Techno de categoría en el nuevo álbum de Mathys Lenne para Float Records, sello imprescindible del género.
Afortunadamente hay luz al final del túnel del techno contemporáneo gracias a sellos como Float que no se dejan influenciar por las tendencias pasajeras y apuestan siempre por el contenido de calidad. Mathys Lenne es uno de los productores más en forma del techno del espacio exterior y en este extenso trabajo se explaya con las texturas ambientales combinadas con el techno futurista de manera magistral.
A lo largo de una singladura sonora de catorce temas traslada la oyente por pasajes desconocidos del universo, trabajando cuidadosamente con las frecuencias y la ingeniería de sonido, creando obras complejas e intrincadas que en el baile se tornan simples y efectivas, una magia de la que pocos tienen la fórmula secreta.
No hay nada rimbombante ni escandaloso en este disco, el balance entre experimentación y gimnasia está muy bien administrado a lo largo del metraje, con constantes cambios de tempo y actitud pero siempre conservando una línea coherente.
Lo que hay en el interior de este disco son temas para bucear con la mente y disfrutar del impresionante sonido que guardan los surcos de este vinilo. Un ejemplo de lo que debería ser el techno sin lugar a dudas.