El autodenominado «eterno amateur» madrileño Eldefront nos regala un Mix lleno de breaks de reminiscencias dub, IDM y electro que bien podría haber firmado cualquier headliner de festival neerlandés que se precie.
Eldefront gusta de autodenominarse, no sin un admirable sentido de la humildad, como un «eterno amateur» con un porrón de años torturando los faders propios ajenos. Pero desde Beatburguer sabemos cuando alguien va más allá. Víctor, además, es un bicho versátil, auténtico enfermo de la electrónica, sabio en los quehaceres de lo que viene siendo juntar y mezclar discos, que no se cierra a ningún género; al contrario, los mete en una coctelera todo aquello que le gusta —ya sea techno, house, electro, jungle, drum’n’bass o trance—, y te lo devuelve convertido en un refrescante brebaje, ideal para bailar horas y horas… con la cabeza y/o los pies. Animal ravero, destrozador nato de suela en pista, torturador de oreja en afters, «¡Vamos donde el subgrave!» le oirás decir si tienes la suerte o la desgracia de coincidir en el club o la rave con él.
Al preguntarle sobre el Mix, Eldefront avisa de su particular «receta del pastel de cabracho: ponga en una coctelera un par de cucharadas soperas de electro, unos filetes de dub al punto y toneladas de breaks. ¡Y no se olvide de regarlo con unas gotas de su mejor IDM para mayor jugosidad!». Se nos hace la boca agua.