
La vocalista, pianista y compositora de jazz Niia, residente en Los Ángeles, lanza su quinto álbum, “V”, que desafía el género musical, con Candid Records.
Una exploración aguda y conmovedora del deseo, el desamor y la libertad, este disco fundamental es la culminación de años de experimentación en la intersección de la tradición y la reinvención. El álbum cuenta con la producción conjunta de Spencer Zahn (Dawn Richard, Empress Of) y Lawrence Rothman (Angel Olsen, Kim Gordon, Kali Uchis).

El tema principal “Pianos and Great Danes”, es un himno de jazz de club desinhibido que explora el sexo como vía de escape con un ritmo irresistible de drum ‘n’ bass. “Uniendo la nostalgia tradicional con las complejidades de la vida emocional moderna, esta canción surrealista se acerca más a la banda sonora de una película que a cualquier canción del Gran Cancionero Americano“, afirma Niia.
Continúa: “Escrita como un monólogo con cambios de acordes, se adentra en el espacio y la narrativa, dejando que la armonía sugiera los cambios emocionales. Aceptando los residuos emocionales, se crea una sensación caótica donde la única salida es fundirse con la canción“.
Viviendo en la tensión entre el control y el colapso, V fusiona a la perfección las texturas electrónicas del pop experimental con la emocionante interacción que solo la maestría musical en vivo, con raíces en el jazz, puede ofrecer. Los arreglos se expanden, a veces sobrios, a veces teatrales, pero siempre con intención. Como músico de formación clásica que creció viendo cine italiano, “me inspiré en el lenguaje armónico de pianistas de jazz como Bill Evans y en la atmósfera psicológica de las bandas sonoras“, explica Niia. Esa combinación de inspiración e influencia es más evidente en las canciones “Angel Eyes”, una versión reimaginada del estándar de jazz de 1946 de MattDennis y EarlB.Brent, y “Ronny Cammareri”, un instrumental de ritmo lento titulado en honor al personaje de Nicolas Cage en Moonstruck.

El disco más personal de Niia hasta la fecha, V explora todo el espectro del yo: la autolesión, el autoengaño, la autoconciencia y, en raras ocasiones, el amor propio. “No de una manera moralizante, sino muy humana“, aclara. El bien y el mal conviven, a menudo en la misma estrofa. En un momento interpreto el desamor como si fuera un papel ensayado, y al siguiente admito en silencio que yo lo causé todo. Esa contradicción es la verdad.
Combinando esos temas densos con el humor de chica triste y sin complejos de Niia, hay temas como el provocador tema inicial del álbum, “fucking happy”, acentuado por el sarcasmo sobre la melancolía, que irradian empatía. Un guiño sutil al icónico video de “Criminal” de Fiona Apple.
También con profundidad emocional y una paleta sonora rebelde, “Throw My Head Out The Window” cuenta con la colaboración de Anna Butterss, la bajista del jazz new wave, y Nicole McCabe al saxofón. Está intencionadamente sobreorquestada con cuerdas, un piano disonante y una voz que oscila entre el aria y la rabieta.
Con la visión y la misión de tender un puente entre el control y el colapso, la provocadora plasma con éxito esa tensión no solo en su música, sino también en la portada del álbum, donde Niia aparece con un tenedor hereje, un instrumento de tortura medieval reservado para quienes se pronunciaban en contra del dogma y la ortodoxia. Niia enfatiza: «Si voy a dejar huella en este género, necesito ser disruptiva».