Normal Bias han tomado su sonido de “funk corporal industrial” y lo han refinado con “Kingdom Come”.
“Kingdom Come”, el LP debut de Normal Bias, encuentra la divinidad en lo desconocido. Como continuación de su EP homónimo, el dúo formado por Matt Weiner (TWINS) y Chris Campion (Multiple Man) han tomado su sonido específico de “funk corporal industrial” y lo han refinado con “Kingdom Come”. Si bien es igual de peculiar y está plagado de curiosidades auditivas, hay una nueva sofisticación que se filtra y se agarra con fuerza.
El primer tema, “Prayer of the Rollerboys”, personifica la nueva elegancia de Normal Bias. La habilidad innata de Campion para hacer música que palpita y sofoca se ve subrayada por una melodía desgarradora y la voz sedosa de Weiner, al estilo de Gahan. “Kingdom Come”, extraído de su EP, solo podría compararse con el trabajo más sexy de Cabaret Voltaire, al estilo de “Code” de 1987. Como tema destacado del disco, “Holy” es inmediato en su melancolía con un asombro que se crea en sus ricos detalles: el espacio se llena y se dispersa hábilmente; estas complejidades poco convencionales se han convertido en la marca registrada específica de Normal Bias. “Burn Into Gold” se intensifica hasta convertirse en un coro extático que, al mismo tiempo, te rompe el corazón y lo vuelve a unir con extrema preocupación.
“Earth Dies Burning” toma lo mejor de los matices de sintetizador de los años 80, incluso convoca la brillante producción de Jan Hammer, e inserta un solo de bajo funky. “Embody Control”, que ahora es un clásico de la psique underground, hace una repetición del EP con su ritmo hedonista y es seguida inmediatamente por el sencillo principal, “Falling Down”. La canción, igualmente sensual, está impulsada por una línea de bajo EBM sólida mientras Weiner ruega por claridad, ofreciendo diezmos a cambio de un indulto de su sufrimiento. Por último, “Win Lose” cierra un álbum lleno de tensión, ofreciendo enormes pads de sintetizador mientras el protagonista finalmente sucumbe a una rendición intermitente mientras repite las palabras “tú ganas”.
Con una sinceridad descarada en su enfoque, “Kingdom Come” de Normal Bias se ubica en algún lugar entre las horas más oscuras de Martin Gore y las más melódicas de Tom Ellard. El álbum encuentra consuelo en sus esquemas cargados de ansiedad, una obra pop oscura marcada por su búsqueda de espiritualidad, de liberación del tormento que nos ata.