
Inauguramos en Beatburguer el tema de las etiquetas acompañando a las reseñas que hacemos de los discos que nos envían, a mí personalmente me mata un poco esto de las etiquetas y más si se hace para mayor gloria de Google, el SEO y el algoritmo, pero una cosa está clara, tenemos que comer y si no te ve el puto Google no eres nadie, solo por eso trago con la cuestión.
Añadido a esto, resulta que no podemos crear miles de etiquetas y tenemos que meter en la cápsula Techno la mayoría de la electrónica, ya sea zapatilla o preciosismo.
Ahora entramos en otro terreno delicado, ¿Orbital, por ejemplo, que sería Techno o Pop de Vanguardia? ni tú ni yo lo tenemos claro, pero si me pongo a pensar en techno se me aparece la figura de Jeff Mills y cuando escucho este disco lo que se me aparece es la figura de Orbital. Como creo que Orbital es más pop que techno, pues a este disco le pongo la etiqueta Pop y me quedo tan ancha, luego llegará el redactor jefe a ponerme fina y estaremos sin hablarnos un par de días. Estoy preparada para ello, no tengo miedo.

Respecto a la música, dos cortes, el primero de ellos, “Ride” me suena a lo que he dicho hace un momento: melodías sintéticas, breaks limpios y flotadores componentes vocales aderezados con reverb y eco. Melodías tarareables, estructura de canción con su inicio nudo y desenlace y amabilidad sonora en todo momento. ¿Es esto Techno? Que baje dios y lo vea: esto es Pop de vanguardia en todo caso… y tampoco.
Por la cara B “Maui“, ticket directo a los primeros años 90, secuencias proto raveras, groove de house clásico y vocales soulful, un viaje a aquellos días felices sin etiquetas ni algoritmos ni SEO que lo parió.
Un disco precioso y emocional, que nos lleva a un pasado fresco en el que el hedonismo y el disfrute personal estaban muy por encima de las pantallas y los me gustas.