Desde el día 12 y hasta el próximo 21 de julio se celebra en La Línea de la Concepción la “Feria de la Línea”, las fiestas más importantes que se celebran cada mes de julio en este municipio de Cádiz. El primer domingo de fiestas, el día 14 de julio, se denomina como “Domingo Rociero”, el día “más grande” de las fiestas, y por este motivo el alcalde, José Juan Franco Rodríguez, del partido La Línea 100 x 100, decidió prohibir el reggaeton durante todo el día.
José Juan Franco Rodríguez, decidió prohibir el reggaeton en las casetas de la feria durante toda la jornada “para que, en honor a la denominación de este domingo se escuche únicamente música rociera”. “Nos vimos obligados (sic) a sacar un bando donde se dejaba claro y concreto qué tipo de música se podía escuchar: rociera, flamenca o similar”, declararon desde el consistorio. La decisión del alcalde levantó sensaciones duales entre los habitantes del municipio, algunos estaban a favor de censurar este tipo de música y otros, estupefactos, estaban en contra, amparándose en que cada uno puede escuchar la música que quiera.
La Policía Local estuvo vigilando el recinto ferial, y estuvieron pendientes de que no sonase reggaeton en las casetas. De no cumplirse la censura, los dueños de las casetas podían enfrentarse a una multa de hasta 700 euros. Otra medida que también ha impuesto el Ayuntamiento: mañana y pasado el municipio tendrá dos horas sin ruido en las atracciones. Esto nos lleva a la siguiente reflexión: ¿Está capacitado un alcalde -sea cual fuere su ideología o afiliación política- a dictar a sus conciudadanos qué tipo de música pueden o no escuchar en las fiestas patronales? ¿No hiede esto a Inquisición? ¿Qué pensarían los amantes del techno si por ejemplo prohíben pinchar “The Bells” o la actuación de Oscar Mulero? ¿Qué pensarían los indies si durante las fiestas patronales se les prohibe escuchar a Carolina Durante o lucir camisetas de Joy Division? ¿Qué pensarían -y como reaccionarían los heavys- si se les prohibe escuchar Obus o Megadeath y lucir J-Hayber?… ¿Hasta dónde es capaz de llegar la estupidez humana -extensamente desarrollada en todo el territorio español-?
Se empieza por el reggaeton y se acaba censurando el techno, a los indies que solo saben tocar a dos quintas, se prohíbe a los heavys hacer cuernos con las manos y se acaba prohibiendo la entrada al recinto ferial a los zurdos, a los celíacos, a seguidores del Rayo Vallecano o a personas con zapatos castellanos, y claro, fin de fiesta quemando libros en la plaza mayor. No cabe un tonto más en España. “Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar”: el refranero español, como siempre, sabio.