Desglosamos el nuevo trabajo del trío británico, en el que siguen recombinado de forma cada vez más ingeniosa y sorprendente el soul, el funk y el rock con la música de club. Lo presentarán en España en unas semanas.
Cuando entrevistábamos a Kerala Dust hace un año, “Violet Drive” era una realidad ya en ciernes. El trío británico que utiliza como base de operaciones Berlín, gusta enormemente del concepto jam, de tocar sus canciones en nuevas en directo mucho antes de lanzarlas y de ver cómo estas evolucionan y se transforman en contextos diferentes e impredecibles. Así, el sucesor de “Light, West” (su verdadero primer LP) es un disco que se suelta de muchos de los corsés y limitaciones de su predecesor, trabajando con más instrumentación analógica, fases más orgánicas y un sonido a priori más directo, que no deja de lado la faceta cargada de groove y sensualidad que les caracterizaba.
El segundo álbum de estudio de Edmund Kenny, Harvey Grant y Lawrence Howard es, hasta el momento, el más atrevido de su recorrido. Sus elementos y canciones acústicas, las referencias “a la italiana”, o esas percusiones menos nocturnales y cluberas, le aportan a “Violet Drive” un tono más desenfadado, pero en tal sentido, también más maduro. Kenny y los suyos, sostienen de algún modo ese aire seductor y corporal en temas como “Moonbeam, Midnight, Howl” o “Pulse VI” (canciones que bien merecen un remix para pincharlos en sala) pero añaden gracias a otros como la homónima o la desbordante “Salt” un aire cualitativamente distinto; que parece corresponderse más con el concepto de la banda. Es en esta última de las que hemos mencionado, en la que el Edmund llega a sonar como un solemne Oliver Sim en la tercera referencia de The XX y en la que Kerala Dust de algún modo terminan de desentrañar sus influencias o los espacios a los que se acercan.
Un sonido en ocasiones folk, de instrumentos de cuerda nerviosos y arpegiados, le da el aire casi de western a este “Violet Drive” que Kerala Dust siempre le quisieron imprimir a su música. De este modo, en este álbum no encontramos necesariamente una transición que se haya completado. Más bien podemos escuchar a un grupo que por fin ha encontrado los recursos con los que trabajar en torno a las ideas que lanzaron su proyecto… Y escuchar el proceso de esa transformación resulta realmente interesante. Los títulos a la italiana, a lo spaghetti western (por si hace falta señalarlo) cierran el sentido en torno a un disco que efectivamente suena simultáneamente rudo, arenoso y pulido como un arma de fuego, concretamente un revólver. Edmund Kenny, Harvey Grant y Lawrence Howard siguen creciendo conjuntamente, dirigiéndose hacia un cercano oeste (no hace tanto que grabaron en nuestro país) pues como bien expresa su último trabajo; el mood de dichas películas es un estado mental.
Kerala Dust estarán presentando “Violet Drive” en Madrid (Sala Cool) el 8 de marzo y en Razzmatazz (Barcelona) el 9 de marzo.