El pasado viernes volvimos a pasarnos por La Casa Encendida para acudir a la siguiente sesión del Continuo Sonoro en Vivo. El turno era de Laura BCR, artista francesa, con un breve y alentador recorrido que ha dado por el momento un solo EP en solitario. En “Initial” (Something Happening, Somewhere, 2021), se dan los primeros pasos para un ambient house ampuloso y sedante; pero lo que pudimos disfrutar la semana pasada distaba bastante de aquello. Con una propuesta inicial que versó cerca de unos field recordings, Laura Le Machard, sobria pero relajada, fue ofreciendo un abanico de ocurrencias para la propuesta del “You Got To Get In To Get Out” (estar sentados, en el auditorio, puedes leer aquí nuestra anterior crónica). Unas más acertadas que otras.
Si primero fueron los ambientes cercanos a espacios selváticos y remotos, en seguida la experiencia auditiva y sus límites tomaron protagonismo. Laura BCR nos recordó, al menos a mí personalmente, a esos maravillosos momentos en la pista de baile, con un buen soundsystem en los que el sonido ya no te golpea ni te penetra, sino que te atraviesa como una onda; de forma sincrónica e irreductible a la función auditiva. La escucha, desde entonces y por momentos corporal y encarnada, se transformó en una sobrecogedora abducción, más sensitiva que otra cosa. La productora francesa, a partir de ese instante empezó a comportarse como una suerte de domadora de los subgraves; con rostro indolente y los platos flotando de manera acuosa y onírica en el reflejo del techo… Pero con el comedimiento de quien maneja material pesado o a una bestia peligrosa.
Con este sonido que en ocasiones prácticamente impedía mantener los ojos abiertos -no por tedio, sino por puro arrobo e incapacidad para ordenar los estímulos- el juicio general quedó bastante impedido. Pero sí pudimos percibir una serie de cosas separadas y peculiares. Primero de todo, pocas veces hemos escuchado este abrazo percutor, por llamarlo de algún modo, con un grano tan peculiar; que atraviesa al oyente violentamente mientras lo embarga de forma cálida. Sin pasar apenas de los 60bpms en la sesión, no podíamos hacer otra cosa que (como espantosos críticos) buscar referentes a los que agarrarnos y, ¡claro que aparecieron! Laura BCR mostró un grano sonoro naturalista pero asalvajado, con muchísima embestida que creo que pudimos encontrar en su día en el espectacular “We All Have an Impact” de Boreal Massif. Esta resonancia la confirmamos al acercarnos al final de la sesión, cuando sonó un Stott (¿?) con una reverberación insólita, como de una canción de vaporwave interpretada en un sueño –aún más- siniestro.
Lo que también pudimos ver gracias a la mínima, pero dirigida iluminación es a Laura BCR haciendo algún que otro gesto de frustración y lanzando alguna sonrisilla de resignación; que evidenciaron que no todo iba bien. El set, extraordinariamente evocador, adoleció cierta falta de continuidad. Pero esto es sólo una especulación y sus gestos un idioma que no tuvimos el privilegio de poder interpretar plenamente. Lo cierto es que el efecto maquinilla de afeitar (si alguien recuerda raparse la cabeza y sentir sumo placer por la vibración que le recorría el cráneo sabrá de lo que hablo) y ese recorrido desde el ambient más agreste y el lofi hasta el Deep house escenificaron los heterodoxos intereses de Le Machard; que por algo trabajó antes de empezar a producir en Bass Cadet Records. Ese amor por la selección permea en su propuesta sonora, que parece tener un hilo conductor, aunque para la desilusión del artista, no siempre se siga con la misma claridad. De momento, por lo menos, el continuo continúa. Quedan este diciembre dos actuaciones a priori cautivadoras en La Casa Encendida: Topanga Kiddo el día 3 y Grand River el día 10.