo que va sumando sucesivas capas sintéticas y orgánicas en un arreglo en constante evolución.
En “Radiance” regresa Mills a la amplitud espacial, acompañando los pads y componentes etéreos de un ritmo ralentizado y obsesivo que induce al relajamiento y la meditación.
“Units” reincide en la ausencia de percusión y potencia los ambientes abstractos y futuristas en una pieza de ambient espacial que se desarrolla sin sobresaltos durante seis minutos que se pasan volando.
“Horizons” supone el epílogo de este viaje cósmico, lento y líquido, combinando de nuevo con maestría la rítmica orgánica y reposada con los detalles sintéticos.
La salida del disco se acompaña del estreno de un trabajo audiovisual, compuesto por una colección de películas conceptuales extraídas del Universo del icónico músico y artista. Consta de varios estilos de segmentos que se relacionan con la idea y el tema detrás de su nuevo álbum..
Al igual que en el proceso metódico con el que Mills navega por su trabajo y
creaciones que se remontan a décadas, la película transcurre deshabitada y
compilada de una manera que sugiere que estás en un estado de ensueño. Algunos segmentos son reconocibles en términos de colores, formas y texturas, mientras que otros son fragmentarios, elusivos en objetividad.
Puedes hacerte con una copia de “Mind Power Mind Control” de Jeff Mills aquí.