Motorik, Krautrock, Neue Deutsche Welle: Alemania revolucionaria

Klaus Dinger: amo del Motorik y profeta del Techno

Cuando buceamos en los orígenes de la música electrónica tenemos que hacernos eco de un fenómeno que surgió en la Alemania de los años 70 que se denominó Krautrock. Este fue el germen de una oleada de artistas que comenzaron a incorporar de manera experimental sintetizadores y cajas de ritmo en sus composiciones. Esta playlist (con documental y un par de libros incluidos) te pondrá al día de lo que fue este movimiento.

Krautrock: The Rebirth of Germany (Documental, BBC, 2009)

Qué mejor manera de comenzar esta selección musical que viendo un documental que nos ilustra sobre los orígenes y desarrollo de este movimiento tan importante en la génesis de la música electrónica.

Can: “Paperhouse” (United Artist Records, 1971)

Una de las bandas fundamentales para comprender el Krautrock fue y sigue siendo Can. La banda era una especie de comuna que de hippie únicamente tenían los pelos largos que se estilaban en los 70 y su amor por el hachís. Este colectivo lo formaban Holger Czukay (bajo e instrumentos electrónicos), Jaki Liebezeit (batería), Irmin Schmidt (teclados y voz), Michael Karoli (guitarra, violín y voz), Malcolm Mooney (voz), Damo Suzuki (voz). También formaron parte de la banda David Johnson (instrumentos de viento e instrumentos electrónicos), Manni Löhe (percusión, flauta y voz), Rosko Gee (bajo y voz), Rebop Kwaku Baah (percusión) y Michael Cousins (voz). “Paperhouse” (incluida dentro del imprescindible álbum “Tago Mago” de 1971) es una orgía psicodélica de guitarra, bajo y batería con el añadido de una sección sintética incipiente.

Neu!: “Hallogallo” (Brain, 1979)

Klaus Dinger y Michael Rother (Neu!)

Otro de los combos de referencia del género son Neu!, una banda formada por el seminal batería Klaus Dinger y el matemático guitarrista Michael Rother. Más melancólicos y menos ruidistas que Can, pero también con un
alto componente psicodélico. Para entendernos: todo el rock alternativo de los 80 y los 90 (tomando a Sonic Youth como estandartes) no hubiese existido sin Can, Neu! y The Velvet Underground, así de claro y de simple. Neu!, con sus primitivas cajas de ritmos, el uso experimental de los efectos de sonido y los sintetizadores les dan ese aire atemporal y posmoderno que aún en 2021 sigue sonando a nuevo y vanguardista. Otros aficionados al hachís que facturaron este mantra (“Hallogallo“) perfecto, espacial y expansivo. Una auténtica joya de la música moderna.

Harmonia: “Veterano” (Brain, 1974)

Catalogados por el músico Julian Cope (la persona que más sabe de Krautrock del mundo -luego te hablaremos de él y de su libro “Krautrocksampler”) como “la superbanda del Krautrock”, Harmonia estaba compuesta por Michael Rother de Neu!, Hans-Joachim Roedelius y Dieter Moebius de Cluster, más tarde Brian Eno se incorporaría a la banda. Cuatro nombres indispensables en la historia de la música; cuatro genios. “Music Von Harmonia” (el álbum que contiene “Veterano“) es una de las piezas más definitorias del Krautrock. De nuevo sintetizador y cajas de ritmo en forma primigenia generando mantras.

Cluster: “15:43” (Philips, 1971)

Dúo multiinstrumental y electrónico formado por Dieter Moebius y Hans-Joachim Roedelius en 1971 en Berlín. La banda tiene sus raíces en el trío Kluster (con Conrad Schnitzler) y el proyecto relacionado Eruption. Cluster representa el sonido más alejado del pop dentro del movimiento, pioneros indiscutibles del drone y la música ambiental de riesgo, “15:43” -y el álbum completo- sigue transmitiendo las mismas sensaciones de futurismo y
abstracción que cunado se editó hace 49 años.

