VII es la segunda aparición de Kameliia en el sello moscovita Overbalance.
No todo lo que viene desde Rusia es basura bélica, doy por hecho que en ese precioso país hay gente normal, gente excelente, gente artística y gente cariñosa. Con esta ola de buenismo y malismo maniqueos a veces tendemos a generalizar a odiar sin más a obviar sin más.
Overbalance es un sello que lleva ya mucho tiempo proporcionando techno de calidad, techno único, que no suele parecerse a nada de lo que copa las tendencias y una vez más ha dado en el clavo este disco de Kamellia.
El discurso musical comienza con At the Edge, combinando bombos anabólicos con vocales femeninas susurrantes y agónicas que se bañan de sonidos procesados de cuerda y atmósferas.
Apart vuelve a hacer uso de la voz esta vez sobre un ritmo más descolocado y menos obvio, excelente para dar groove a un club en proceso de hibernación similar al que me encuentro en mi casa, con la caldera averiada en el día que dicen los medios va a ser el más frío del año. Por eso a lo mejor siento que estoy escribiendo desde el mismo Moscú.
Liquid Sky se mueve a terrenos más melódicos aunque administrados a altas velocidades y esta vez despejado de vocales.
Ocean of Methane es mi favorita del disco, reposada en el ritmo, que transcurre de forma asimétrica con la compañía de drones y vocales etéreos y soñadores.
Como colofón Floating, techno futurista y elaborado directo a las pistas más mentales.
Impecable colección de piezas de techno delicatessen desde más allá del muro.