Han pasado seis años desde que llegó a nuestros oídos el tercer álbum de Moderat, el escuetamente titulado “III”. Aún podemos recordar cómo en aquel momento el trío berlinés formado por Modeselektor y Apparat declaraba que aquel trabajo era el cierre de un ciclo, el formado por su primera trilogía. En una década, el proyecto de estos productores había pasado de ser un supergroup que se juntaba con fines espectaculares a convertirse en su proyecto principal, gracias sobre todo al ingente éxito que “I” y “II” tuvieron también a nivel masivo o popular; no quedando extralimitados a un contexto de música de club a pesar de los gustos de sus autores. Esa ha sido siempre la coyuntura en la que se ha movido el grupo, para bien y para mal. El sonido de Moderat: un diseño sonoro alemanista, complejo, sobrecogedor en directo… Pero a su vez una forma cheesy, pop, accesible y en ocasiones afectada que generaba un contraste frecuentemente original y por momentos desconcertante.
La promesa del cierre de ciclo, parece, en cualquier caso, falsa. El nuevo disco del trío, “MORE D4TA” (un acrónimo del nombre del grupo y el número 4) es literal y desgraciadamente, eso: más datos, pero como en un código binario, datos prácticamente indiscernibles de los anteriores: ceros y unos. Si en su LP de 2016 Moderat optaban por dar más protagonismo a Apparat, esto es, a su voz, en 2022 escogen potenciar la estridencia emocional de su estilo. Un movimiento que sería a priori popero, accesible, se vuelve paradójicamente lo contrario: ni en el tercer ni en el cuarto álbum hay demasiadas canciones que se queden en nuestra mente; si eso una sensación difusa de sonido Moderat y algún recurso sonoro, por fortuna, especialmente intenso. Tal vez el ambiente selvático de “Drum Glow” (obviando los pájaros Age of Empires) pueda cautivarnos, o el canto pesimista y abrumador de Sascha Ring en “Undo Redo” pueda sobrecogernos… Para el cómputo general es el de un álbum continuista, cuando no compuesto por ensayos fallidos.
Sonido celestial y étero, percusiones profundas y muy bien pulidas… El sonido de Moderat sigue ahí, pero no nos recuerda gran cosa al entusiasmo que nos hacía sentir su música al hacer converger sorprendentemente pop y techno hace diez o doce años. De hecho, nos preguntamos al igual que en nuestra entrevista, qué conclusiones con respecto al incierto futuro ha extraído Ring y sus compañeros de Modeselektor de la inspiración museística y contemplativa que se comentaba en el anuncio del disco. “MORE D4TA”, como un obseso de una época pictórica pasada que sólo la conoce de forma mediada -a través de dispositivos contemporáneos-, decide relacionarse con el pasado con los medios y herramientas con los que podría construir un presente diferente. Este movimiento de Moderat, que sobre seguro les lanza a la esperada gira por estadios (sí, como AC/DC) de este otoño, parece limitar sin embargo enormemente su discurso en el estudio. Por mucho que queramos comprometernos a ser contemporáneos de palabra, la forma es también el contenido y la suya, lleva más de diez años siendo la misma.