Haciéndose eco del enfoque de espíritu libre de música electrónica de mediados de los 90, este es un álbum que rechaza los absolutos en favor de lo emocional, fiel a la profunda pasión de Struiwigh por los sonidos y estilos que definieron su propio viaje hacia la música.
Desde el profundo ambient hasta los mecanismos de alimentación cerebral del electro y el techno, Nadia Struiwigh se expresa con convicción a través de sus máquinas. Su afinidad por la síntesis y la secuenciación da como resultado una cepa fascinante de electrónica extraída de un espacio sonoro ricamente personal que ella misma ha marcado.
La producción grabada de Struiwigh ha aparecido en sellos como Central Processing Unit, Nous’klaer Audio y Dekmantel: álbumes y EPs que abarcan desde crujientes ritmos secuenciados hasta vastas franjas de tonos puros y melódicos. Sus raíces en Rotterdam y su actual ubicación en Berlín son hablan de su afinidad por el techno: maquinaciones dinámicas y propulsoras que se manifiestan en los sets de DJ así como en sus shows en vivo.
Celebrando los hilos interconectados de la alucinante música electrónica que tanto aprecia, Nadia Struiwigh llega a Dekmantel con su cuarto álbum que une los puntos entre electro, techno, ambient y jungle como reflejo de la relación simbiótica entre los elementos contrastantes que impulsan toda la vida en la Tierra: las fuerzas ineludibles y caóticas de causa y efecto.
Haciéndose eco del enfoque de espíritu libre de música electrónica de mediados de los 90, es un álbum que rechaza los absolutos en favor de lo emocional, fiel a la profunda pasión de Struiwigh por los sonidos y estilos que definieron su propio viaje hacia la música.
Su álbum debut de 2017, “Lenticular” en Central Processing Unit, se parece a “Birds Of Paradise”, donde las construcciones de ritmos introspectivos y el sonido de diseño matizado, se convierte en un todo natural y fluido, libre de reglas percibidas en torno al género.