Kalcagni: Manners (Distrito 91)

Hoy llega oficialmente al mercado la quinta entrega del sello madrileño Distrito 91, “Manners”, primer EP del productor británico Kalcagni. La referencia es, como su nombre indica, una muestra de modales, un trabajo en el que el también diseñador sonoro muestra, de forma serena e incluso manierista, cómo se hace electro. Dentro de este paradigma, “Manners” parece un lanzamiento ideal para el sello de Fabio Vinuesa. Poca extravagancia, tonos intrincadamente ácidos y pequeñas pero permanentes variaciones, dan cuenta de un productor que como bien muestra en sus redes (un espacio que utiliza maravillosamente para divulgar sobre el uso de sintes analógicos y otra fascinante cacharrería), tiene ya un recorrido previo bastante contrastado.

Cuatro cortes componen el EP. Los dos de la cara A, que son el homónimo y “Retox”, son algo más calmados e incluso se podría decir que coloridos. En la cara B, sin embargo, la cosa se pone muy Distrito 91, por así decirlo. Variaciones cada vez más retorcidas, percusiones en constante contraste y metamorfosis… Los cortes aparecen llenos de estímulos y de detalles de una sutileza extraordinaria. Es en ellos donde parece cumplirse el ethos del sello, que no sólo apuesta efectiva y casi marcialmente por los sonidos ácidos y electro, sino que se rodea de un aura oscura, inaprensible e incluso podríamos decir que gótica en el mejor de los sentidos.

Ese estilo gótico, por así llamarlo, es el que transmite la música de club cuando juega en el espacio de la sesión por excelencia: el de lo impredecible, del misterio, que puede ser temible o placentero. En ese mismo espacio, con amenazantes sintetizadores y golpes de efecto, parece moverse el cierre, un “It knows me bad” que sin demasiados bpms ni sonoridades extraordinariamente abrasivas, no deja de sorprender al oído corporal ni un sólo instante. Los tracks de este “Manners” parecen tener presente esa conciencia material y corporal de la escucha al no limitarse a proponer una producción plana, unidireccional; llenando el espacio sonoro para que entre en conversación con el resto de los sentidos; en una experiencia algo más alterada. Por ello, el primer EP de Kalcagni, es un debut de lo más estimulante. Muestra a un productor con un conocimiento profundo y vasto de sus herramientas de trabajo y de cómo quiere que su música sea escuchada. El resto queda oculto en la noche.