Faust: “Jennifer” (Virgin, 1973)

Después de dos álbumes para Polydor, firmaron con el entonces incipiente sello Virgin. Sus apariciones en vivo eran explosivas: destrozaban maquinas de pin ball en escena con martillos neumáticos. La banda continuó durante casi dos años después de “IV“, (el álbum que contiene “Jennifer“) sin embargo ese fue su último álbum como banda. Los ambientes etéreos (con efluvios de hachís), las guitarras flotadoras y las partes vocales naif, dan forma a este precioso ejercicio musical en el que aunque no hay presencia de sintetizadores sí se percibe un tratamiento especial y personal del sonido a través del uso experimental de los efectos.

Kraan: “M.C. Escher” (Spiegelei, 1972)

Este es uno de los combos más underground del sonido Krautrock. Kraan estaban muy influenciados por Fran Zappa y la vertiente más triposa del folk de la Costa Oeste de EE.UU. con influencias del jazz y la psicodelia pero con una ejecución muy profesional y nada amateur. Alejados de discursos fáciles fueron injustamente catalogados como rock progresivo: no, lo de Kraan no es un tostón.

Embryo: “Revolution” (Ohr Records, 1970)

Una panda de hippies haciendo prog rock y free jazz hasta que se van de viaje a la India y a su vuelta patentan lo que más tarde sería la world music. Fundaron el primer sello discográfico alemán independiente, Schneeball Records en 1976. Tres años después se subieron a un autobús y estuvieron viajando por toda la India, en una especie de akelarre místico y musical durante 1979. Este es un tema jazzístico dentro del Krautrock, después giraron el timón a eso que se llamó “músicas del mundo”, siendo uno de los pocos y dignos ejemplos de esta incipiente corriente en los 80. Expansivos.

Rheingold: “Dreiklangs Dimensionen” (Welt-Rekord, 1980)

En los 80 estalló el pop en todas sus modalidades. Como en todos los estilos el Krautrock, a medida que pasó el furor por la novedad y lo arty (este último punto se recogió a principios de los 90 en el indie) “la pureza” se va diluyendo y el estilo original contamina (para bien y para mal) a otros estilos. Este sería el caso de Rheingold, que con su pop radiofónico, (de hecho este tema fue un hit en su momento) y recogiendo la esencia de los patrones rítmicos del Krautrock, conservaron y dieron carpetazo (con este tema termina la termionología primigenía del género) al ya muy mutado sonido experimental de los inicios y fue rebautizado como Neue Deutsche Welle. Con el pop de Rheingold se acaban los efluvios de hachís y el arte y ensayo, que en los 90 recogerían grupos como Sonic Youth, Stereolab o Beef, tres de las bandas con más discografía kraut en sus estanterías.

Hemos escogido estos diez temas siendo del todo conscientes de que nos dejamos en el tintero a adalides del género (y bandas fundamentales en la historia de la música moderna porque fueron pioneros en el uso de nuevos instrumentos electrónicos, de nuevas tecnologías de grabación, amplificación y mezcla musical además de generar nuevas estructuras compositivas) y dando de comer a parte a los grandiosos Popol Vuh esta es una playlist para abrir la puerta al neófito y dejar que cada uno explore los caminos que quiera.

La información aséptica de internet te llevará a conocer más datos y bandas del Krautrok, pero nosotros te recomendamos la lectura del libro/biblia “Krautrocksampler: One Head’s Guide to the Great Kosmische Musik – 1968 Onwards” de Julian Cope, autor de un disco fundamental para la historia del rock como fue “Jehovahkill” e integrista del Krautrock. Dicen los críticos especializados que Cope no es imparcial y que este libro es una selección muy personal de 50 discos y que bla, bla, bla… como si Boyero le dice a Antonioni como tiene que rodar los planos. Nos importa una mierda la visión sectaria, endogámica y un punto subnormal de la crítica anglosajona, para nosotros este es un libro fundamental para entender qué supone para la historia de la música moderna la irrupción en Alemania de unos músicos capitales que formaron bandas que grabaron discos excelentes que ya llevan mucho tiempo en las posiciones más altas de las cubetas de la historia.

Cerramos este artículo con “Necropolis” de Julian Cope: un compendio contemporáneo del Krautrok grabado en 2006.