Debo reconocer que soy un tipo con suerte a la hora de conseguir piezas musicales de coleccionista por la cara, la recepción de promos físicos es una de las ventajas de esta profesión de periodista musical que compensa con creces la parte económica, que suele ser testimonial en medios underground como el nuestro.
En esta ocasión soy el afortunado poseedor de una de las 50 copias limitadas en vinilo de este excelente trabajo de Lextron.
Las producciones de Lextron evocan recuerdos de la música electrónica clásica de los 80 combinando el sonido naif del electro primigenio con una profundidad melódica y de producción que se remonta a la electrónica temprana. que emana de sellos como Warp, Rephlex y Planet Mu.
Tan nostálgico como suena todo esto, la habilidad de Lextron radica en convertir estos puntos de referencia en algo inmediatamente fresco y con visión de futuro como la emoción del tema de apertura “Night Rider”: una oda a la velocidad, la luz y el disfrute de la vida. Engañosamente simple al principio, se despliega gradualmente impulsado por una línea de bajo arpegiada que le da a la pista su título apropiado, acelerando hacia un futuro ambiguo.
En “Double Fresh” las cosas toman un giro más oscuro y cercano a los primeros Autechre en los primeros compases para mutar a mitad del arreglo hacia el electro más cibernético al estilo Carl Finlow.
“World’s End” es una suerte de electro distópico a lo Drexciya, sibilante y evocador a la vez que mecánico.
Por la cara B, “Flows” es electro líquido y sugerente combinando ritmos de alta velocidad con componentes melódicos flotadores y reposados, a continuación puedes visualizar su cósmico videoclip.
Le sigue “Two Sides”, salpicado de arpegios preciosistas y melodías que rozan el tecno pop sobre un complejo y elaborado break.
”Good Things Coming” cierra el vinilo con sabor a videojuego de 8 bit, sonidos chiptune sobre breakbeats clásicos en una combinación súper excitante. Correctísimo ejemplo de música emotiva y robótica combinada con gusto y cariño.